El Parque Marítimo cerrará a las doce de la noche

El grupo de gobierno y los vecinos de Cabo Llanos discreparon abiertamente sobre la interpretación del avance del Plan Especial del Parque Marítimo César Manrique. Mientras los primeros aseguran que las últimos bares y restaurantes echarán el candado cada noche a las doce como máximo, los segundos denunciaron que se busca repartir los establecimientos entre los empresarios habituales del ocio nocturno y dar vía libre a la celebración de fiestas hasta la madrugada.

Por la mañana, el alcalde, José Manuel Bermúdez, y el concejal de Urbanismo, José Ángel Martín Bethencourt, se reunieron con los vecinos, momento en el que se produjo un duro enfrentamiento entre el abogado de los residentes, Felipe Campos, y el alcalde, al considerar el primero que lo que subyace tras esta modificación es volver a privatizar el recinto y permitir la celebración de fiestas. “Aquí lo que se intenta es repartir el Parque entre cuatro empresarios y que los vecinos tengamos que aguantar las molestias y los ruidos de las fiestas”, dijo el letrado.

Con posterioridad, el alcalde y el concejal se reunieron con los miembros de los grupos políticos a quienes se le facilitó un avance del documento. Según el edil de Ciudadanos de Santa Cruz, Guillermo Guigou, “a nosotros lo que nos han garantizado es que el Parque seguirá siendo público, pero que se llevarán a cabo diversas concesiones”.

De todas formas, Guigou ha pedido que se le remita el Plan completo, dado que detectó discrepancias entre el concejal de Urbanismo y el alcalde en algunos puntos concretos. En el documento ofrecido a los vecinos y a la oposición se reparte el recinto en once zonas diferentes en las que el uso primordial es el relacionado con la restauración diurna, restaurantes que estarán obligados a cerrar a las doce de la noche y una zona de diversión que se concentrará en la actual discoteca y en el borde marítimo del Palmétum donde sí se permitirá la instalación de terrazas de horaro nocturno y de verano.

De resto los usos son el de piscina, solárium, comercio, deportivos, salas de exposiciones, relacionados con el mar, nuevos aparcamientos subterráneos, plazas, cultural en el Castillo Negro, oficinas, casino, bingo o Palmétum, por donde se podrá hacer un recorrido por las principales especies de palmeras de todo el mundo.

El Ayuntamiento seguirá asumiendo la gestión de este espacio pero procederá a la concesión de once locales entre bares, restaurantes y comercios. repartidos a lo largo del Parque, tal y como, según dijo el alcalde, ha ocurrido en otros lugares como el Parque García Sanabria, la plaza Weyler o La Granja “y con las mismas garantías jurídicas”.

Bermúdez dijo que lo que no puede ocurrir es que “tengamos un diamante en bruto y lo mantengamos abandonado”, tal y como sucede en la actualidad. Martín Bethencourt sostiene que no les quedaba más posibilidad que recurrir “al sentido común” y dar solución a la parálisis que experimenta este espacio desde que fue reabierto en 2010 tras la experiencia fallida que supuso su explotación en manos de terceros que ha acabado en los juzgados.

El grupo de gobierno garantiza el acceso de los vecinos al litoral de forma gratuita en contra de lo ocurrido hasta hace algunos años en los que una valla les impedía el paso. Si no se permite el baño, ello es debido, únicamente a que está prohibido por Sanidad, dada la contaminación que se registra en este tramo de la costa.

Las terrazas y restaurantes que se situarán en este enclave, según Bermúdez, serán idénticas a las que hay en otras plazas del municipio con las mismas restricciones y dijo que la autorización del uso de carpas se limitará a las actividades recreativas o deportivas en horario diurno. Tanto el alcalde cómo el concejal fueron rotundos al negar que se fuese a permitir ningún tipo de evento nocturno como ocurrió entre los años 1995 a 2009 sin estar amparados por el Plan Especial, según denunciaron los vecinos. “Si me están preguntando que si va a haber fiestas de fin de año o por la noche soy rotundo al decir que no”, dijo Bethencourt. En cuanto al actual tren de lavado se prevé su traslado al aparcamiento subterráneo mientras que en la zona donde se sitúa el restaurante de comida rápida está previsto este uso, pero el adjudicatario todo dependerá del resultado del concurso.