Penas de entre 5 y 14 años para 20 de los 30 acusados por la 'operación Nova'
La Audiencia Nacional condenó este miércoles a penas de entre 5 y 14 años de cárcel a 20 de los 30 procesados en el marco de la operación Nova, aunque, en contra de lo que sostenía la Fiscalía, no ha considerado probado que conspiraran para atentar contra este tribunal con un camión cargado de explosivos.
Según el fallo de esta sentencia, cuya lectura corrió a cargo del presidente del tribunal, Alfonso Guevara, entre los condenados por estos hechos -de los que 18 lo han sido por pertenencia a organización terrorista y otros dos por colaboración- destaca el líder de este grupo, el argelino Mohamed Achraf.
La Audiencia Nacional no ha considerado constitutivo de un delito de conspiración para el atentado la idea “individual” y “sin desarrollar” de Achraf, de volar la sede de este tribunal con un camión lleno de explosivos.
Esto ha supuesto que finalmente hayan sido condenados 20 de los 30 procesados a penas que suman un total de 173 años de prisión, cuando la Fiscalía reclamaba para todos ellos 455 años de cárcel en total, y en concreto 43 para el principal acusado, Mohamed Achraf.
Según la resolución, de 247 folios, Achraf, condenado a la máxima pena impuesta por el tribunal, 14 años, como emir o líder de la célula que creó en la cárcel de Topas (Salamanca), transmitió en el verano de 2004 a otro de los acusados, Kamara Birahima (condenado a 7 años), su idea de atentar contra la Audiencia Nacional “como lugar emblemático de la lucha contra el terrorismo”.
Este plan, añade la sentencia, se convirtió para Achraf en una “obsesión” y con ese objetivo hizo gestiones para conseguir explosivos, tras lo cual regresó a Suiza, país del que fue extraditado a España en 2005 y en el que fue investigado en relación con el asesinato del cineasta holandés Theo Van Gogh.
Sin embargo, para el tribunal esto sólo constituye “un plan individual, sin desarrollar y que no determinó el efectivo concierto de voluntades para su efectiva ejecución” más allá de las gestiones de Kamara, “no suficientemente determinadas y concretadas”, ni “existiendo tampoco una resolución firme de ejecución”.
“La ideación y planeamiento de un posible objetivo terrorista no constituye per se la existencia de una conspiración, sino que se trata de una actividad que se subsume en la propia de pertenencia terrorista”, destaca la sentencia.
Grupo cohesionado, permanente y estructurado bajo el liderazgo de Achraf
Lo que sí considera probado es que “nos encontramos ante un verdadero grupo cohesionado, permanente, estable y estructurado bajo el liderazgo indiscutible” de Achraf.
Achraf, añade la sentencia, creó este grupo en la cárcel de Topas (Salamanca) para adoctrinar en el yihadismo a otros presos con los que planeó ataques suicidas, y mantuvo contactos por carta con otros reclusos de cárceles de Málaga, Almería y Valencia, donde después se crearon otros grupos, y con presos en Estados Unidos por el 11-S.
Según el tribunal, este entramado de interrelación de potenciales muyahidines (suicidas) “adoctrinados por su líder en reivindicación de lo que consideran derechos islámicos” resulta “un auténtico caldo de cultivo de actos violentos” y constituye por ello “un grave peligro” para la sociedad occidental y, en particular, para la sociedad española.
Así, con el descubrimiento por parte de la Policía de la conducta ilícita que se estaba desarrollando en las cárceles españolas, resalta el tribunal, se logró evitar “felizmente” la ejecución de actos violentos.
De los 10 procesados que han resultado absueltos, cinco quedaron en libertad el pasado 4 de febrero a la vista de las deliberaciones de la sentencia, mientras que los otros cinco permanecen encarcelados por estar presos en otras causas.
Además, de Achraf, entre los principales condenados destacan Dibali Abdellah, también conocido como Abdila Moimoun (11 años) y Abdelkrim Bensmail, encarcelado desde 1997 como miembro del Grupo Islámico Armado (GIA), Said Afif y Abdulla Baanou, estos tres últimos, condenados a diez años de cárcel cada uno