Los desalojados de Cho Vito se encierran en el Ayuntamiento

Una veintena de personas que ayer fueron desalojadas a la fuerza por la policía de sus viviendas en el poblado marinero de Cho Vito han optado por encerrarse de forma indefinida en el salón de plenos del Ayuntamiento de Candelaria tanto en señal de protesta como por no tener otro lugar donde pasar la noche. Los vecinos tomaron esta decisión después de que sus viviendas fueran derribadas amparándose en el cumplimiento de la Ley de Costas. De hecho, toda la operación se llevó a cabo en apenas unas horas de gran tensión que fue retransmitida en directo por los medios de comunicación de las Islas y nacionales.

Nada más llevarse a cabo el derribo de estas viviendas los afectados procedían a denunciar lo ocurrido ante la Guardia Civil porque reiteran que la operación se ejecutó sin orden judicial. Posteriormente algunos de ellos se encerraron en el Ayuntamiento de Candelaria y más concretamente en el salón de plenos. Las denuncias van dirigidas contra la Demarcación de Costas encargada de gestionar el expediente de Cho Vito y contra el jefe del operativo de la Guardia Civil que actuó en el derribo de las viviendas este viernes al que acusan de supuesto abuso policial. Aunque los vecinos han abandonado la huelga de hambre ahora la medida de presión se centra en encerrarse en el salón de plenos. Uno de los portavoces del colectivo, Antonio Alonso, dijo que había recibido una llamada del Defensor del Pueblo europeo interesándose por lo ocurrido.

Por su parte, el alcalde, José Gumersindo Trujillo, reitera que desde el Ayuntamiento han hecho todo lo que estaba en su mano por conseguir una buena oferta para que los vecinos puedan salir adelante tras el desalojo, pero señala que el empecinamiento de estos en que se les otorgue una vivienda en propiedad ha hecho imposible llegar a un acuerdo ya que esta petición es inviable.

“No podemos impedir el derribo porque no podemos evitar la ejecución de una sentencia judicial. Creo que la oferta de las cuatro administraciones era magnífica si tenemos en cuenta que han sido demolidos otros núcleos costeros y a los afectados no se les ha dado nada”. Con respecto a que algunos vecinos se quedaban sin casas, indica Trujillo que se trataba de aquellos que no eran propietarios, “y por lo tanto estábamos con las manos atadas para poder ofrecerles algo. Legalmente era imposible”, dijo.

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