Tomás Padrón: “Un herreño feliz de ver como ese árbol tecnológico dará frutos”

Tomás Padrón.

Efe

Valverde —

El ingeniero canario Tomás Padrón, tildado en ocasiones de utópico, verá este viernes cumplido el sueño por el que luchó 20 años en El Hierro: construir una central alimentada por agua y viento para olvidar la dependencia del petróleo y emprender el camino hacia la sostenibilidad.

Será la primera isla del mundo en autoabastecerse de fuentes renovables, aunque no ocurrirá el primer día que se “enchufe” la central hidroeólica de Gorona del Viento, mañana oficialmente, sino de manera progresiva de aquí a final de año.

En una entrevista con EFE, el ingeniero y primer presidente del Cabildo herreño en democracia recuerda que su idea fue tachada de descabellada, pero él no se rindió porque posee la tenacidad del carácter de los pobladores de este joven, virgen y pequeño territorio insular, con apenas 11.000 habitantes censados.

Igual que tiempo atrás opina sin rodeos que perforar el mar en Canarias “es dar una puñalada más al planeta”. El mar el sol y los millones de metros cúbicos de “oro invisible” en forma de viento que regula el clima de Canarias “son los elementos que hay que transformar en energía para el bienestar”.

La idea de construir la central de Gorona del Viento nació en un pequeño despacho de Energías Alternativas de Unelco en 1981 que dirigía el ingeniero y expresidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, en el que participaba Padrón como delegado de Unelco en El Hierro.

Coincidió también que era presidente del Cabildo , y entre lo profesional y lo político, consideró que era un proyecto interesante para El Hierro.

Así, “se planta la semilla de innovación para producir energía estable procedente del viento. El árbol ha crecido largo tiempo, y hoy por mi cabeza se cruzan los recuerdos de la dificultad para sacarlo adelante, y el de un herreño feliz de ver como ese árbol tecnológico dará frutos innovadores para El Hierro y otros lugares del mundo”.

Entre los obstáculos recuerda el de plantear la idea desde una isla pequeña y poco poblada, un proyecto innovador sin antecedentes técnicos de garantía, y el coste económico que implicaba.

“Estábamos en la era del desarrollismo acelerado, y no había tiempo de apostar por ideas a medio y largo plazo. Para derribar estos muros del desprecio a la idea, fue fundamental la tenacidad y constancia herreña”, explica.

Era una idea sencilla -molinos de viento produciendo energía hay muchos en el mundo-, pero el reto era armonizar viento variable con agua constante para confluir en una energía estable a la red eléctrica.

“Esa es la apuesta innovadora a la que se ha llegado, y la que deberá seguirse investigando” para que este “laboratorio a escala natural” demuestre que las renovables son una solución viable para millones de personas en el mundo.

Dice no exagerar si afirma que la “ONU” tecnológica mundial está pendiente de este test sin simulador que El Hierro ofrece a la comunidad internacional en su apuesta por las energías verdes.

“Nos observan -añade- desde hace mucho tiempo con atención, y utilizaran la central para practicar tecnologías novedosas y lograr el 100% de penetración permanente en la red con energía limpia”.

En caso de ausencia de viento, los técnicos calculan que con viento cero, la central podría estar entre 4 o 5 días produciendo electricidad solo con el salto de agua.

El ingeniero recalca, por otro lado, que el poder económico del petróleo pesa mucho en el mundo, aunque todos reconocen su caducidad como fuente energética futura.

“Este paso que se da en El Hierro, será de un impulso importante de las energías alternativas al petróleo. Lo demanda el planeta que nos lanza permanentes SOS, y lo obliga que el petróleo no es eterno”.

Además de la generación eléctrica, el proyecto tienen una importante vertiente de disponibilidad de agua: “Si importante es la producción de electricidad del sistema, más lo es la desalación de agua que se va a producir para consumo humano y agrícola”.

“Se tendrá en una segunda fase que seguir ampliando la capacidad de almacenamiento de los embalses de agua o bien de acumuladores. La innovación tiene que continuar profundizando en el almacenamiento de la energía eólica cuando esta es sobrante”.

El Hierro tiene una media de 3.500 horas de viento al año, y la penetración en red de energía renovable será de un 70-80% como media al año y en otros momento del 100%

El ex presidente del Cabildo concluye que el cortoplacismo, “que puede ser estrella de un día”, lleva en muchas ocasiones “a la ruina”. “No nos planteamos realizar repoblaciones forestales, posiblemente porque un árbol no se inaugura en cuatro años.

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