Aparece el cuerpo sin vida de un hombre en la calle Franchy Roca
Agentes de la Policía Nacional investigan el hallazgo del cadáver de un hombre que fue encontrado maniatado con cinta adhesiva en la vía pública a primeras horas de esta mañana en Las Palmas de Gran Canaria, según han informado a Efe fuentes de la investigación.
El cuerpo de la víctima, un indigente habitual de la zona, se localizó en la intersección de las calles Franchy Roca y Secretario Artiles de la capital isleña sobre las 7.30 horas, ha indicado a Efe el Centro Coordinador de Emergencias 112.
Una patrulla de la Policía Local dio la primera alerta sobre los hechos, requiriendo la intervención de personal del Servicio de Urgencias Canario, que envió al lugar una ambulancia con un médico que confirmó el fallecimiento del hombre.
El 112 no ha podido aportar más detalles sobre el suceso, debido a que se encuentra bajo investigación.
La Jefatura Superior de Policía de Canarias ha declinado por el momento ofrecer información alguna sobre lo ocurrido y ni siquiera confirma si se trata de una muerte violenta, como apuntan los datos aportados por otras fuentes de los servicios de emergencia.
Durante toda la mañana, agentes de la Policía y especialistas de su unidad científica han estado trabajando en el lugar donde fue encontrado el cadáver, cercano al parque de Santa Catalina.
Su labor se desarrolló en los alrededores del portal donde solía pernoctar el fallecido, un conocido pintor callejero.
En el lugar, quedó uno de los muchos cuadros que realizó en los varios años que pasó viviendo en la vía pública en esa zona, según han rememorado diversos vecinos que han coincidido en asegurar que su afición le valió el sobrenombre de “el pintor” y que era una persona amable y apreciada en el lugar.
“Caía muy bien, porque era un señor muy tranquilo y educadísimo, majo, estupendo”, que “pintaba y no molestaba a nadie”, ha declarado una vecina que no ha querido identificarse, pero que ha opinado que “es una pena que le haya pasado esto”.
Esta mujer ha añadido que, a su entender, su fin pudo deberse a una reyerta con algún conocido de los que le visitaban, a los que ha calificado de “gentuza”.
“Lo malo es la gente que venía a verle a él, que no me gustaba nada”, han manifestado.
Con ella ha coincidido al expresar su aprecio por el fallecido María Izquierdo, dependienta de una tienda de alimentación cercana que ha explicado que la víctima “era uno más del barrio”, matizando: “No uno más, sino un allegado”.
“No era el típico que está en la calle”, ha insistido María Izquierdo, quien ha expuesto que el fallecido procedía de la península, que tenía allí a una hija a la que solía llamar por teléfono y que se llamaba Carlos Felipe, según la firma que ponía en sus cuadros, dos de los cuales mostró, orgullosa, en una de las paredes de su establecimiento.
Puesto que, según ha relatado, usaba sus pinturas como moneda para pedir dinero o comida a quienes le conocían, hasta el punto de que “es raro en el área que un vecino no tenga uno o dos de sus cuadros”, ha dicho.
Y ha agregado que le siguió viendo hasta anoche mismo, cuando fue a su tienda llevando una cantidad inusual de “50 o 60 euros”, lo cual “para él era mucho dinero”.