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Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

CAMINO A LA COMIC-CAN 2018: CONAN

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En las páginas finales con las que concluye el tomo recopilatorio The Complete Chronicles of Conan -Centenary edition- publicado por el editor británico Stephen Jones, en el año 2006, éste se refiere a la creación literaria de Robert E. Howard, Conan el bárbaro, de la siguiente forma: Sin embargo, los que sólo conocen al cimerio a través de sus encarnaciones cinematográficas no han tenido la oportunidad de ver al verdadero Conan. En sus mejores obras, Robert E. Howard podía montar al lector en una ola sangrienta que le llevaba por ciudades perdidas, junglas vírgenes y galeones infestados de piratas salvajes, donde todo lo que un valiente necesitaba era una espada afilada y una bella mujer a su lado para combatir cualquier amenaza, por muy terrorífica o sobrenatural que ésta fuera. Éstas, pues, son las historias originales de Conan, tan llenas de vitalidad y energía hoy como cuando se publicaron hace setenta años en las páginas de Weird Tales y en otras publicaciones. 1

Lo que expresan estas palabras, por desgracia, se puede aplicar a las personas que forman parte de mi generación y, mayoritariamente, también a las de la siguiente, dado que -por motivos íntimamente relacionados con los prejuicios que siempre se han tenido para con la fantasía y la ciencia ficción en nuestro país- ninguno de nosotros pudimos disfrutar del enorme placer de leer las historias clásicas escritas por Robert Ervin Howard hasta después de haber pasado éstas varias décadas en este planeta.

La realidad nos cuenta que los relatos originales publicados en la revista Weird Tales, en la década de los años treinta del pasado siglo XX, vieron la luz, por primera vez en España, gracias a la editorial Bruguera, en la década de los años setenta, justo cuando Marvel Cómics estaba haciendo lo propio en formato gráfico en los Estados Unidos de América. Aquella edición, tan del gusto de la editorial, es decir, bastante económica en su impresión y presentación, quedó inconclusa al quebrar la empresa, razón por la cual sólo se publicaron once de los doce tomos previstos.

Como solía ser habitual, por aquel entonces, ni su distribución, ni sus métodos de promoción en el territorio nacional ayudaron a que esta propuesta llegara a calar en el imaginario de los lectores. Y eso que contaba, como aliciente, con las sensacionales portadas realizadas por Frank Frazzeta, publicadas, éstas, en 1966 para la edición americana de Lancer Books y la británica del sello Sphere Books.

El dibujo de la portada del tomo de la colección Conan vol.1 Nº2 “Crepúsculo del dios siniestro”, publicado por ediciones Vértice, es obra de Rafael López Espí. © Ediciones Vértice, 1972

Las ediciones que sí gozaron de un mayor predicamento fueron aquellas publicadas por ediciones Vértice, gráficas que no literarias, entre los años 1972 y 1981 a lo largo de dos volúmenes y con portadas de Rafael López Espí. Al principio, las primeras dieciocho historias publicadas sufrieron la terrible maquetación a la que el sello editorial sometía cualquier material que caía en sus manos. Por el contrario, en el segundo volumen de la serie, sí se respetó la maquetación original, algo que luego también sucedió con los números de la serie Los relatos salvajes (1975-1980), una cabecera que recogía las entregas originales de la revista The Savage Sword of Conan, junto con otros materiales que también aparecían en las revistas en blanco y negro publicadas por la Casa de las Ideas. Fue de esta forma, más que en su formato original, donde mi generación conoció a una de las celebérrimas creaciones de la dorada época pulp, la cual nos había sido escatimada hasta entonces.

No obstante, el momento en el que el personaje empezó a formar parte del imaginario propio del mundo del fandom de aquellos años llegó durante la década siguiente y por dos canales de comunicación. El primero vino de la mano de Cómic Forum quien, en los primeros años de aquella década, empezó a publicar, en formato grapa, los comics books originales de Conan the Barbarian que habían sido publicados por Marvel Comics, a partir de octubre del año 1970. Aquellas historias contaron con los inspirados guiones de Roy Thomas y el dibujo, cada vez adecuado, de un primerizo Barry Smith, aún sin el Windsor con el que, luego, se le conocería. El primero supo entender, muy bien, las palabras escritas en los relatos literarios, así como el espíritu de su creador y luego trasladarlos al papel, en conjunción con un dibujante que, poco a poco, se fue encontrando más a gusto con el personaje.

Conan the Barbarian vol.1 Nº1© 1970 Marvel Comics Group.

