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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Un Policía Nacional alega que un menor le acusa de agresión sexual “por venganza”

La víctima sostiene que su vecino le pedía “perdón”

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 2 (EUROPA PRESS)

Un subinspector del Cuerpo Nacional de Policía negó este martes haber agredido sexualmente a un niño dominicano de 15 años de edad en Las Palmas de Gran Canaria, y alegó que el menor ha actuado “por venganza” ante la negativa del agente a seguir prestando dinero a él y a su familia.

“Se lo ha inventado todo”, aseguró F.P.S. --de 52 años de edad y sin antecedentes penales-- durante el juicio celebrado en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas, donde la Fiscalía ha solicitado imponerle 15 años de prisión por tres presuntos delitos de agresión sexual, mientras que la defensa pide la libre absolución.

El procesado rechazó que entre el mes de febrero y el 19 de mayo de 2008 realizara “de forma continuada” tocamientos, así como otras conductas sobre un menor que tenía entonces 15 años de edad en un apartamento de su propiedad o en el domicilio de sus padres. Sin embargo, la víctima ratificó los hechos.

F.P.S., que vivía en el mismo edificio que la víctima, negó que llevara al chico una primera vez al apartamento que posee en el Paseo de Las Canteras en la capital grancanaria y le dijera que se quitara la ropa. “Eso es absurdo e incierto”, afirmó el hombre, que también manifestó que “nunca” puso al menor una película pornográfica de relaciones entre homosexuales. Rechazó que presuntamente le obligara a realizar prácticas sexuales.

Asimismo, admitió que otro día le volvió a llevar al apartamento, pero rehusó forzarle a lo mismo. También desmintió que, en el domicilio de los padres del procesado, éste obligara supuestamente otra vez al menor, que estaba “atemorizado”, según la Fiscalía.

Igualmente, negó que aprovechara la diferencia de edad y su condición de Policía Nacional para advertirle incluso al menor de que le iba a deportar o que le iba a meter porros en los bolsillos para meterlo en comisaría, lo que, según la fiscal, Beatriz Sánchez, causaba el lógico temor en éste y le llevaba a acceder a las peticiones del procesado.

“PARA ECHAR DE COMER A LOS PÁJAROS”

F.P.S. explicó que dejaba al chico utilizar el ordenador que tenía en casa de sus padres “para chatear” y, posteriormente, empezó a ir a su apartamento “de vez en cuando”, “cuatro o cinco veces”, y mientras él “echaba de comer a los pájaros, el niños se ponía a ver la televisión, comía un poco y hacía alguna llamada de teléfono a su familia en la República Dominicana y después para casa”.

“Nunca le he hecho una muestra de afecto. Todo lo que cuenta es mentira. Alguna vez le puse la mano en el hombro para darle ánimo porque no quería estudiar, sino trabajar”, señaló el acusado, que incidió en que no rozó al chico “en ningún momento”.

Asimismo, comentó que ha fotografiado al menor en “algunas ocasiones, como en cumpleaños” a los que le llevaba. También le fotografió “con malas compañías consumiendo alcohol y fumando porros”, para advertir a su padre adoptivo.

“DISCREPANCIAS” CON EL INSTRUCTOR DEL ATESTADO

Aseguró que ayudaba a la familia del chico porque le pedían dinero y, a su vez, también prestaba al niño. Sin embargo, en un momento dado, coincidiendo con la advertencia al padre del menor sobre “malas amistades”, decidió “cortar el chorro”, por lo que considera que “todo es un complot de la familia porque ya no le daba dinero” y el chico “se ha inventado todo por venganza”.

El acusado reiteró que a él no le “movía nada por salir con un chico de 15 años”. “Llevaba poco tiempo en la isla y él quería acompañarme”, aseveró.

Por otro lado, aludió a presuntas irregularidades en el atestado sobre los hechos y las atribuyó a “discrepancias” con el secretario de las diligencias, quien, en su opinión, “tiene una forma muy subjetiva de investigar”. “Esta investigación no se ha hecho bien porque no es el protocolo de actuación en estos casos”, apuntó.

