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Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

IRA, JINETE DE DRAGONES. ENTREVISTA CON MANUEL GUTÍERREZ

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Manuel Gutiérrez ataviado con ropajes Skayr

Nilak, su orografía, sus habitantes, las criaturas que allí habitan… ¿De dónde parte la idea sobre la que sustenta todo este escenario y cuáles son sus principales influencias?

El worldbuilding de la saga tiene una mezcla de influencias donde destacaría, principalmente, la del imperio mongol del siglo XIII. También hay tensiones narrativas que beben de la trilogía original de Star Wars y hay muchos guiños al grupo musical islandés Sigur Rós. Además, hay bastantes recursos de mis años como director de juego de partidas de rol y mi pasión por la mitología, las leyendas y la fantasía. Dicho esto, de donde en realidad nace todo es de la trama de sus dos personajes principales; es decir, Ari e Ira. Sus objetivos y dificultades han ido articulando el escenario.

¿Cuándo empezaste a trabajar en la saga de “Sello del dragón” y cuáles han sido los mayores inconvenientes a los que te has tenido que enfrentar?

Todo comenzó en 2014 y, sin duda, las mayores dificultades fueron los inicios, cuando el proyecto tuvo dos parones en los que creí que la saga no vería nunca la luz. Por suerte, cuando apareció Xulia todo fue rodado.

¿La obra se planteó como una trilogía desde el principio o fue el propio relato el que pidió un cambio de planes?

Desde el comienzo fue una trilogía. La estructura de cada tomo tiene su porqué y, aunque hay cambios lógicos en la medida en que se realizan, la esencia se mantiene.

En el álbum hay páginas donde predomina el relato frente a otras en donde lo que prima son las imágenes. ¿Esto se debe a las necesidades del relato o al punto de vista de la dibujante Xulia Vicente?

La razón de esto es el ritmo narrativo. El contraste entre imagen y texto, sus diferentes niveles de carga, los silencios, la acción… Son elementos esenciales para crear una trama ágil que creo es indispensable en cualquier historia, sea cual sea su género.

En el desarrollo argumental del relato se esconden secretos que, antes o después, terminarán por afectar a los protagonistas. ¿Con este recurso se quiere ir siempre un paso por delante del lector y dejarle bien claro que en cada página puede suceder un hecho que cambie y/ o altere todo lo que ha sucedido hasta el momento?

Sorprender al lector es un objetivo intencionado, es la sal de cualquier historia y lo fomento en la medida que la trama lo permite, sin llegar a abrumarle. Pero, ojo, también hay muchas pistas sobre lo que pasará en la resolución final de la saga. Estas pinceladas entre líneas son esenciales para conseguir la empatía con el público. Quien ‘adivine’ estas pistas, más que sorpresa, encontrará confirmación.

En el catálogo de la editorial, la colección se presenta como “un cómic de corte juvenil y fantasía”. Dicho esto, los comportamientos de los personajes adultos no esconden sus carencias, excesos y el gusto por la manipulación más descarnada. ¿Consideras que, a pesar del segmento al que va dirigida la obra, es necesario incluir este tipo de comportamientos para darle credibilidad y un punto de apoyo válido a la narración?

Nunca menosprecio la capacidad de ningún lector, tenga la edad que tenga. A pesar de esa segmentación ‘juvenil’ (que me sirve como base para pensar en un lector “cero”) la saga creo que la puede disfrutar cualquiera al que le interese el género de fantasía. He encontrado ya lectores desde los 7 años hasta adultos de más de 50.

¿Con qué personaje te identificas más y/o te puedes ver representado?

Nunca he pensado en esto… Posiblemente, el personaje más cercano a mí sería Egan, uno de los Cazadores del primer tomo, Ari, cazador de dragones. Ser un cínico algo nihilista y malhumorado cuadra en mi personalidad.

Ira, la protagonista del segundo álbum de la colección, es una mujer del siglo XXI, a pesar del escenario en el que se desenvuelve la historia. ¿Este gusto por mostrar a unos personajes que beben del momento actual, aunque la historia no se desarrolle en nuestro mundo, es algo que se planteó así desde el principio o, también, fue algo que la evolución de relato requirió?

Bueno, es mi universo y, en este mundo, Ira es así desde el comienzo. Es la suerte de escribir ficción especulativa. El arco narrativo de Ira es lo que es, porque es necesario para trama. Entiendo que, con un trasfondo cercano a lo medieval, sería fácil interpretar un personaje femenino como alguien más apocado, más estereotipado… Para nada. Ira es fuerte y tiene una energía poderosa en sus acciones que arrasa con conceptos manidos, dentro y fuera del propio cómic. Por eso es uno de los dos pilares principales de la saga.

En las páginas finales del segundo álbum comentas las diferentes fases del proceso de creación del guion. ¿En cuánto tiempo se traduce todo eso?

Han sido tres años desde que salió el primer tomo… Hay que tener en cuenta que tanto ni Xulia como yo estamos a tiempo completo con la saga. Hacemos otros trabajos y hay que sacar más proyectos a la vez, por lo que todo se ralentiza.  

Tras dos álbumes en el mercado y trabajando en un tercero, ¿cambiarías alguna cosa de los dos primeros?

Todo es mejorable, y más visto con la perspectiva que dan los años, pero sería absurdo pensar en cambiar algo que ya está hecho. Más que mejorar, diría añadir y sobre todo en el primer libro, Ari, cazador de dragones. Por exigencias editoriales, el formato de páginas era cerrado (en Ira, jinete de dragones se eliminó esta condición) y hay escenas que se quedaron cortas de desarrollo. Quizá para una hipotética edición integral…

Ira, Jinete de Dragones. Ilustraciones © Xulia Vicente, 2019.

Edición © Sallybooks, 2019

¿Crees que tu trilogía puede servir de puerta de entrada para quienes quieran conocer el mundo del noveno arte?

Sería el mayor de los halagos. De hecho, sobre esto tengo la experiencia de un padre que me contó que Ari, cazador de dragones no solo fue el primer cómic que leyó su hijo, sino que fue el primer libro de su vida. Lo guardo como uno de los mejores recuerdos que tengo como creador.

Ahora mismo lo que está de moda son las novelas y series de televisión sobre fantasía heroica. ¿Cuál fue la razón que llevó a la editorial Sallybooks a plantearse esta historia a modo de cómic?

La principal razón es el amor a la fantasía y sus variantes. Sallybooks tiene una línea de estilo (gráfica y narrativa) definida desde su nacimiento y la fantasía es uno de los géneros a explotar. Además, cultiva un tipo de obras llenas de posibilidades narrativas que, en el lenguaje del cómic, encuentra su medio ideal por su poder sintético, icónico y comunicador.

© Manuel Gutiérrez, 2019

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2019

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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