Graves daños en la agricultura y la ganadería herreña
La Delegación en El Hierro de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife ha pedido a la Administración que declare a la isla como zona catastrófica con el fin de disponer cuanto antes de medidas de apoyo económico, fiscal y social para las empresas y los residentes herreños afectados por el temporal que afectó a Canarias el fin de semana.
Una nota de la institución cameral indica que el coordinador de la Delegación en El Hierro en la Cámara de Comercio, Terencio Acosta, considera necesario que el Cabildo Insular convoque, con carácter urgente, una reunión con los representantes empresariales y sociales de la isla para calcular la cuantía de los daños que han provocado las lluvias.
Agrega que de acuerdo con una primera consulta, el 30 por ciento de las casi 700 empresas que operan en El Hierro se han visto afectados por el agua y lodo que cayó durante todo el fin de semana, especialmente en el pueblo de El Pinar.
Junto a estas empresas, Terencio Acosta subrayó que hay que tener en cuenta también las pérdidas de ganancias y mercancías, aún sin cuantificar, que ha supuesto para muchos negocios el corte de suministro eléctrico que afectó durante varias horas a toda la Isla.
La borrasca ha causado graves destrozos en la agricultura y la ganadería en El Hierro, que oficialmente aún no se han evaluado, mientras que en las demás islas los daños son aislados y el agua caída ha beneficiado al campo.
Así lo afirmó este lunes el portavoz de las organizaciones de agricultores Fedex y Asaja, Roberto Góiriz, quien advirtió, sin embargo, de que, de continuar las lluvias y bajas temperaturas en Gran Canaria, la humedad podría provocar la aparición de hongos y virus en las plantaciones de tomate.
En El Hierro se han producido muertes en la ganadería por el derrumbamiento de cuadras a causa de las lluvias, señaló Góiriz, quien calculó que los daños ocasionados se terminarán de evaluar en los próximos dos o tres días y dijo que por el momento no se dispone de datos precisos.
El agua caída en las islas de Gran Canaria, La Palma, Tenerife y Fuerteventura, salvo excepciones aisladas, ha beneficiado a la agricultura porque ha sido un agua “mansa y suave”, sin originar daños en las plantaciones de estas islas, afirmó.
Además, en la zona del sureste de Gran Canaria, la lluvia a limpiado las mallas de los invernaderos en los que se acumulaba tierra de las últimas calimas.