Los ecologistas rechazan el teleférico de Tejeda

“Sólo se me ocurren peros al teleférico que proyectan en el Roque Nublo”. Esta es el primer pensamiento del ecologista Antonio Hernández cuando se le cuestiona por una obra de ingeniería para unir por el aire al emblema de Gran Canaria y Tejeda. “Planteado de esta manera es una barbaridad”, resume uno de los portavoces de Ben Magec, Luis Sánchez, y añade que “desde la organización no podemos aplaudir un proyecto que ocupa el último lugar en las prioridades del monumento y el parque rural”.

Los ecologistas anteponen a la idea del teleférico un inventario de necesidades y prioridades para el monumento y el parque rural del Roque Nublo. En esta línea, señalan que debería haber una oficina que se encargara de la gestión del parque rural como ocurre por ejemplo en Teno o Anaga, en Tenerife. También solicitan que la persona designada en la dirección del parque se dedique en exclusiva al Roque Nublo, y no tenga cuatro zonas más a su atención como ocurre en la actualidad.

El representante de Ben Magec asegura que no conoce en profundidad la idea del ingeniero Rafael Cabrera, pero a bote pronto le asaltan “muchas dudas sobre el impacto medioambiental de esa infraestructura en una zona protegida de la Isla”. Una idea secundada por el ex portavoz de la organización, Antonio Hernández, que señala que “el cable, por ejemplo, supone un peligro para las aves que anidan en el lugar, pero también para los helicóptero en el hipotético caso de un incendio”, explica, ante de añadir que “habría que revisar los planes del Cabildo en la zona”.

El ideólogo del proyecto, Rafael Cabrera, defiende la obra en base a un pormenorizado estudio de 2.000 teleféricos instalados por todo el planeta. “En Toledo hay aprobado la instalación de dos funiculares”, señala, al tiempo que cuestiona: “cómo es posible que en una ciudad, declarada patrimonio de la humanidad, se pueda hacer y aquí, en un parque rural, esté vedado, cuando sólo a un kilómetro del monumento se hacen barbacoas y suben todo tipo de vehículos”. Además, añade que la mayoría de los teleféricos en montaña están ubicados en zonas protegidas.

Cabrera asegura que la instalación del funicular mejorará la limpieza de la zona, en virtud de una concesión administrativa sobre la explotación de la infraestructura, además del valioso impacto económico que supondría para Tejeda. “Considero que se podrían crear unos 150 puestos de trabajos en el municipio, que ahora parece un pueblo fantasma porque su media de edad ronda los 70 años y la actividad económica es casi nula”.

En contraposición, los ecologistas también defienden que la zona de instalación de una de las plataformas es uno de los nuevos hábitats del pinzón azul, que se encuentra actualmente en peligro de extinción y que los biólogos multiplican sus esfuerzos, tras el incendio de 2007, para que el animal se instale en la zona. Por su parte, Rafael Cabrera señala que, según sus informaciones, el ave no vive en lugares tan altos de la cumbre, su anido y vuelo se produce en cotas más bajas, en los pinares de Pajonales, Ojeda e Inagua.

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