La hostelería de Gran Canaria no ceja en sus reivindicaciones y vuelve a manifestarse

Daniel González, con el manifiesto entregado

Javier Suárez

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Hosteleros de Gran Canaria han vuelto a acudir en la mañana de este martes a una concentración frente a la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias para protestar contra la crisis que vive el sector como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Desde las 09.30 horas ya se podía ver en los alrededores a muchos de los asistentes, que se han unido por medio de grupos de Whatsapp y Telegram para hacerse visibles y más fuertes.

En esta ocasión ha presentado un manifiesto con la intención de que alguien en Presidencia lo recogiera. En dicho documento, entre otras cosas, reclamaban diversas ayudas directas vinculadas al pago de los alquileres, condonación de las cuotas de la seguridad social de los empleados en ERTE, ampliar el aforo de las terrazas al 100% de su capacidad o permitir con aforo reducido y delimitado la apertura de los interiores a esos restaurantes o bares que no pueden montar terrazas bajo ningún concepto.

Su portavoz, Daniel González (Hook), destaca que “no nos sentimos representados por la FEHT ni por ninguna asociación del sector, que a día de hoy siguen sin pasar por nuestros locales para saber la verdad de la calle, no la de unos pocos acostumbrados a jugar siempre en esta liga del asociacionismo”. Por este motivo, afirma, “este movimiento está acumulando cada semana a más hosteleros descontentos con la situación actual”. En opinión de estos empresario, según González, “las medidas anunciadas son fuegos artificiales para muchos, que no podrán acogerse a las mismas. Yo, en mi negocio que sí he podido poner una de estas terrazas exprés aprobadas por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria he podido trabajar, pero los ingresos obtenidos en el mes de enero no me darán ni para cubrir gastos, tendré que tirar de ahorros para poder pagar todo, y encima han subido el recibo de autónomo y nos han cobrado ya los impuestos del último trimestre del año a final de enero. Nos desangran poco a poco”, declara.

A la protesta han asistido muchos hosteleros procedentes de distintas partes de la isla. Juan Santiago, del Restaurante Hestia, que no ha podido abrir, decía que “estoy aquí por pura desesperación, mi restaurante no está en una calle peatonal y aunque podría haber pedido una terraza de las concedidas en la ciudad, me negué a ello porque no creo que mi propuesta pueda ser degustada entre tubos de escape ocupando las zonas azules de aparcamiento de cualquier manera. Yo no pido que me den dinero, pero sí que no me cobren el 100% de los impuestos cuando me prohíbes trabajar, eso no tiene sentido. Lo que además me parece tremendamente injusto es que yo no pueda trabajar en mi interior ni a un 50% cuando puedo mantener más de 2 metros entre sillas de mesas colindantes, ventilación y todas les medidas de seguridad, para después ver que en la calle parece que todo vale, ya que observo terrazas por toda la ciudad que incumplen aforo, distancia y todo lo solicitado por ley. Yo no soy policía y no voy a denunciar a ningún compañero, pero la frustración interna es muy grande. Por eso estoy aquí, para mostrar mi descontento, hartazgo y preocupación”, ha expresa.

Mario Reyes, propietario del restaurante El Zarcillo y de la distribuidora de vinos Vinófilos ponía el foco en la poca unión del sector de la distribución. “Hoy estoy aquí como hostelero, por un lado, ya que tengo mis dos locales cerrados como son El Zarcillo o Vinófilos Triana, pero también como distribuidor y ahí es donde tengo la sensación de que nos falta algo como sector. No tengo ninguna sensación de falta de unión, fuerza y voz entre nosotros, seamos pequeños o grandes distribuidores de vinos, cervezas, refrescos o productos de alto consumo para el sector. Y nosotros también podemos aportar ayudas y sensaciones de cómo está afectando la situación a la distribución, porque no me cabe duda de que en este sector los ERTE se terminarán convirtiendo en ERE más pronto que tarde”. Como ejemplo, Reyes ha explicado que “Coca Cola ya ha anunciado las negociaciones de los mismos”.

