El 78% de los contratos parciales en Canarias son ocupados por mujeres: los datos que perpetúan la brecha de género

Camareras de piso en un complejo. (ALEJANDRO RAMOS)

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El 78% de los contratos parciales en Canarias son ocupados por mujeres. Además, lideran los empleos eventuales y nueve de cada diez excedencias para el cuidado de menores y de familiares son solicitadas precisamente por mujeres. Se trata de datos que perpetúan la brecha de género en las Islas y que contribuyen a que ellas cobren 3.200 euros menos que sus compañeros hombres, que coticen menos a la Seguridad Social o que en el futuro cuenten con pensiones mucho más bajas. Así lo refleja un estudio elaborado por CCOO con datos oficiales. “La brecha salarial por condiciones de género en Canarias en las pensiones se amplía hasta el 26% porque vamos cotizando y cobrando menos”, asegura Esther Martín, secretaria de Acción Sindical y Mujer en ese sindicato y que señala que los sectores más feminizados son precisamente los más vulnerables. 

Entre esos sectores ocupados en su mayoría por mujeres y más precarios destaca el de limpieza, el primario, comercio… donde además no hay complementos de peligrosidad como sí ocurre en otros empleos masculinizados como la construcción. “Otro tipo de complementos puede ser la nocturnidad. La mujer no suele cobrarlo porque no puede acceder a él al encargarse de ese rol de cuidados”, recuerda la sindicalista. En el caso de los contratos de eventualidad añade que son ellas las que asumen contratos por apenas unos días, lo que impide ganar en estabilidad. A ello se le suma que la caída del salario en Canarias es la mayor de todo el Estado, y la brecha de género en esta comunidad con respecto al resto del país aparentemente es inferior porque los salarios son inferiores. No obstante, hay toda una estructura que perpetúa que las mujeres sigan ocupando puestos en peores condiciones y, por ello, defiende la subida del Salario Mínimo Interprofesional como medida para que las personas que trabajan en estos sectores puedan cubrir sus necesidades básicas.

Esther Martín subraya que existen dos tipos de discriminación por razón de género. Por un lado, la directa, que “es aquella en que se paga de forma diferenciada a un hombre y a una mujer por su condición de género”. Y en este punto recuerda que el Tribunal Supremo ha concluido que las mujeres han sufrido discriminación salarial por género ante las demandas interpuestas por CCOO contra varios hoteles de la isla de Tenerife. Pero también existe una discriminación indirecta, que está por ejemplo en que sean las mujeres quienes ocupen esos contratos a tiempo parcial “porque lo impone el mercado laboral y porque seguimos asumiendo casi en exclusiva los roles de cuidado”. 

La delegada sindical menciona los techos de cristal, es decir, las dificultades para acceder a puestos directivos pese a contar muchas veces con mayor formación que compañeros hombres, algo que sigue ocurriendo en el sector público y en el privado. No obstante, también destaca la existencia de ese “suelo pegajoso”, es decir, de esas situaciones de precariedad y pobreza de las que es muy difícil salir. Y en ello es contundente el informe de CCOO: “Las mujeres canarias se incorporan y mantienen en el mercado laboral afrontando desigualdades que se reflejan en las tasas de actividad que ocupan, en la parcialidad que afrontan, la eventualidad en la contratación, el elevado porcentaje de mujeres desempleadas o en que haya sectores feminizados y precarizados”. 

Uno de los sectores más perjudicados es el de las empleadas de hogar. Muchas de ellas ni siquiera están dadas de alta en la Seguridad Social, lo que hace aún más difícil tener datos sobre cuál es la situación. Beatriz Naranjo, técnica del área de Empleo de Cáritas en Canarias y encargada de coordinar y asesorar a un grupo de trabajadoras del hogar, señala que están expuestas a que se les despida sin argumentos y que no tienen derecho a paro. Empleo Doméstico y Agricultura son los sectores donde existe mayor vulnerabilidad, según los informes de la ONG. Afirma que las condiciones de las internas suelen ser mucho peores y que se trata de un trabajo que aceptan mujeres en situación administrativa irregular en España. Calcula que muy pocas han podido acogerse al subsidio que se anunció durante el confinamiento para este colectivo ya que hay mujeres que no están dadas de alta y que las crisis siempre golpean a las personas más vulnerables. “Antes de la pandemia, la gente faltaba más a las citas de Empleo con Cáritas, pero ahora no falta nadie”, apunta. 

Medidas para reducir la brecha

Esther Martín explica que para reducir las desigualdades se deben realizar políticas activas de empleo con perspectiva de género que permitan no solo el acceso de las mujeres, sino que se mantengan en el empleo. Así mismo, apunta a la necesidad de crear escuelas infantiles de cero a tres años para que las mujeres no se vean obligadas a asumir el rol de los cuidados, así como mejorar la atención a la dependencia. La delegada sindical insiste en que el verdadero cambio vendrá de la mano de la educación, en coeducar para la igualdad y el reparto de tareas, pero cree que a corto plazo se pueden desarrollar medidas en esos sentidos. De hecho, tanto CCOO como UGT han basado su lema para este 8M en la importancia de fortalecer los recursos públicos esenciales. 

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