El islote del Francés pasa a dominio público marítimo-terrestre
El islote del Francés y una gran parte del litoral de Arrecife ha pasado al dominio público marítimo-terrestre, es decir, a depender del departamento de Costas, tras aceptar Puertos del Estado el proyecto de desafectación de una amplia franja hasta ahora afectada por el dominio portuario.
El ministro de Fomento, José Blanco, firmó el pasado 21 de marzo la orden ministerial por la que se acepta el proyecto de desafectación del dominio público portuario a una gran parte del litoral de Arrecife que la Autoridad Portuaria de Las Palmas no considera necesaria para la expansión del Puerto de los Mármoles.
De este modo, piezas fundamentales para la capital lanzaroteña como el charco de San Ginés o el islote del Francés quedan fuera del control portuario, que podía haber autorizado determinados usos vinculados al recinto o algunos de los que se pretendían para el islote.
La orden ministerial, ya notificada a la Autoridad Portuaria de Las Palmas, incluye el borde marítimo del charco de San Ginés, a excepción de la parcela donde se sitúan las instalaciones náutico-pesqueras propias de la Autoridad Portuaria; el borde marítimo-terrestre del islote del Francés, exceptuando el tramo que linda con el vial de acceso al dique de Naos; las áreas de paseo localizadas en la fachada urbana, al suroeste del charco de San Ginés, incluyendo las instalaciones de la UNED, el Casino Club Náutico y el parque Islas Canarias, así como el islote del Amor o de La Fermina.
Toda esa franja litoral, que incluye el perímetro del Francés, ha pasado a depender de la Dirección General de Costas, por lo que automáticamente está sujeta a la zona de dominio público marítimo-terrestre, que entre otras cosas fija una franja de protección de cien metros a partir de la pleamar de la marea histórica más alta.
De este modo, las pretensiones urbanizadoras del Ayuntamiento de Arrecife y del promotor Jaime Cortezo se reducen considerablemente. En primer término porque los usos portuarios no son ya de aplicación, y en segundo lugar porque la zona susceptible de actuaciones urbanísticas queda reducida al centro del islote, una vez aplicado el deslinde, ya en vigor.