“La sensación de estar espaldas a la realidad que transmiten los políticos es algo que me lleva tiempo rondando por la cabeza, a veces los escuchas y parece que no saben la verdad de la calle, lo que pasamos los autónomos y pequeños empresarios a la hora de cuadrar números y llegar a fin de mes. Hay un exceso de burocracia que creo nos va a llevar a muchos a un callejón sin salida y si para algo debería servir esta pandemia es para adaptar a las instituciones y a su engranaje, incluyendo en ella al funcionariado, a la realidad de su función, que es servir a la sociedad y no al revés, servirse de ella”, ha explicado.

Desde Gáldar acudió Joana Ruiz, cuya pareja es uno de los miembros más activos de dicha plataforma de hosteleros. “En Gáldar no nos podemos quejar de la implicación del Ayuntamiento a la hora de ayudarnos con todo el tema de las terrazas, permisos para adaptarnos, etcétera, pero no podemos mirar para otro lado porque esto nos afecta a todos. Cuando nos cerraron en marzo teníamos un negocio saneado y sin deudas, para volver a abrir nos tuvimos que endeudar con créditos ICO y similares. Esto nos está matando porque no tiene sentido tantos cambios en tan poco tiempo y sin ayudas directas al sector como sí se ve en otros países, ahora mismo trabajamos para pagar impuestos, personal y créditos, lo de llevar un sueldo digno en casa como autónomos ya es una utopía, y esto no es justo, no se puede seguir así, nos condenan a la muerte como sector y de nosotros cuelgan empleados directos e indirectos de las queserías, agricultores, ganaderos y pescadores. Esto es una cadena que se va a romper por varios eslabones a la vez”, ha dicho Ruiz.

Lo que sí se siente en el ambiente es que no todos opinan igual, aunque en este martes muchos hayan hecho acto de presencia en la concentración. Sergio Melián, de Tigot Gastro&Café, mostraba su “descontento por muchas de las cosas que se comparten en ese grupo del que formo parte, pero del que me diferencian algunas de sus opiniones. Me entristece ver que se rechaza de manera sistemática la interlocución de asociaciones como la FEHT, de la que no formo parte, ojo, pero que entiendo tienen un acceso directo que nosotros de manera individual no poseemos y ahí es donde creo que nos equivocamos y veo un barco sin rumbo, parece que estamos destinados a caminar solos y no creo que sea la mejor solución”, declara.

Por su parte, Antonio Márquez, vicepresidente de la Asociación de Bares, Cafeterías, Restaurantes y Ocio de la provincia de Las Palmas, integrada en la FEHT (Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas) asegura que “como vicepresidente de la asociación no comparto estas manifestaciones que llevan teniendo lugar todos los martes en este último mes, ya que la relación y comunicación con las instituciones públicas de las islas está siendo habitual y muy fluida, no de ahora, sino desde el principio de la pandemia. Nos parece positivo que muchos hosteleros se estén asociando desde un grupo de Telegram o similares, incluso hemos invitado a los miembros que crearon dicho grupo a participar de las reuniones que estamos manteniendo directamente con Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias. Por supuesto que tenemos que hacer un ejercicio de autocrítica en el seno de la asociación a la hora de haber sabido acercarnos a todo el sector. Este puede ser un inicio para ello, pero no compartimos el afán de salir todas las semanas a la calle cuando son muchos de los sectores de nuestra sociedad como puede ser la cultura o los gimnasios los que están sufriendo recortes de medidas, tanto o más duros que los nuestros. Eso nos puede hacer perder el cariño de lo más importante, nuestra gente, esos que acuden a nuestros bares y restaurantes y que también lo están pasando mal”.

Tras casi 45 minutos de concentración, desde uno de los despachos de Presidencia se recibió al portavoz de los hosteleros, Daniel González, que pudo entregar el manifiesto original que llevaba en su poder y sellar la recepción del mismo.

Al salir, los hosteleros congregados celebraron el gesto como un paso más en sus reivindicaciones, que como recalcaba Daniel “afrontan ahora un momento de espera de ver cómo responde el Gobierno regional, pero por lo pronto nosotros vamos a seguir invitando a los hosteleros a seguir manifestándonos todos los martes aquí”. Esta última postura tiene mucha división de opiniones entre las sensaciones tomadas a los asistentes ya que todos coinciden en que las cosas están bastante mal como para perder las horas que suponen una reunión semanal sin objetivo claro de retorno.

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