El rechazo a las construcciones en el Malpaís de Güímar sale a la calle

El colectivo ecologista Tabona realiza este sábado una concentración de rechazo contra la construcción de edificios de más de cinco plantas en la zona de transición del Malpaís de Güímar, lo que vulnera de Iniciativa Popular que declara la zona, el Malpaís y sus aledaños, como Reserva Natural Especial. Asimismo, denuncia en un comunicado que el Plan de Barrancos elaborado por el Cabildo porque “es una vuelta de tuerca más para acabar con nuestra agricultura”.

Tabona considera que el Ayuntamiento de Güímar, presidido por Rafael Yanes (PSOE) está permitiendo estas construcciones, que califican “una nueva agresión a nuestra tierra por parte de los especuladores de siempre”.

La concentración, convocada también por los colectivos Azarug, Alternativa x Güímar e Izquierda Unida bajo el lema 'Salvar el Malpaís de Güímar. No a la especulación urbanística', se desarrollará a partir de las 17:00 horas de este sábado en de las Indias, en la explanada del Puertito y proseguirá con una visita a las obras que se desarrollan en el límite de Especial.

Denuncia del Plan de Barrancos del Cabildo

El colectivo ecologista Tabona también denuncia que el avance del Plan Territorial del Ámbito Extractivo de los Barrancos de Güímar, publicado por el Cabildo de Tenerife el pasado 3 de julio, “es una vuelta de tuerca más para acabar con nuestra agricultura”. De hecho, la organización ecologista afirma que este avance del plan “determina que la función primordial asignada a esta porción territorial de la isla de Tenerife es la extracción de áridos, que su uso principal será el minero, y que por tanto las actividades agrícolas y residenciales deberán cesar su actividad quedando los terrenos afectos por completo a la explotación minera”.

“Esto supondrá no solo la ocupación u expropiación de viviendas y terrenos de cultivo, lo cual será traumático para sus propietarios, sino la perdida de nuestro escaso y valioso suelo agrícola, agravando aún mas la peligrosa dependencia alimentaria del exterior que ya padecemos. La recuperación de una economía agraria que asegure la soberanía alimenticia es hoy en día una necesidad estratégica imperiosa, y este plan va en sentido contrario, alejándonos de la tan necesaria recuperación del sector agrario”, argumenta el colectivo.

Respecto a la seguridad o soberanía alimentaria, estima el colectivo que debería tener mayor firmeza en Canarias “al tratarse de una zona aislada que tendría que soportar unos costes de transporte insostenibles para poder alimentar a su población ante cualquier incidencia internacional, como lo es ya el incremento del precio del combustible. La agricultura y ganadería local podría contrarrestar esta situación, generando un modo de vida digno a los productores, disminuyendo el precio al consumidor y aumentando la rentabilidad y la estabilidad al sector agrícola y ganadero”.

Por ello, Tabona considera que el Plan de Barrancos del Cabildo de Tenerife “supondrá agravar aún más la situación ambiental y social de la zona, que ya sufre una importante degradación del medio debido a la actividad extractiva dispersa y mal ordenada. El pueblo de Güímar tendrá que continuar soportando unos fuertes impactos por emisión de polvo y ruido así como un elevado tráfico de vehículos pesados, que ha perturbado la armonía social del entorno. Este plan prevé extraer durante los próximos 50 años 75 millones de metros cúbicos, a razón de 1,5 millones de metros cúbicos de material al año, cálculo éste hecho sin rigor y sin previsión exhaustiva de los consumos de áridos a corto medio y largo plazo”.

Impacto paisajístico

En una memoria resumen de las alegaciones que han presentado al Plan, Tabona sostiene que provocaría “un enorme impacto paisajístico al dejar la zona rebajada hasta en por debajo del perfil original sin que se hayan restaurado las anteriores excavaciones de hasta 90 y casi verticales. La pérdida de nuestros paisajes y el deterioro ambiental llevan consigo la pérdida de atractivo para nuestros visitantes, que tienden a optar por otros destinos turísticos de mejor calidad ambiental y hace que este importante sector en el archipiélago se resienta y entre en franco declive”.

Para el colectivo ecologista güimarero, “no esta justificado este plan cuyo fin principal es favorecer el lucrativo y especulativo negocio de la construcción inmobiliaria, que ha disparado los precios de un derecho fundamental como es la vivienda hasta alcanzar precios astronómicos y ha disparado el endeudamiento de las familias a las que ha hipotecado hasta en 30 o más años, prácticamente de por vida”.

“Menos aun se justifica si se tiene en cuenta que en Canarias se calculan alrededor de 200 mil viviendas vacías, consecuencia, entre otras cosas, de los beneficios fiscales para empresas como , con deducciones de hasta el 90% por la compra de pisos, etc. También responde a los intereses meramente especulativos, y no generales, de los que quieren continuar con las macro-obras; más muelles deportivos , puertos industriales o ampliaciones aeroportuarias, todas ellas asimismo injustificables”, concluye Tabona.

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