Baste con citar la sobresaliente adaptación del relato con el que empieza este estudio, The Tower of the Elephant, publicado por Marvel Comics en Conan the Barbarian# 4 (FP abril, 1971) la cual supuso, para quienes lo leímos en su momento, un antes y un después en la forma de percibir al personaje, más si se tiene en cuenta que, salvo que se hubiera podido encontrar el número 42 del volumen 2, publicado por ediciones Vértice, en 1980, esta historia se popularizó después de haber sido estrenada la adaptación cinematográfica dirigida por John Milius.

La película de John Milius, Conan the Barbarian (1982), co-escrita por Oliver Stone y el propio John Milius, fue el altavoz que sirvió para volver a propagar la popularidad del personaje de Robert Ervin Howard dentro del imaginario de la cultura popular contemporánea de aquellos instantes, tal y como antes había sucedido en la década de los años treinta. Y si bien es cierto que la historia se tomaba toda una batería de licencias, muchas de las cuales poco tenían que ver con las raíces literarias del personaje, no es menos cierto que la impronta de un desconocido Arnold Schwarzenegger y el pulso firme de un director como John Milius supusieron el mejor revulsivo para devolver al cimerio al lugar que le correspondía.

Además, icónica es y fue, desde el mismo momento en el que se vio en la gran pantalla, la imagen final de la cinta, con un Conan rey, sentado en su trono, cansado tras mil y una batallas, pero, sin lugar a dudas, la viva imagen volcada por Robert Ervin Howard en sus relatos sobre el personaje.

Conan the Barbarian ©1982 Dino De Laurentiis Company, Universal Pictures & Edward R. Pressman.

Sea como fuere, esta cinematográfica imagen, y todas las que luego se han ido acuñando en sucesivas secuelas, actualizaciones y demás, poco tienen que ver con el personaje y sus vicisitudes, descritas desde el primer relato que vio la luz, en el número de diciembre del año 1932 de la revista Weird Tales.

The Phoenix and the Sword, cronológicamente hablando una de las últimas historias del personaje, situada después de que éste se convierta en el rey de Aquilonia, fue aceptada por el editor de la revista, Farnworth Wright, por mediación de una carta enviada al escritor el diez de marzo de ese mismo año y, luego de su publicación, se convirtió en uno de los personajes favoritos de la legión de seguidores de la icónica publicación. Tras esta primera aventura, Weird Tales publicó The Scarlet Citadel, The Tower of the Elephant y Black Colossus, ésta última en el número de junio del año 1933.

WEIRD TALES. Julio 1933, Vol. 22, No. 1 © 1933 Popular Fiction Publishing Co. Portada: Margaret Brundage

No quiero pasar por alto la enorme contribución de la ilustradora Margaret Brundage a la causa del escritor tejano, su personaje y su universo. Su particular visión de los personajes descritos por Robert Ervin Howard en sus relatos supuso toda una sacudida en un mundo, el Pulp, condicionado por las penurias que debieron soportar los lectores en aquellos años. El mismo editor, Farnworth Wright, reconoció, tras la publicación del número en el que aparecía la historia Black Colossus, en cuya portada Margaret Brundage dibujó a Yasmela -soberana del reino de Khoraja, desnuda y apoyada sobre un trozo de tela carmesí, mientras toca un impenetrable ídolo de piedra-, que nunca antes había recibido tal cantidad de correo provocado por una portada de la revista. 1

Margaret Brundage

Esta estrecha relación simbiótica, la cual benefició y engrandeció el trabajo de ambos creadores, continuó a lo largo de los siguientes años, hasta el mismo momento en el que el escritor decidió, una vez que su madre cayó en un coma irreversible, quitarse la vida, en la mañana del once de junio del año 1936. Tras conocer la muerte del escritor, Margaret Brundage declaró: Llegué a la oficina un día y (Farnworth) Wright me informó acerca del suicidio de Howard. Los dos estuvimos sentados, llorando, casi todo el día. 1

Red Nails, publicada, a título póstumo, entre julio y octubre del año 1936, fue la última historia escrita por Robert Ervin Howard. Como en otras ocasiones, la seductora y atractiva portada de la revista fue obra de la ilustradora originaria de la ciudad de Chicago y, a la postre, ésta fue la última de las ilustraciones basadas en la obra del escritor tejano realizada por Margaret Brundage. Tras la noticia, Farnworth Wright escribió en el número de julio, el cual incluía la primera de las tres partes en las que estaba dividida la historia anteriormente citada: Hace casi cuatro años, Weird Tales publicó una historia llamada “The Phoenix and the Sword” acerca de un aventurero bárbaro llamado Conan que ha llegado a ser rey de un país a base de fuerza bruta y valor. Las historias de Conan fueron rápidamente bien acogidas por nuestros lectores y sus extrañas aventuras se hicieron muy populares. La historia que se presenta a continuación es una de las más inquietantes y vibrantes de Conan. Les recomendamos esta historia, porque sabemos que la disfrutaran de principio a fin. 1

