Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

ENTREVISTA CON JOSÉ MARÍA MARTÍN SAURÍ, GANADOR DEL GRAN PREMIO DEL 35º SALÓN INTERNACIONAL DEL CÓMIC DE BARCELONA.

José María Martín Saurí, con un ejemplar de la edición en color de La Odisea y Francisco Pérez Navarro, sujetando la primera entrega de la serie Arturo. 

Estimado señor Martín Saurí, primero que nada, quisiera felicitarle por el galardón obtenido durante la pasada edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, el Gran Premio de la 35 edición del encuentro catalán a toda una carrera profesional.

Dicho esto, quisiera empezar esta entrevista preguntándole por sus comienzos. ¿Qué fue lo que le llevó a trabajar en el mundo de la historieta y cuál fue su primer trabajo como profesional?

Hola Eduardo, vamos a por la entrevista…

A grandes rasgos te diré que siempre me gustaron los tebeos (comics, ahora). En casa, mis padres me compraban el Capitán Trueno. Tendría yo unos 9 años, un domingo mi padre me llevo al Mercado de San Antonio, donde los domingos por la mañana se vendían cromos, libros y tebeos antiguos o de segunda mano. Me compraron un libro, “Cómo dibujar historietas”. Fue mi primer gran tesoro, pues ya tenía unos consejos para aprender y copiar dibujos... En esas épocas el cine se anunciaba en unos folletos que regalaban y también se anunciaban en los periódicos las películas del oeste, de guerra y de romanos. Eran unas ilustraciones bellísimas y yo ya tenía trabajo en copiarlas con unos resultados, jejeje, para olvidar.

Pasó el tiempo y, con 15 años, entré a trabajar en una empresa de electrodomésticos y material eléctrico, Guerin SA. Estaba en el departamento de facturación y mataba mi aburrimiento llenando las facturas viejas de viñetas…(¡mi primera gran fortuna!) Mi compañero Eduardo, ya harto de mí, un día va y me dice que su hermano tiene un amigo que es dibujante de historietas y que, si quiero, podemos ir a conocerlo y que opine sobre mi…. Pasaron un par o tres meses, y un día, por fin, esa persona se ofreció a recibirnos… ¡Resultó ser que el amigo del hermano de mi amigo era nada más, y nada menos, que el gran Fernando Fernández!

Después de ver -y romper- los dibujos que yo llevaba, me ofreció su ayuda: cada tres meses, siempre y cuando me comprometiera a dibujar y dibujar, a corregirme etc. Pasaron unos cuantos años dibujando y publicando algunas cosillas en editoriales muy pequeñas.

Me fui a la mili, y al volver me presenté en la Editorial Bruguera. Allí me dijeron que estaba un poco “verde”. Aun pasaron, creo, un par de meses, y un día me llaman y me dan “mi primer guión”. Lo hago y va y les gusta (era policiaco) Me ofrecen unas muestras para el mercado inglés, a través de su agencia en Londres Creaciones Editoriales. Hago las muestras, que eran para Fleetway, editorial inglesa, para una de sus revistas que se llamaba Pink y les gustaron. Ya me ofrecieron trabajar en sus series -eran de tema romántico, tres páginas semanales, ya que eran una serie con continuará. Fue un bombazo para mí. Al día siguiente me despedí de mi trabajo de oficinista y empezó mi gran aventura de dibujante de “tebeos”, historietas y más tarde de comics. Todo esto sucedía en 1973…

En aquellos instantes, ¿cuáles eran sus autores favoritos o aquéllos que le servían de inspiración? ¿Y qué series graficas le gustaban más? ¿Qué recuerda de los editores de aquella época, especialmente del omnipresente Josep Toutain?

Mis autores preferidos eran por aquel entonces Alex Raymond, Harold Foster, Alberto Breccia, Toppi, Bataglia D, Antonio, Giraud y los españoles Fernando Fernández (de hecho, fue mi padre espiritual), Esteban Maroto, Carlos Giménez, Victor de la Fuente, etc.