El acusado rechazó también haber “coqueteado” con un hermano de la víctima en 2007, cuando éste tenía 21 años de edad. Si bien reconoció haber salido con él en diversas ocasiones e incluso en una de ellas ir a una playa nudista del sur de la isla, donde le fotografió desnudo. “Eran fotos de cachondeo, normales y corrientes que se pueden hacer dos amigos que se llevan bien”, arguyó.

“COMO AMIGOS”

Por su parte, la víctima, que en el momento de los hechos tenía 15 años de edad, declaró que el agente le llamaba y se veían. Narró las dos presuntas agresiones sexuales en el apartamento y otra en la casa de los padres de F.P.S. y comentó que el procesado le decía que eran gestos y besos “como amigos”.

“Yo le dije que a mí eso no me gustaba”, añadió el chico, que apuntó que su vecino le pedía “perdón” y por eso “seguía con él”. Además, expresó que el acusado le llegó a amenazar con expulsarle de España. Según el chico, él no le pedía dinero a F.P.S., sino que éste le dio 10 euros en una ocasión y 20 euros en otra.

Su hermano contó que salía con su vecino porque al principio “confiaba” y no notaba “inclinación sexual” hacia él, pero después empezó a notar “algo raro” y “poco a poco” fue distanciándose porque no le “gustaba el ambiente”.

“COMO UN CHICLE EN EL ZAPATO”

La tía de la presunta víctima, que es su madre adoptiva, manifestó como testigo que el acusado, a quien conocía desde 2004, “andaba detrás del niño como un chicle en el zapato”.

Confesó que pidió dinero a F.P.S. dos veces, pero se lo devolvió. “Era como pedir un préstamo a un banco”, señaló. Igualmente, indicó que su hijo llegó de la República Dominicana en 2008 y recordó que las primeras palabras de su vecino fueron: “Este niño es muy inocente y voy a protegerle”.

Así pues, ella estaba “tranquila y confiada” porque sus dos hijos salieran con él “porque era policía”. No obstante, reprochó a F.P.S. su insistencia en ver al más pequeño de los dos.

Dijo que no siente “venganza” contra el procesado y considera “creíble” el testimonio de su hijo. De hecho, remarcó que ella no puso ninguna denuncia, sino que fue la Policía Nacional la que se puso en contacto con la familia.

En este sentido, un inspector e instructor del atestado explicó que en mayo de 2008 le llegó “una información verbal” de que un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía “podía estar agrediendo sexualmente a un menor”. Eludió precisar quién fue el “comunicante anónimo”.

EN LA INVESTIGACIÓN DE SARA MORALES

Relató que él se encontraba en un subgrupo dedicado a la desaparición de la menor Sara Morales --desaparecida en Las Palmas de Gran Canaria el 30 de julio de 2006--, en el que también “se investigaba a presuntos agresores sexuales sobre menores por si pudieran tener relación con la desaparición de la menor”.

A raíz del soplo, el grupo inició una investigación, contactando con vecinos y con la familia implicada. Entrevistó al hermano del menor, quien les comentó que la actitud de F.P.S. hacia él era “muy cariñosa y él le decía al chico que era una costumbre canaria”.

Asimismo, en una entrevista informal con el joven de 15 años, que llevaba seis meses en España, notó que “tenía miedo” y le confesó que “tenía un problema muy serio con un vecino policía”. “Me pareció que el testimonio era fiable y que había indicios de criminalidad”, sostuvo el agente, que informó a sus superiores y al juez del Juzgado de Instrucción número 3 de la capital, que ordenó la detención del subinspector.

Dijo que ha trabajado con el acusado y que no tiene “ningún tipo de problema con él”, al tiempo que subrayó que en el atestado “no se opina, sino que sólo se recogen datos”.

La Fiscalía pide imponer a F.P.S. cinco años por cada uno de los tres presuntos delitos de agresión sexual, la prohibición de acercarse a menos de 500 metros del afectado y comunicarse con él durante diez años por cada uno de los delitos. También plantea que indemnice al niño con 12.000 euros. La defensa reclama la libre absolución para su cliente.

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