Tribunales.- Condenado a 20 años del prisión el hombre que asesinó a su hijastra en Lanzarote

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 29 (EUROPA PRESS)

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a un total de 20 años de prisión a Antonio Luis Ferreira Machado por el asesinato de su hijastra, Yuliza Antonia Pérez, de 18 años, a quien estranguló el 8 de noviembre de 2007 en su domicilio en Arrecife (Lanzarote) para, posteriormente, trasladar el cadáver de la joven, de nacionalidad dominicana, hasta una escombrera, según informó hoy el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Ferreira deberá también indemnizar a la madre de la víctima y ex pareja suya con la cantidad de 250.000 euros. Además, el TSJC indicó que la defensa tendrá derecho a presentar un recurso de apelación si así lo cree conveniente.

Por su parte, el Tribunal de Jurado declaró el pasado 23 de abril culpable al ahora condenado por un delito de asesinato, previsto y penado en el artículo 139 del Código Penal, con la concurrencia de la circunstancia mixta de parentesco.

De esta manera, el jurado aprobó por mayoría los hechos expuestos por la acusación de que el varón “estaba obsesionado” con la joven y mantenía con ella “una relación asfixiante y agobiante”. Además, consideraron probado que el padrastro “agarró de forma sorpresiva a Yuliza por el cuello, aprovechando la privacidad del domicilio, y apretó hasta darle muerte”.

Asimismo, los miembros del Tribunal de Jurado estuvieron de acuerdo en que los hechos se produjeron “con total intención de causar su muerte por estrangulamiento, sin dar a la misma posibilidad de defensa”. Por otro lado, la defensa sostuvo que el Ferreira pidió perdón por no dejarla ir con los testigos de Jehová“ a pesar de que los médicos forenses aseguraron que ”no hubo síntomas de autodefensa“.

En este sentido, el jurado también consideró culpable al acusado de desprenderse de “los zapatos, el bolso, del sujetador y de la camiseta de la víctima, arrojándolos a un contenedor”. “Ató las manos y los antebrazos del cadáver a la espalda con cinta de embalar marrón y los trasladó en su vehículo hasta la escombrera de Argana Alta, donde enterró el cuerpo de Yuliza”, valoró.

RELACIÓN AGOBIANTE CON YULIZA

La fiscal señaló durante el juicio que Ferreira mantenía una “relación agobiante y asfixiante” con Yuliza, motivo “discusiones entre ambos”, siendo la última de ellas el 7 de noviembre de 2007, en la que el imputado había impedido a la joven practicar las creencias religiosas que profesaba en el domicilio familiar.

Al día siguiente, el acusado, entre las 09.00 horas y las 10.00 horas, tras continuar la discusión del día anterior con Yuliza, y ante el rechazo de ésta, “aprovechando la privacidad del domicilio y su muy superior fortaleza física”, acometió de manera “sorpresiva” a la joven “con intención de matarla o representándosele la posibilidad de su muerte”, según la Fiscalía, que detalla que el acusado apretó el cuello de la chica con sus manos “con fuerza intensa durante más de dos minutos”, tal como confirmaron los forenses, hasta que, “sin darle posibilidad de defensa ni de auxilio de terceros, se aseguró de darle muerte por estrangulamiento”.

Posteriormente, el acusado “bajó a la calle porque quería que le viesen y que no le vinculasen con la muerte de Yuliza”. “Puso su vehículo en marcha, volvió a subir a la casa, se desprendió del sujetador y de la camiseta de la víctima, arrojándolos en un contenedor cercano, y ató las manos y los antebrazos del cuerpo a la espalda con cinta de embalar marrón”, trasladándolo en su vehículo hasta la escombrera de Argana Alta.

Allí enterró el cuerpo semidesnudo “en una pendiente y lo cubrió un poco con tierra y escombros como si de un trozo de basura se tratase”. Seguidamente, regresó al domicilio familiar, bajó con unas tenazas a la calle y luego le dijo a vecinos que no le funcionaba el coche.

De esta manera, la desaparición de la joven fue denunciada el 8 de noviembre de 2007. Su padrastro fue detenido el día 10 de abril de 2008, meses después de que se hallara el cuerpo de la adolescente en el citado vertedero y tras pruebas de ADN de la Policía Científica y Judicial que le inculpaban en el crimen.

“SIGUIÓ CON SU VIDA COMO SI NO HUBIERA PASADO NADA”

La fiscal, Laura Ordaz, dijo también que el condenado había intentado dar apariencia inocente y de que no había roto ningún plato, “pero es una persona peligrosa y no muestra ningún tipo de arrepentimiento, prueba de ello es que tras matarla siguió con su vida como si no hubiera pasado nada” y tampoco respetó a su pareja ya que “mantuvo contactos” con otras mujeres.

Resaltó que el Ferreira “siempre quiso ocultar su apetencia sexual hacia la chica”, pero la madre de la víctima declaró que sus relaciones íntimas “disminuyeron” con la llegada de ésta a la isla, además de que familiares declararon en el juicio que él miraba a Yuliza “con deseo”.

Igualmente, recordó que agentes de la Policía Judicial dijeron que el procesado “estaba obsesionado” con la adolescente y tenía “una pauta de actuación con las mujeres, con quienes primero se ganaba su confianza y luego era más agobiante”.

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