Las almas muertas de la era Zerolo
En la novela Las almas muertas de Nikolai Gogol un aspirante a corrupto se dedicaba a comprar sobre el papel siervos que habían fallecido y que oficialmente seguían figurando en los registros como vivos con el fin de utilizarlos para avalar su boyante situación económica y así obtener luego un crédito. En el caso de Santa Cruz parece que al menos desde 1996 también se ha recurrido a la picaresca para aprovechar la brecha existente entre los datos oficiales y los reales. Al menos esa es la sospecha que la concejal de la formación política Sí se puede, Asunción Frías planteará en el pleno que celebra el lunes el Ayuntamiento de Santa Cruz. En 2012 la cifra de población descendió en 15.306 personas, lo que originó la protesta del alcalde, José Manuel Bermúdez que apeló a un error del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
A partir de aquí se creó una comisión de técnicos que ha venido a confirmar este descenso. Pero lo que realmente ha sorprendido a la concejal es que casi la totalidad de las 15.000 bajas se corresponden a números de carnets de identidad inexistentes. Según las conclusiones del informe elaborado por la comisión, al que ha tenido acceso Sí se puede, el supuesto fraude comenzó en 1996, un año después de que Miguel Zerolo llegara a la Alcaldía en la que permaneció durante cuatro mandatos consecutivos. Por eso la concejal considera que “podríamos estar ante otro escándalo más de la era Zerolo”.
Desde ese año el INE ha venido requiriendo al Ayuntamiento que aporte la copia de los DNI de estas personas. La Corporación, por su parte, ha ido dando largas y se limitó a entregar simplemente las inscripciones en el padrón. Pero además, se tiene constancia de que estos supuestos vecinos no han realizado trámite alguno, ni hay pruebas de que efectivamente hayan existido jamás. Lo que exigirá ahora Frías es que se investigue si alguna vez ejercieron el derecho al voto o recibieron algún tipo de ayuda, “porque entonces sí que estaremos hablando de un auténtico fraude económico y electoral con posibles repercusiones incluso penales”.
Así por ejemplo se ha constatado que parte de las desapariciones se localizan en barrios que son feudos de Coalición Canaria (CC). Por el contrario, en caso de que nunca se hubiera utilizado esta suplantación para ejercer el derecho al voto, se podría explicar la elevada abstención que se registra en cada una de las elecciones en Santa Cruz y que alcanza el 50%. De esta manera si se restan estas 15.000 personas, el nivel se situaría en un 40%, parecido al de otros municipios como por ejemplo La Laguna.
Por lo pronto, el descenso de la población ya tendrá repercusiones económicas en las cuentas del Ayuntamiento de este año dado que el Estado fija el reparto de fondos según los criterios poblacionales. El concejal de Economía, Alberto Bernabé, se ha comprometido a dar la cifra exacta en el pleno del lunes. Pero en el aire queda la duda de si Santa Cruz tendrá que devolver el dinero recibido durante más de una década de forma indebida o si otro municipio reclamará que se le entregue el que le debería haberle correspondido. “Como mínimo estamos hablando de una mala gestión e incluso de un posible fraude político. Habrá que investigar ahora si efectivamente esas supuestas personas participaron en las elecciones. Yo particularmente sospecho que quizás todo esto se hizo sólo para recibir más dinero y para que Santa Cruz se pudiera equiparar con Las Palmas de Gran Canaria”, dice Frías. Bernabé, por su parte, ha adelantado otra hipótesis: piensa que tal vez los encuestadores inflaron las cifras para cobrar más dinero y cree que no es tan elevado el número de carnets inexistentes. En cualquier caso el concejal no está demasiado interesado en remover el asunto. “No queremos mirar al pasado”, le transmitió a la concejal.
Una vez que se ha confirmado que es correcto un descenso de habitantes, inédito en todo el territorio nacional, Frías quiere saber cuáles son las principales causas y qué porcentaje es imputable a fraudes, negligencias o errores anteriores de la administración municipal. La concejal prefiere no aventurar ninguna hipótesis hasta escuchar el lunes las explicaciones del grupo de gobierno pero el informe que llegó a sus manos parece haber sido suficiente para sustentar alguna que otra suposición. En principio lo que ha quedado acreditado es que efectivamente la población oficial de Santa Cruz se vio reducida en el último padrón a 206.965 habitantes, es decir, bajó en 15.306, lo que supone un 6,89% menos respecto a la cifra oficial del 1 de enero de 2011. Estas estadísticas se depuran cada década y es entonces cuando se dan de baja las personas que hayan abandonado una localidad o hayan fallecido. En este caso el período revisado abarca desde 2001 a 2011, años durante los que ha venido gobernando Santa Cruz de forma interrumpida CC.
“Ese descenso, que ha causado gran sorpresa en todo el municipio, es difícil de explicar desde el punto de vista demográfico, dado que en el contexto geográfico e histórico de la capital, y aun contando con las consecuencias de la actual crisis capitalista, no se han producido migraciones masivas ni un número elevado de defunciones que justifiquen una reducción de población tan abultada”, dice la concejal. En su momento Bermúdez mantuvo que estas personas a las que se le había dado de baja no podrían acceder a las ayudas municipales, ni obtener el certificado de residencia, lo que luego se descartó ya que estos trámites se realizan según los registros del Ayuntamiento. Los datos también demuestran que las cifras de crecimiento poblacional recogidas en el Plan General de Ordenación (PGO) de Santa Cruz eran irreales ya que a estas alturas se supone que en la capital tinerfeña deberían estar residiendo alrededor de 300.000 personas. Con estos números se intentaban justificar la construcción de más viviendas, urbanizaciones, carreteras y obras públicas de todo tipo. Ya la Comisión del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) había puesto en solfa estas cifras.