Cara y cruz del ocio en Canarias

Mesa preparada para un evento en Summer Nights

Javier Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Son momentos duros y difíciles los que la sociedad está viviendo. Aumentan los contagios diariamente sin que nadie sepa cómo atajarlo y encima con la mirada puesta en septiembre, cuando con el comienzo de las clases y el fin del período estival más atípico que se recuerda, empezaremos a ver la verdadera magnitud de la pandemia. Pero eso no debe ser óbice para frenar la economía. La sociedad no aguantaría otro envite en forma de confinamiento y para eso todos debemos poner de nuestra parte y si nos enfocamos al sector de la hostelería y restauración, aún más. Porque muchos son empresarios en sus casas, pero clientes en las de otros y ahí es donde no debemos perder el foco: lo que no permito que se haga en mi restaurante no debería hacerlo como cliente en el de otros, y hay cosas que no se están cumpliendo bien por parte de algunos profesionales del sector a los que la indiscreción de las redes sociales está dejando con las vergüenzas al aire. Ojalá sean conscientes y recapaciten todos de que aquí no hay nadie libre de enfermar, y no olvidemos que si uno de ustedes cae enfermo el perjuicio será para todas las familias que coman de ese negocio, que verá frenado en seco su día a día.

Por otro lado, están las interpretaciones de las normas que ha marcado el Gobierno de Canarias con vistas a los consumos en terrazas, interiores de locales, caterings o eventos de bodas, bautizos, fiestas o cumpleaños. La Asociación del Ocio Nocturno se queja de que están siendo observados con lupa y en parte tienen razón porque englobamos bajo el epígrafe de “ocio nocturno” cualquier tipo de encuentro, léase fiesta de amigos en casa, botellones o funerales, donde los negocios especializados no pueden más que lamentar que aparte de lo que se podría llamar competencia desleal, encima se les demonice a ellos. 

Valga como ejemplo las fiestas clandestinas que se han visto los últimos días, como el intento de encuentro en una playa para contagiar al asistente o el macrobotellón en coches de Las Américas. Pero no es solo ahí donde se está fallando. Creo que el Gobierno de Canarias debería poner más medios de acuerdo con otras instituciones oficiales como ayuntamientos y fuerzas de seguridad para poder atajar estas situaciones o al menos acudir a las llamadas cuando alguna persona encuentre algo similar y llame para denunciarlo. Porque eso está sucediendo, hay personas que llaman para denunciar algo y no aparece ninguna patrulla para comprobarlo y poner sanciones/multas a todos aquellos que no estén cumpliendo con las normas sociales. También hay que reconocer que hay establecimientos que lo enrevesado en algunas partes de las normas les lleva a confusiones, bien por exceso de celo, bien por defecto, pero que se preocupan en preguntar y corregir aquellas cosas que no se estén haciendo bien.

En la isla de Gran Canaria ha causado revuelo y hasta malestar la publicidad de una compañía de barcos que anunciaba una fiesta llamada Cañas al Mar, donde ya su cartel indica que ahí las medidas de seguridad brillan por su ausencia. En contacto directo con la empresa que organiza la fiesta para conocer sus pormenores se ha limitado a pedirnos un mail donde enviarnos las medidas de seguridad. Llevamos horas esperando que nos den su versión, pero siguen sin hacerlo ni responder a los mensajes. Por mucho que lo intenten vender como algo seguro y que cumplen las medidas de seguridad, es muy difícil creer que se puedan cumplir en ese espacio. Habría que comprobarlas y chequearlas pero quizás sería interesante visita previa por parte de las autoridades competentes y, por supuesto, seguimiento en alta mar de las fiestas, porque son dos las que tienen anunciada en su página web. Ya lo de que en la vela del anuncio se lea Ibiza Five Star siendo en Gran Canaria, lo dejamos como posible nominación a uno de esos Premios Tolete que el ya famoso perfil otorga en la red a todas aquellas cosas ilógicas que se puedan encontrar por las islas.

