Makro, “un día para celebrar la hostelería” de marcado carácter masculino

Acciones Día de la Hostelería

Javier Suárez

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Ya hay más días Internacionales de… que jornadas en el calendario, y cada uno de ellos es aprovechado por instituciones públicas, empresas privadas, ong o amantes de cualquiera de las respectivas celebraciones para hacer algo de ruido o simplemente lanzar alguna campaña de marketing asociada. Este pasado 11 de octubre se celebró el Día de la Hostelería, y Makro, uno de los grandes distribuidores de alimentación enfocado al sector profesional hostelero, quiso realizar su propia acción al respecto. La iniciativa consistía, según ha ido contando en sus propias redes sociales, en dos partes bien diferenciadas: la primera de ellas, destinada a “homenajear” a los hosteleros creando unos pequeños tótems repartidos por toda la geografía nacional, reuniendo a instituciones públicas y profesionales del sector de cara a hacerse la foto de rigor.

La segunda parte de la acción es la que ha empezado a provocar un profundo malestar entre algunos hosteleros que se sienten ninguneados por la marca comercial. Empecé a ser consciente de ese malestar ya entrada la noche de este 11 de octubre cuando recibí un mensaje que textualmente decía: “¿Has visto la cara de Makro para celebrar el día de la hostelería? Por lo que veo la han hecho únicamente en Tenerife y desconozco si hay una para la provincia de Las Palmas o se olvidaron de nosotros. No me quiero quejar si hubiera uno de esta provincia también, pero si no la hubiera me quejaría públicamente en redes sociales”. 

En ese momento es cuando presto atención a la campaña, que hasta ese momento no les mentiré si les digo que me había pasado completamente inadvertida. Entro en el perfil de Instagram de Makro y observo en sus stories (publicaciones que desaparecen en 24 horas) una campaña en conjunto con Influencers de esa red social en la que cada uno de ellos recibía una especie de baúl gigante donde seis cocineros de cada región seleccionada elaboraban un pequeño menú delivery a degustar por ellos acompañados de regalos de distintas índoles. 

Quiero aclarar que no vamos a dar los nombres de los cocineros y cocineras que han participado en este reportaje porque así nos lo han pedido. “Por mucho que nos enfaden estas cosas ya habituales en Makro Gran Canaria, tenemos que seguir trabajando con ellos y no nos gustaría recibir ningún tipo de represalia”, me decía uno de ellos y he decidido mantener la confidencialidad con todos. Mientras uno manifestaba: “Me parece genial esta iniciativa que han hecho en Tenerife y puedo entender que no se haga en otras islas, pero lo que ya cansa de Makro en Canarias es que nunca apuestan por nada similar en Gran Canaria, somos como el patito feo para ellos”, otro reiteraba esta postura declarando que le parecía “que ha sido un gran despiste por parte de Makro y que deberían solucionarlo de alguna manera”. También hay afectados a los que no les parece tan grave lo sucedido: “Soy poco de compararme con islas vecinas, en general me alegra que se hagan iniciativas de esta línea, quizás los cocineros de Tenerife han estado más listos proponiéndolo, no sé cómo se ha montado esta acción”.

Esto no pasaría de anécdota elevada un poco a sensaciones de inquietud y preocupación por la situación que el sector está viviendo en estas semanas en las islas, con unas ventas que han caído en picado, unos costes que se incrementan sin parar, lo que está poniendo en peligro la viabilidad de muchos establecimientos a los que cualquier acción de ayuda es apreciada como el que ofrece agua en el desierto a un sediento. 

Lo que sí me ha preocupado al ponerme a ver con atención la acción realizada en Tenerife es que los seis cocineros elegidos para preparar el menú son hombres, ninguna mujer presente cuando la isla cuenta con profesionales como Fernanda Fuentes (NUB, 1 Estrella Michelin), Rosa Lía Díaz (Qapaq) o Diana Marcelino (El Secreto de Chimiche), entre otras. En unos momentos como estos donde se intenta que la hostelería y el mundo de los “chefs” deje los egos a un lado, integrando y dando el protagonismo que la mujer se merece, es cuanto menos preocupante que no se haya tenido ese aspecto en cuenta. Y, ojo, no he contactado con ninguna de ellas para preguntarles cómo se sienten, ni son culpables de esto los seis cocineros seleccionados; la única responsabilidad es de la empresa que ejecuta la acción, que es la que debe velar por que haya una igualdad real tanto en lo que comunica como en lo que hace. 

Una vez visto lo de Tenerife es cuando entro a intentar recabar información de las acciones realizadas en los demás destinos y me encuentro con un mismo patrón que se repite en Madrid, Sevilla, Málaga, Barcelona y Bilbao, las seis localidades que por medio de esos stories de Instagram que les contaba, cuentan con alguna información al respecto. En todas ellas, todas, son cinco hombres y una mujer por cada acción, si los sumamos todos hablamos de seis ciudades con 36 cocineros de los cuales 31 son hombres y solo cinco, mujeres. En ciudades como Málaga rechina en lo que he visto que ponen cinco cocineros hombres y la mujer que aparece, ¡oh, sorpresa!, pastelera para que mande el dulce, los estereotipos elevados a la enésima potencia. Y que quede claro que los cocineros aquí no tienen culpa de nada, a ellos les contratan y pagan para que elaboren algún plato, el error parte otra vez de quien idea esta acción en Makro. La idea puede ser buena, pero la ejecución deja mucho que desear.

Algo falla y mucho en la preparación de una acción como esta porque se transmite que no creen en la mujer como cocinera profesional líder, sino como parte de una cuota que se debe cubrir como mínimos y que cuando, como en Tenerife, la persona que ellos quieren no les cuadra, directamente eliminan esa figura y punto. Hemos intentado hablar con uno de los máximos responsables nacionales de Makro, pero no hemos tenido respuesta, aunque también es justo decir que todo esto ha surgido en la tarde-noche ya del martes 11 de octubre y seguramente no ha sido posible la interlocución.

Llama también la atención ver cómo la cocinera Pepa Muñoz (El Quenco de Pepa, Madrid) y presidenta de FACYRE (Federación de Cocineros y Reposteros de España), es la elegida para estar en la acción de Madrid. Quizás podría haber estado más atenta a ver cuál era la estrategia nacional de Makró y poder haber hecho hincapié en que la mujer no puede ser una cuota o simplemente eliminada, sino empujar desde dentro a que las cosas cambien. 

Otra cosa que también llama la atención es ver como la asociación Mujeres en Gastronomía no ha levantado la voz al respecto. Como diría mi compañera de Canarias Ahora Jennifer Jiménez, estas cosas solo se cambian levantando la voz, hagámoslo todos en el día a día porque si no, ocurrirán más  veces.

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