El súbito fallecimiento del escritor no pasó desapercibido para los habitantes y para el periódico local de la ciudad tejana de Cross Plain, en el condado de Callahan. Por una vez y al revés de lo que había sucedido a Robert Ervin Howard, a quien habían ignorado a lo largo de toda su carrera profesional, dicho medio le dedicó un largo artículo de más de 6000 palabras en su memoria, el mayor de estas características escrito por causa del fallecimiento de un ciudadano de la localidad.

Sin embargo, quien mejor definió el talento y la validez del trabajo de Robert Ervin Howard fue su compañero de cabecera y amigo epistolar H.P. Lovecraft, quien escribió su elegía en las páginas de la revista Fantasy Magazine: El personaje y los escenarios del Sr. Howard eran únicos en su totalidad. Él era, por encima de todo, amante de un mundo más antiguo, más simple, un mundo de bárbaros y pioneros, donde el coraje y la fuerza le ganaban la partida al refinamiento y la estratagema, y cuando una raza de rudos valientes batallaban y sangraban y no pedían tregua, ni cuartel a una naturaleza hostil. Nadie podía escribir de forma más convincente la violencia y el gore, y sus pasajes de batallas revelan un instinto natural para las tácticas militares que, seguro, le hubiera sido galardonado en tiempos de guerra. Tenía una fuerza interna y una sinceridad que salía a la superficie y puso el sello de su personalidad en todo aquello que escribía. No solo era sobresaliente en describir imágenes de sufrimiento y carnicería, sino que era de los pocos que podía crear emociones reales de miedo espectral y tensa espera a lo que va a acontecer. Su muerte, con tan solo treinta años, es una tragedia de gran magnitud, un duro golpe del que el género fantástico no se recobrará en mucho tiempo. 1

Muchos años han pasado desde la muerte del escritor, muchas ediciones han visto la luz, incluyendo aquellas publicadas en nuestro territorio -algunas con mejor fortuna que otras, como suele ser habitual- pero, ya nadie puede, o no debería, negar la impronta, influencia y el legado de un escritor que cambió el concepto de la fantasía heroica y lo llevó hasta un territorio totalmente inexplorado hasta aquel preciso instante. Hay quien dirá que Robert Ervin Howard no fue ni el inventor del género, ni el primero en cultivarlo, pues fue William Morris el precursor del género, a finales del siglo XIX. Luego, a comienzos del siglo XX, lord Dunsany (Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany) y Eric Rücker Eddison, lo desarrollaron más, si cabe. Sin embargo, fueron las revistas Pulp, publicadas durante varias décadas, las que impulsaron al género hasta el lector medio, deseoso de encontrar un lugar donde reposar de las penurias económicas y sociales que golpearon a los ciudadanos de buena parte del globo.

Conan the Barbarian vol.1 Nº1© 1982 Marvel Comics Group.

Y, sin duda alguna, el trabajo de Robert Ervin Howard, creador, además del pétreo cimerio, del no menos resolutivo rey Kull de Atlantis, o del puritano cazador Solomon Kane, sirvieron para apuntalar y desarrollar un género que, luego de la crisis económica desatada tras el crack del 1929 y el posterior estallido de la Segunda Guerra Mundial, encontró nuevos y aventajados alumnos, en especial, John Ronald Reuel Tolkien, responsable de El Silmarillion, El hobbit y El Señor de los Anillos.

Sea como fuere, la Era Hiboria, escenario donde se desarrollan las peripecias vitales del bárbaro por excelencia de la literatura universal, tapizada con sus reinos, razas, territorios, mitos y leyendas, son y serán, por el resto de los tiempos, el campo de juegos ideal para la fantasía heroica más pura, genuina y verdadera, y todo gracias al talento y la imaginación de un autor, Robert Ervin Howard, tan esquivo, frágil y peculiar como absolutamente genial e irrepetible.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2018.

Traducción de textos © Elena Santana Guevara, 2018

Conan © 2018 Conan Properties, Inc.

The tower of the elephant ©1933 by the Popular Fiction Publishing Company. Originally publishing in Weird Tales, January 1933.

Para más información sobre cualquiera de las series gráficas que se citan en este artículo, por favor consulte el siguiente link: www.leprechaun.es/

Notas

1.- Howard, R. E., Jones, S., & Edwards, L. (2006). The complete chronicles of Conan-centenary edition (1st ed.). London: Orion Publishing Group.

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