TOUTAIN era el gran referente para todo dibujante de historietas.  En mi caso estuve trabajando un par de años para Bruguera. Después, las ganas de estar donde los grandes me llevaron a dibujar unas muestras de terror para la editorial estadounidense Skaywald. Estuve otro par de años dibujando para sus revistas, pero ya desde Selecciones Ilustradas. Ya estamos en 1977…

Hago un viaje a Milán y encuentro trabajo en la editorial Universo. Estoy unos años trabajando y visitando una vez al mes esta editorial, para entregar el material. Ya estamos a mediados de 1980…

A mediados del 80, un viaje a Londres coincidió con la salida a la venta del Libro The Studio. Éste me provoco un auténtico terremoto de ganas de hacer cosas. Al llegar a casa, llame al Pérez (Pérez Navarro) y después de conversaciones llenas de ilusiones, tabaco y cerveza decidimos hacer La Odisea. De hecho, habíamos hablado de plantearnos un gran tema, al principio hablamos de realizar La Iliada en varios tomos, pero al final decidimos hacer La Odisea en un solo tomo.

Portada de la versión conmemorativa, por el 25 aniversario, de La Odisea

Para muchos integrantes de mi generación, el trabajo de Martín Saurí siempre estará ligado a la revista Comix Internacional y al instante en que dicha cabecera comenzó a publicar Odiseo -o La Odisea, como ahora se la conoce-, dado que ahí fue donde conocimos su trabajo. ¿Qué recuerda de aquel proyecto que llegó a España después de ser publicado, primero, en los Estados Unidos de América? ¿Le sorprendió que la revista Heavy Metal se interesara por el trabajo de dos autores desconocidos en el panorama anglosajón del momento?

Lo empezamos a finales del 80, alternándolo con los demás trabajos. En 1981, a raíz del primer salón del comic de Barcelona, teníamos ya unas 8 páginas. Decidí, junto a tres colegas, coger un stand para poder mostrar nuestros trabajos. Así fue como tuvimos nuestro primer contacto con July Simmons, editora de la revista Heavy Metal de New York, porque esta revista -supongo que ya te lo habrá contado el Pérez-nos gustaba mucho, nos ponía.

Conseguimos que la editora viese las páginas. Le parecieron bien y nos dice que, cuando tengamos más, se las enseñemos. Claro, la anécdota era que ella no estaba en Hospitalet, por ejemplo, sino a miles de kilómetros… Total, nos despedimos todos contentos. ¡Ale, ya teníamos el sí aparente! Nos pusimos a trabajar sin parar. Yo cancele todos los compromisos, menos la colaboración semanal con la revista Interviú -dado que pagaban muy bien, y esto me permitió dibujar La Odisea. Así llegamos al mes de noviembre del 81, con unas 22 páginas acabadas.

Una vez terminadas esas páginas decidimos que sería bueno para nosotros (en lo económico) intentar venderla en nuestro país. Dicho y hecho, con las páginas nos fuimos a SI (Toutain), pero no les interesó en absoluto. Al salir nos fuimos directamente a Norma, a ver a R. Martínez, pues no en vano también trabajamos para su agencia.  

Andando calle abajo, por el Paseo de San Juan, la misma calle que SI, nos plantamos en Norma. Allí nos fue con la misma miseria que en Toutain, con la diferencia que nos dedicó una frase lapidaria “no encontraréis editor que os publique semejante historia que no le interesará a nadie”

La verdad, salimos hechos polvo y nos fuimos a llorar bajo el Arco de Triunfo, situado a la salida de Norma, a la derecha, un poco más abajo. Estando allí el Pérez y yo totalmente hundidos, de pronto -todo esto es cierto, aunque suene un poco a fantasía- nos fijamos que, en la calle de enfrente, había una agencia de viajes, y, coño, para allá que nos fuimos. ¿Sabes aquella expresión castiza “de perdidos al rio”’? Pues eso. Total, para abreviar, salimos con dos viajes a Nueva York de una semana de duración…

Todo fue muy rápido. Llegó el día D y para el aeropuerto que nos fuimos los dos, más las maletas. En una de ellas, las paginas junto a ropa, pensando, por si acaso, pues ya había tenido alguna experiencia trabajando para Universo de Milán. Además, llevábamos una gran carpeta negra, vacía, para llenarla el día de visita al Heavy.  El viaje fue bien.

Dado que ya he hablado de este tema con el guionista, Francisco Pérez Navarro, éste me ha contado algunas anécdotas de todo aquel proyecto. ¿Hay alguna que usted recuerde especialmente? ¿Qué fue lo que le costó más, a la hora de abordar este proyecto?

