El riesgo de vertido en Canarias es 60 veces superior al que dice Repsol
El Gobierno de España tramita el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de las autorizaciones a prospecciones petrolíferas en Canarias incumpliendo decenas de normas internacionales que ya están vigentes y están avaladas no sólo por países como EEUU y Canadá, sino que son fruto de la experiencia de derrames tan importantes como el del Golfo de México en 2010.
Esa es, al menos, la opinión de Rick Steiner, profesor de la Universidad de Alaska hasta 2010, especialista en conservación marina y asesor de una decena de países en materia de perforaciones en mar abierto, quien ha señalado que el riesgo de vertido en el Archipiélago es 60 veces superior al que defiende Repsol en el EIA.
Steiner ha analizado el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por la multinacional Repsol y tramitado por el Gobierno de España frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote, gracias a la colaboración y la iniciativa del colectivo ecologista de Lanzarote El Guincho de Ecologistas en Acción.
Sus aportaciones serán incluidas dentro de una veintena de informes técnicos en las alegaciones que las instituciones canarias y diversos colectivos científicos, ciudadanos y universitarios están coordinando para presentar la próxima semana al proyecto de Estudio de Impacto Ambiental.
“El EIA no reconoce ni recoge las normas de seguridad más estrictas que se impusieron en Estados Unidos tras la catástrofe de la Deepwater Horizon en 2010”, advierte el especialista norteamericano.
El pozo 1 propuesto por Repsol tendría una profundidad total de 6.800 metros, esto es, un 20% más que el de Macondo, construido por Deepwater Horizon MODU en el Golfo de México, en el que se produjo el accidente en 2010. Este último presentaba una profundidad de 5.596 metros y una presión de formación de más de 13.000 psi (libra por pulgada cuadrada).
La prospección de Repsol 2 tiene una profundidad total de 6.370 metros (20.000 pies). “Por lo tanto, la presión, la temperatura y los riesgos de los pozos de las Islas Canarias serían comparables, por no decir significativamente mayores, que los del pozo Macondo, que registró un fallo de consecuencias catastróficas”, resume Steiner.
En vista de que la profundidad, la presión y la complejidad operativa que de algunos de los pozos de aguas profundas pueden ser iguales o mayores que el de Macondo (derrame del Golfo de México, 2010), “un peor supuesto posible de derrame más verosímil para el proyecto de prospección en las Islas Canarias sería 30.000 barriles/día durante 60 días, es decir, 1,8 millones de barriles en total. Esta cifra es 60 veces superior al peor supuesto previsto en el EIA” que Repsol y el Ministerio tienen actualmente en tramitación..
Steiner recuerda en su informe que Repsol es una multinacional que opera en más de 30 países, incluidos los Estados Unidos, y por lo tanto conoce perfectamente los requisitos de seguridad y es consciente de la necesidad de cumplirlos en las perforaciones mar adentro en otros países como, por ejemplo, la nueva Ley estadounidense de Seguridad en las Perforaciones Mar Adentro (Drilling Safety Rule, BSEE, 201) aprobada tras la catástrofe de la Deepwater Horizon en el Golfo de México en 2010.
“Sin embargo, el EIA sobre Canarias no aborda, reconoce, ni refleja este endurecimiento significativo de las normas relativas a la seguridad en las perforaciones mar adentro de otros países, como la nueva regulación estadounidense. Por el contrario, el régimen de seguridad para prospecciones en aguas profundas previsto en el EIA sobre las Islas Canarias es menos riguroso que el que la compañía debería cumplir en sus operaciones en Estados Unidos. La empresa deberá explicar y tratar de justificar este doble rasero al Gobierno y a los españoles, especialmente a los canarios”, apunta.
En otro apartado del estudio, también detalla que el EIA de Repsol no cita, cumple ni supera las normas que establece la nueva Ley estadounidense de Seguridad en las Perforaciones Mar Adentro (BSEE, 2012). Y que esta omisión “contraviene de forma directa los requisitos impuestos por el Convenio OSPAR, la Directiva sobre Prospecciones de la UE de 2013, el Real Decreto Legislativo 1/2008 y la carta enviada a RIPSA por el Director General de Calidad, Evaluación Ambiental y Medio Natural (DGCEAMN) el 6 de junio de 2013”.
En este sentido, la Convención OSPAR establece que las mejores técnicas disponibles y las mejores prácticas ambientales en relación con un proceso determinado “evolucionarán con el paso del tiempo, al paso de los avances tecnológicos, los factores económicos y sociales y los cambios en el saber y los conocimientos científicos” (Anexo 1.3, Convenio OSPAR).
La nueva ley estadounidense de seguridad en las perforaciones mar adentro, que nació de una exhaustiva revisión técnica de todas las cuestiones críticas para la seguridad en las perforaciones mar adentro en aguas de Estados Unidos tras el desastre del Deepwater Horizon en 2010, es uno de estos avances en el saber y los conocimientos científicos“,
El EIA de Repsol también subestima los riesgos y el posible impacto que podría tener el proyecto que propone, y no tiene en cuenta las muchas formas de las que puede fallar un proyecto tan complejo como unas prospecciones mar adentro. “Según la concepción de los riesgos de las perforaciones mar adentro tras el episodio del Deepwater Horizon, esto resulta inaceptable”, señala Steiner en su estudio.