Dos ordenadores de Urbanismo no aparecen

Dos meses después de las últimas elecciones municipales de 2011 los servicios de informática de la Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz se dieron cuenta de que el inventario de ordenadores que consta en su registro no coincidía con los equipos que efectivamente están depositados en el edificio de la avenida Tres de Mayo. En concreto, entonces se echaron en falta un portátil y un ordenador de mesa cuyo valor estimado para cada uno de ellos es de 3.000 euros. A partir de aquí se ha iniciado una exhaustiva investigación que casi un año después no acaba de dar ningún tipo de resultado.

Tras preguntar a todo el personal actual y pasado de la Gerencia lo cierto es que nadie sabe dónde se encuentran los equipos ni si han sido sustraídos, abandonados o permanecen escondidos en algún remoto rincón del edificio. Mucho menos se sabe qué información estaba depositada en sus archivos ni su relevancia. La búsqueda, según las fuentes consultadas, después de meses de haberse iniciado ha encallado en la actualidad, “en un auténtico callejón sin salida”. Cualquiera puede ser sospechoso pero no hay pruebas concluyentes que permitan acusar a nadie directamente.

Lo cierto es que después de las últimas elecciones municipales el panorama al que se enfrentó el nuevo alcalde, José Manuel Bermúdez, al llegar al edificio de Los Dragos fue desolador. La mayoría de los equipos informáticos no funcionaban o no estaban en su lugar con lo cual tuvieron que volver a reinstalarlos desde el principio. Durante al menos una semana los nuevos cargos recién nombrados se vieron con las manos atadas para poder trabajar aunque fuera en el nivel mínimo. Igualmente algunos discos duros aparecieron sin datos lo que los convertía en prácticamente inservibles para poder operar con ellos. Así permaneció el equipo de asesores recién nombrado durante, al menos, dos semanas hasta que comenzaron a reinventar el sistema informático prácticamente desde cero.

Según informó Bermúdez en una entrevista concedida tras su toma de posesión a la que por cierto no acudió su antecesor, Miguel Zerolo, éste último dejó el despacho vacío y tan sólo encontró una nota en su gaveta deseándole suerte y un incienso “para ahuyentar los malos espíritus”. Sin embargo, el mal fario fue casi inmediato ya que a los pocos días tuvieron que cerrar la Secretaría del Ayuntamiento, justo al lado de su despacho, porque se había desplomado el techo.

Entre los elementos que se llevó Zerolo estaba una serie de esculturas africanas que el exalcalde siempre dijo que eran propiedad suya. De hecho, el actual senador por la Comunidad autónoma debe ser muy aficionado a este tipo de arte ya que cuando fue consejero de Turismo a principios de los años 90 otorgó una sustanciosa subvención al Manuel González entonces diputado conejero y mano derecha de Dimas Martín, para que realizara un periplo por África y montara un museo en Haría. Lo cierto es que las puertas de este recinto tuvieron que cerrar al poco tiempo y nunca más se supo de las piezas que allí estaban depositadas. El equipo de prensa de Zerolo siempre ha negado que las esculturas que se encontraban en su despacho fueran las mismas.

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