La única anécdota que yo recuerdo es que al desembarcar y ya ir hacia la salida nos pararon dos personas, una mujer elegante rubia y guapa, y un tío alto de color, y nos enseñaron sus placas de agentes del FBI. ¡Y va y nos preguntan qué llevamos en la carpeta grande y negra! El Pérez, con su inglés de Oxford -pues el mío era de Manchester, jeje- va y les dice que nada, que está vacía.  No se lo creen, y al abrirla pues eso, nada de nada. Ésta fue la entrada a los Estados Unidos de América.

Llegamos al hotel. Era sábado y el avión de vuelta era el sábado siguiente. Ya el lunes, manos a la obra, llamo a la redacción. Claro, en nuestra ignorancia de la época, no habíamos concertado ninguna entrevista, gran error el nuestro. Consigo hablar con la editora, pero ni se acuerda de nosotros y, al final, nos concede entrevista a las 4 de la tarde del próximo viernes…  ¡Nos quedamos jodidos! Pensamos, joder, si no le gusta, no tenemos tiempo para ir a ningún otro sitio, ya que al día siguiente nos volvíamos para Barna.

Discutimos un par de minutos y, a la brava, nos presentamos en la editorial esa misma tarde a las 4. Intentando que la recepcionista nos entendiera, con gran suerte la nuestra, paso por un pasillo detrás de la recepción y, dicho y hecho, llamamos o gritamos, ya no lo sé ¡¡ JULY!!  Ella se giró, nos vio -fueron unos larguísimos segundos de silencio- y de pronto se le ilumina la cara, nos sonríe, y se acerca diciendo Jose. Se ve que se le hacía más cómodo pronunciar mi nombre y no el del Pérez, jeje… Va y me dice que habíamos quedado a las 4 de la tarde, pero del viernes, y yo le dije que había entendido ese mismo día a la tarde… En fin, se rió y dijo un vamos, pasad que nos sonó a gloria.

Una vez sentados en su despacho pusimos las páginas encima de la mesa. Las vio, no dijo nada, se levantó y se las llevó a otro despacho. Uf, la suerte estaba echada…  Pasaron no más de 4 0 5 minutos y ya estaba de vuelta. Nos devolvió las páginas y nos puso delante de nuestros ojos un contrato para que, una vez leído, si nos interesaba, lo firmáramos… ¡Coño si nos interesaba! Un ratito más y ya estábamos en la calle. Aquí se acabó la primera visita a la sede del Heavy.  

Después yo hice un viaje solo para entregar más páginas unos meses después y, al final, los dos otra vez hicimos otro viaje, ya para entregar la parte final. Nos fuimos a celebrarlo a un bar, a base de vino blanco italiano. Nos esperaban 5 días de disfrute en Nueva York, pero es otra historia.

Una vez de vuelta a casa, la primera sorpresa fue Toutain. Una semana antes, le había parecido un fiasco de trabajo, pero, ahora, le interesaba mucho y nos lo compró. En fin, vivir para ver. Ahora que ya lo habíamos conseguido solo faltaba hacerlo. Fueron dos años intensísimos de trabajo sin parar, para acabarlo en los términos que marcaba el contrato que habíamos firmado.

Lo que más costo de esa historia fue todo lo relacionado con el ambiente, tipología y vestuario en esa época en concreto. No debimos hacerlo muy mal, porque, a lo largo de estos años, se ha usado en más de un instituto como soporte a alguna asignatura. El punto culminante fue cuando compró los derechos una editorial griega que, después de una revisión a fondo, la quiso publicar. Ver tus dibujos con los bocadillos y textos en griego fue muy gratificante.

Un cuarto de siglo después de que la obra llegara al mercado, Norma Editorial decide publicar una nueva edición, la cual ha disfrutado de varias reediciones. ¿Qué siente al respecto? ¿Quedó contento con la nueva edición?

¿Qué opina de la versión coloreada por Esther Sanz? ¿Cree que esta nueva versión sirvió para atraer a un segmento de lectores que están poco familiarizados con el trabajo en blanco y negro?

En 1995, más o menos, Planeta hizo un tomo con La Odisea. Después ya nos trasladamos al 2007, cuando Óscar, de Norma, propuso hacer una re-edición -la definitiva, nos dijo- supongo, que al rebufo del 300 de Miller. Nos pareció bien, sólo que tenía que ser una edición a tamaño grande y muy cuidada. Todos estos puntos figuraban en el contrato. Y así fue. Hicieron una edición francamente muy bonita y cuidada.

