El TS rebaja la pena a un condenado porque no se encuadra en ETA
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El Tribunal Supremo ha reducido en año y medio la pena de seis años de cárcel que la Audiencia Nacional impuso el pasado mes de enero a Mikel Jiménez por ocultar material destinado a la elaboración de cócteles molotov debajo de dos coches estacionados en la localidad de Villaba (Navarra), en octubre de 2007. Apunta que se le aplicó un tipo penal incorrecto porque tenía “afinidad ideológica” con ETA, pero no pertenecía a ella.
La sentencia del alto tribunal, de la que ha sido ponente el magistrado Julián Sánchez Melgar, estima uno de los motivos del recurso de la defensa el sentido de que la propia Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional descartó en su día la participación de Jiménez como miembro de SEGI, por lo que los hechos “han de subsumirse en el contexto de la lucha callejera violenta” sin agravar tal conducta con la pertenencia al entramado de la organización terrorista.
“Lo que se ha probado es la afinidad ideológica del recurrente de tales acciones y cometidos violentos, próximos desde luego a los objetivos de ETA, pero sin que se refleje en el 'factum' que actuara al servicio de la banda o colaborara directamente con ella, sino en la idea de 'contribuir' con su acción colocando los explosivos a la violencia callejera”, agrega la resolución conocida este viernes.
Por ello, se aplica un artículo distinto del Código Penal y la pena de Mikel Jiménez se ve rebajada hasta los cuatro años y medio de prisión.
INVESTIGADA POR OFRECER “COARTADA”
Se da la circunstancia de que, en relación a este caso, la Audiencia Nacional acusó en su sentencia de “faltar a la verdad” a una testigo que proporcionó al acusado, que era novio, una coartada falsa para poder eludir la condena por tenencia de explosivos. Por ello, se la investigará por la posible comisión de un delito de falso testimonio.
El tribunal consideró plenamente probado, y ahora lo ratifica el Supremo, que Mikel Jiménez cometió el citado delito y ocultó material destinado a la elaboración de cócteles molotov debajo de dos coches estacionados en la localidad de Villaba (Navarra) en octubre de 2007.
Su novia, Jaoine Martínez, declaró durante la vista oral que esa noche, viernes, él se encontraba con ella en casa de los abuelos del condenado, en Palencia, donde pernoctaron de camino a Salamanca, lugar en el que tenía que tramitar unos papeles en la Universidad y donde permanecieron hasta el domingo en una pensión.
El tribunal asegura, no obstante, que la testigo no supo dar “con un mínimo de exactitud” detalle de los papeles que debía hacer y añade que es “extraño” de la secretaría universitaria esté abierta un sábado.
“Definitivamente no damos ninguna credibilidad a su testimonio porque, de ser ciertas esas gestiones que dice que realizó, bien podía haber presentado alguna documentación en la que quedara certeza de que estuvo en el lugar en el que dice que estuvo”, dicen los magistrados.
La resolución asegura también que, en caso de no poder obtener esta prueba que daría veracidad a su relato, la testigo podría haber aportado el resguardo de su estancia en la pensión salmantina.
Todo ello permitió al tribunal concluir que la testigo faltó a la verdad, por lo que se ordenó deducir testimonio de su declaración y remitir el asunto al Juzgado Decano de Madrid ante la sospecha de que Martínez haya cometido un delito de falso testimonio, que lleva a aparejadas penas de entre seis meses y dos años de prisión.