Pero afortunadamente no todo es así en el sector de la hostelería y la restauración donde hay valientes que se han atrevido a inaugurar negocios nuevos en agosto. Toca ahora reconocer la reinvención de una de las fiestas más icónicas de la noche grancanaria en los últimos veranos: la Audi Golf Night by Mahou & LOPESAN. Esta fiesta era una de las más esperadas por parte de la sociedad isleña a la hora de disfrutar de las inolvidables noches del verano en el sur grancanario. Ahora han cambiado el chip, como nos explicó María Ley, gerente de Maspalomas Golf: “Javier, tenía muy claro que nuestra noche que tantas alegrías nos ha dado en el pasado no podría volver a celebrarse este año tal y como la conocemos todos, pero también tuve claro que no quería quedarme con las manos cruzadas sin hacer nada al respecto”. María se explica: “No fue fácil pero creo que hemos encontrado la fórmula ideal para poder sumar a favor de la economía colectiva porque nuestra intención este año ha sido la de incluir a varios restaurantes de los más icónicos de la isla ofreciendo cuatro noches temáticas repartidas en los viernes de agosto”. 

A la pregunta acerca del número de comensales por mesa, aforo y como se les ubicaba la explicación resulta de lo más convincente: “Nosotros no ubicamos ni sentamos a los asistentes a la cena, es un procedimiento diferente. A pesar de tener capacidad para 140 comensales en 14 mesas de 10 personas cada una hemos decidido que el máximo sean 120 personas en 12 mesas de 10 con dos metros de separación entre cada mesa. Y la gran novedad es que cada mesa tiene lo que nosotros denominamos un líder, que es quien reserva y paga la mesa para los 10 comensales de la misma, con eso nos garantizamos que cada una de ellas sea una pequeña mesa burbuja de amigos, algo similar a lo que sucede día a día entre miembros de una sociedad como la nuestra, que necesita reencontrarse con sus seres queridos”. 

Continuaba relatándome los protocolos de entrada y comportamiento en el local durante la velada: “No pasa nadie sin mascarilla a pesar de que estemos al aire libre, de hecho tenemos mascarillas en la puerta a disposición por si alguien se olvida. Una vez en el local el comensal debe llevar la mascarilla hasta que se sienta y en mesa sí puede guardar la misma, pero es obligatorio ponérsela si van a ir al baño o incluso si van a saludar a algún conocido de otra mesa diferente. Por ello y para ello tenemos a tres personas encargadas de supervisar que se cumpla esta norma, y aunque en la primera noche que hemos celebrado, la dedicada a México, hubo algún comensal que no le gustó mucho, tenemos claro que la seguridad de todos es lo primero”. 

Para terminar María apostillaba que “podría haber decidido quedarme tranquila viendo como pasaba el verano con nuestro campo abierto a los jugadores y nuestro restaurante operativo, pero pensamos que esta acción podría dinamizar mucho la economía circular. Tenemos cuatro restaurantes de la isla que cada noche dan de comer a 120 comensales (llenas las cuatro ya), pero no sólo eso ya que son varias las personas que cogen taxis, se hospedan en el sur o, por qué no decirlo, incluso puede que vayan a la peluquería o a comprarse algo nuevo para lucirlo esa noche. Por no contar de los técnicos audiovisuales y empresas que se suman para colaborar o dar imagen de sus marcas durante esos momentos. La primera noche ha sido todo un éxito y estamos seguros que continuaremos en la línea las otras tres, aprendiendo cada día algo nuevo y deseando que en 2021 lo que este año hemos llamado Audi Golf Summer Night vuelva a ser la gran fiesta musical del verano en Maspalomas”. Ojalá sea así, pero por lo pronto, desearles la mejor de las suertes en la propuesta de este año, tan arriesgada como valiente, pero a la vez respetuosa y consecuente con lo que estamos viviendo como sociedad y eso se merece un reconocimiento público en unos tiempos donde tantas cosas ilógicas estamos viendo en el día a día. 

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