De la edición a color de Esther poco te puedo decir yo, ya que, por si no lo sabes, soy daltónico. Gajes del oficio, jeje. Me parece bonita, pero no puedo juzgarla, eso se lo dejo al Pérez…

Portada de La mariposa y la llama 

Con Enrique Sánchez Abulí, publicó La mariposa y la llama, en 1997, obra que también ha reeditado Norma Editorial. ¿Qué recuerda del trabajo y qué opina de la nueva reedición?

La mariposa era un relato que, un buen día, me lo pasó Enrique para leerlo, cosa que hice. Me gustó mucho y nos planteamos hacerlo con tiempo, sin agobios, y sin editor al principio. Vamos, sin ataduras. Un poco más de un año más tarde ya estaba bastante avanzado y se lo mostramos a RBA editores en Barcelona y a la revista Blue, en Roma. En ambas gustó y apareció publicada.

Este trabajo me trae buenos recuerdos de un par de viajes a Roma. La gente de la redacción, encantadores, encabezados por el editor Conillio. Uno de los días de la entrega coincidí con el maestro Serpieri y su queridísima DRUNA en carne y hueso, una morenaza italiana que quitaba el hipo. Con la edición de Norma ocurrió que, cuando se firmó La Odisea, se acordó que, si se vendía bien, me editarían más cosas.  La mariposa fue la primera de ellas.

Mientras Norma estaba reeditando mis trabajos hice tándem con el guionista Raule para realizar su guión “La Conjetura de Poincare”, con un estilo muy diferente a lo hecho hasta entonces, para la editorial Diabolo.

Portada de Arturo 2. Excalibur 

Y tras La Odisea, y de nuevo contando con los guiones de Pérez Navarro, le tocó el turno a la leyenda artúrica, la espada Excalibur y al reino de Camelot ¿Cómo se planteó un proyecto tan vasto y con tantas referencias como ése?  ¿Quedó satisfecho con los resultados?

Después, junto con el Pérez, nos planteamos recuperar una vieja ilusión de mucho tiempo atrás, Arturo. Se lo planteamos a Norma, le interesó, aceptó nuestras condiciones y manos a la obra. Han sido 4 años de duro trabajo, ya que, tal y como dices, era un proyecto vastísimo tanto en personajes como en escenarios, ambientes, soldados, caballos, batallas, etc. Sí, quedamos bastante satisfechos con el resultado en términos generales. El editor encargó a Esther el color -para reeditarlo en formato integral, a todo color con extras y demás- pero no hay fecha de salida. Se nos aseguró que en este Sant Jordi se va a llevar a cabo. 

Además de cómic e ilustración, ha trabajado en otros ámbitos tales como la animación. ¿En cuál se siente más cómodo?

Tal como mencionas, he trabajado en otras disciplinas. Me quedo con el cómic, que es lo que realmente amo de verdad. Con la animación y los story-boards de cine de imagen real me he divertido mucho, pero nada más.

Y si hablamos sólo del lenguaje secuencial ¿Hay algún género que le guste más y/o que se adapte mejor a su estilo?

En cuanto a géneros, me gustan los que tocan temas históricos.

¿Está trabajando en algún nuevo proyecto?

En estos momentos estoy en un año sabático, por diversos motivos muy personales.

¿Hay algún proyecto en el que siempre ha querido trabajar, pero, por una cosa o por otra, nunca lo ha logrado?

Me gustaría dibujar una buena historia ambientada en el far-west, o ambientada en la época del último mohicano.

¿Qué opinión tiene del actual mercado gráfico y las editoriales que aún sobreviven en nuestro país?

El momento actual es muy interesante. Han salido autores muy buenos. Para mi gusto, sobresale por encima de todos Roger Ibañez y su serie Jazzmaynard junto al guionista Raule.

En cuanto a las editoriales, se aguantan las clásicas (con el defecto para mi gusto de la poca inversión en proyectos propios, ya que lo único que hacen es traducir y pagar derechos, ya sea con los super héroes o el manga) pero realmente el momento con tantas novedades mensuales es muy atractivo.

Si quiere añadir alguna cosa más, no dude en hacerlo. Muchas gracias por su tiempo.

Ha sido un placer Eduardo contestar a tus preguntas.

Un fuerte abrazo

José M. Martín Saurí

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2017

© José María Martín Saurí, 2017 (portadas)

© Norma Editorial 2017 (ediciones)  

 

Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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