Un respirador 'low cost' fabricado con impresoras 3D para armar a los hospitales frente al coronavirus

Prototipo del respirador 'low cost' diseñado por el grupo 'Coronavirus Makers'

Nekuni

Las Palmas de Gran Canaria —

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Un grupo de makers españoles se ha unido en una iniciativa para fabricar respiradores de bajo coste para proporcionar suministros a los hospitales durante la pandemia del coronavirus.

La tecnología de las impresoras 3D y las cortadoras láser, ampliamente disponibles en el mercado, permite que estos innovadores diseñen un dispositivo digitalmente y luego lo impriman por piezas a muy bajo precio.

Los makers son el equivalente a los hackers digitales en el mundo físico, según explica Ramsés Marrero, médico residente tinerfeño de tercer año en el Hospital Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria y cofundador del grupo.

“Aunque hay una imagen estereotipada y negativa de los hackers, hacen un trabajo muy importante en el mundo de la informática buscando los límites de un software de maneras creativas. Un maker es una evolución del hacker que sale del ordenador al mundo real para buscar los límites de los productos y de sus sistemas de producción,” explica Marrero.

Unidos a través de un grupo de Telegram denominado Coronavirus Makers, los miembros han creado ya un prototipo inicial de respirador que esperan probar la próxima semana en busca de la aprobación para su uso médico.

El grupo ha publicado en abierto el código del prototipo inicial y se está movilizando para conseguir personas y entidades que participen en el desarrollo y la producción de respiradores. El grupo cuenta ya con más de 3.000 miembros y tiene el respaldo de múltiples empresas e instituciones.

Esta iniciativa llega después de lo sucedido en un hospital de la ciudad italiana de Brescia, en la región de Lombardía, que solucionó la falta de respiradores con la ayuda del ingeniero local Christian Fracassi, que fabricó las válvulas de estos productos mediante la impresión 3D.

Según Marrero, el objetivo del proyecto es ofrecer un “plan b” aunque por ahora no ha habido déficit de material en su hospital. “En mi especialidad, anestesia, me han enseñado que hay que ponerse siempre lo peor. Espero que no haya carencias, pero existe la posibilidad y hay que hacer todo lo posible para estar preparados”, recalca médico.

Según informaciones aportadas por este grupo de trabajadores, se estima que el 3 por ciento de los infectados por el virus COVID-19 van a necesitar ventilación mecánica, en especial en los casos más graves.

Marrero asegura que una impresora 3D podría imprimir un respirador al día y que, asumiendo que cada miembro del grupo tiene una impresora 3D, se podrían, en un escenario ideal, producir más de 3000 respiradores al día. Sin embargo, dice que, con los recursos que tienen, y al haber piezas que no se pueden imprimir y son difíciles de conseguir hoy en día, es más realista imprimir 100 diarios.

La búsqueda de piezas para los respiradores ha exigido mucha colaboración y creatividad. Hace unos días, tras lanzar una petición por las redes sociales en busca de válvulas, la policía de Asturias respondió al grupo ofreciendo las válvulas presentes en los alcoholímetros.

“A través de pequeños chats de grupo vía Telegram la gente se está dividiendo por Comunidades y provincias. En cada chat un coordinador hace de líder y reparte las instrucciones para que todo el mundo siga las mismas pautas. En aquellos lugares en los que están apareciendo muchos makers se han tenido que realizar subdivisiones más pequeñas”, dice González.

La producción en impresoras 3D tiene la ventaja, según Marrero, de descentralizar la producción para que en cualquier punto del país donde haga falta, con solo unas cuantas impresoras, se puedan imprimir los respiradores que hagan falta.

Aunque el respirador es su proyecto más avanzado y ambicioso, el grupo también está trabajando para producir mascarillas, gafas y otros materiales de protección para los sanitarios luchando contra el COVID-19.

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