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Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid

13 de diciembre de 2024 12:54 h

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Todas las líneas argumentales, sobre todo sin son falaces, van sufriendo modificaciones para adaptarse al hecho cierto que intentan contraponer, a medida, como no puede ser de otra manera, que sus posturas iniciales van sufriendo la erosión lógica que la realidad va imponiendo. En la actualidad, los negacionistas del cambio climático antropogénico han ido variando sus posiciones hasta conformar lo que serían dos grandes grupos. Los “retardistas”, que quitan del panorama la urgencia de actuar de manera inmediata, variando por todos los medios la inmediatez de las actuaciones, y los “irresponsables”, los que tratan de convencernos de que el cambio climático ha existido siempre y, por tanto, el ser humano no tiene responsabilidad en el que se está produciendo en la actualidad. En este segundo grupo es donde se ha posicionado Vox o, al menos, Vox Canarias, que lo ha dejado claro en su intervención en la Comisión de Transición Ecológica del Parlamento de Canarias del 05 de noviembre de 2024.

Pero más allá de este posicionamiento, que no es novedoso para nada, no les duelen prendas si tienen que abrazar el proceso de descarbonización, si con ello consiguen colarnos, por la puerta de atrás, su propuesta estrella para la generación eléctrica de las islas y que no es otra sino la energía nuclear.

En este caso, y sin que sirva de precedente, hay que reconocerles que su postura se basa en una propuesta bien elaborada que ha conseguido, incluso, tener eco en el I Congreso de Sistemas Aislados, llevado a cabo por el Cabildo de Tenerife y el Colegio de Ingenieros Industriales, en fechas recientes.

La propuesta de Vox para Canarias se basa en la nueva propuesta que la industria nuclear está promoviendo como el futuro inmediato de esta tecnología y que en sus siglas en inglés se denomina SMR. Los SMR, o reactores modulares pequeños, son el intento de meter pequeñas centrales nucleares en una cadena de montaje. Hasta ahora, cuando hablábamos de la tecnología nuclear, para la generación de energía eléctrica, nos referíamos a reactores, cuya potencia nominal comenzaba a partir de 900 MW. En cambio, con los SMR se habla de reactores entre 10 MW hasta los 300 MW, construidos de manera modular y que poco a poco se pueden escalar hasta alcanzar los MWs que se necesiten.

Estos sistemas modulares tienen una fabricación más optimizada y, por lo tanto, más barata, basan su seguridad en medidas pasivas, por lo que los accidentes se reducen al mínimo posible, tienen un grado de gestionabilidad mucho mayor que sus hermanos, su combustible puede durar entre 3 y 5 años, no producen gases de efecto invernadero y en general están pensados, fundamentalmente, para sistemas aislados pequeños, por lo que en principio parece que se adaptan como un guante a las particularidades de nuestras islas.

Los que estamos relacionados con la tecnología y con el proceso de descarbonización, oír la música que trasladan estos SMR es bastante sugerente a priori, pero cuando se comienza a profundizar comienzan a aparecer las contraindicaciones, que tratadas de menor a mayor importancia serían las siguientes:

  • Es una tecnología en ciernes con más de 70 diseños comerciales, que aún no han sido probados convenientemente en el día a día y, por tanto, no se tiene experiencia de su funcionamiento prolongado.
  • La tecnología nuclear depende del combustible radiactivo, por lo que la dependencia del exterior no disminuye, sino que se acrecienta.
  • Los SMR no dejan de ser tecnología nuclear, por lo que sus residuos siguen teniendo el problema de que son elementos radioactivos para los que no tenemos una solución adecuada, más allá de enterrarlos por miles de años y rezar para que esos almacenes no sufran ninguna catástrofe natural.
  • En caso de un fallo humano, una avería del sistema o una catástrofe natural, si se produjera una perdida de integridad del dispositivo y hubiera un vertido radioactivo al medio, sus consecuencias serían fatales para la isla en que se produjera, condenándola a su despoblación forzosa.
  • Precisamente por el punto anterior, nos volveríamos tremendamente vulnerables a ataques terroristas de todo tipo, puesto que un explosivo estratégicamente colocado en un SMR podría provocar una hecatombe en el archipiélago, de dimensiones bíblicas.

Por tanto, no consideramos que los SMR, ni la tecnología nuclear en general, sea una salida para la descarbonización, ni de las islas ni de cualquier parte del mundo, a pesar de los intentos más o menos ocurrentes de la industria por maquillar lo que son sus grandes problemas. 

Quizás cuando tengamos la posibilidad de sustituir la fisión nuclear por la fusión nuclear, estaremos ante otro escenario, pero mientras tanto, los que sí tenemos claro es que el cambio climático actual es de origen antropogénico y que no tenemos tiempo de estar “retardándolo” con cuestiones marginales, muy loables desde el punto de vista social y antropológicas, pero nada efectivas ante la urgencia de, ya no revertir, sino tan solo de amortiguar los tremendo efectos, que ya estamos comenzando a sentir, seguiremos apostando por las energías renovables eólica y fotovoltaica, los bombeos reversibles y el hidrógeno verde como vector energético indispensable, como única alternativa plausible a día de hoy.

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