De Antonia 'Paz Descanse' a Andrés 'El Dios'
El escritor y periodista Marcos Brito ha recopilado en el libro Nombretes en el sur de Tenerife más de 240 motes o sobrenombres, que identificaban a personas en esta parte de la isla. Cada una tiene su historia particular.
El apodo o “nombrete”, como se dice en Canarias, es un símbolo de identidad individual, y en ocasiones colectivo, originado espontáneamente pero de una forma tan certera que “marca” en parte la biografía del que lo lleva. Hay nombretes amistosos, ofensivos o por herencia y la tradición oral ha permitido a Marcos Brito recopilarlos.
Se trata de un trabajo que le llegó de forma indirecta “cuando investigaba ciertas cuestiones históricas sobre las tradiciones en el sur de la isla”, indica el autor. Antonia “Paz Descanse”, vecina de La Tosca, en el Valle San Lorenzo es uno de los ejemplos.
“Este apodo proviene de lo que pudo constituir una tragedia, al creerse que había fallecido, la amortajaron y casi la entierran en vida, felizmente prolongó su existencia muchos años más”, refleja el libro.
Otros casos
Como Antonia “Paz Descanse” se encuentra “El Mudo”; Pepe “Nené”; Pepe “Tanque”; Andrés “El Dios”, “por sus dotes de predecir el tiempo” o la numerosa familia proveniente de Los Cristianos de “Los Artistas”, de la que dice pertenece el propio escritor.
“A los Burros Chicos les llamaba así por su estatura”, dice Brito. Según Alejandro Fumero (el que lo lleva), “era por mi abuelo Gerardo Fumero Pérez, no eran grandes pero tampoco eran muy pequeños”, explica el libro.
Nombretes del sur de Tenerife tiene casi 300 páginas, ordenado alfabéticamente y se encuentra en librerías. “No he puesto ciertos nombretes porque no sé la historia del personaje”, indica Brito. La mayoría de los apodos provienen desde mitad del siglo XIX hasta hoy.
“He intentado que quede representado todo el sur de Tenerife desde Arico a Santiago del Teide a través de las historias de los personajes”, explica el autor, quien ha evitado los calificativos que pudieran ser considerados ofensivos.
Brito ha publicado igualmente otros títulos vinculados a la investigación y la tradición oral como Salvador González Alayón. Un cabrero para la leyenda (2000) Arona en el recuerdo (2001) o Erupción del Chinyero a través de la prensa (2003).