La Audiencia de Madrid juzga este miércoles al asesino de Cathaysa
La Audiencia Provincial de Madrid juzgará el próximo miércoles por agredir sexualmente a una menor en Miraflores de la Sierra (Madrid) a Jesús Agustín Hernández Renes, que en 1989 ya fue condenado a 46 años de cárcel por la violación y asesinato de una niña de 12 años en Las Palmas de Gran Canaria, Cathaysa Rosales Vera.
EL fiscal pedirá quince años de cárcel para el acusado, que tiene 52 años y está preso desde el 27 de agosto de 2004, por un delito de agresión sexual y una multa de 720 euros por una falta de lesiones, así como que indemnice a la menor con 60.000 euros por el daño moral causado y 660 euros por las lesiones físicas.
Según el escrito de conclusiones provisionales sobre las 14.15 horas del 26 de agosto de 2004 el procesado abordó a una menor de 10 años cuando ésta regresaba de hacer la compra y, portando un cuchillo de 26 centímetros de hoja, la obligó a que subiera a su domicilio, situado en la Plaza del Rolla de Miraflores de la Sierra.
Para ello, la agarró del brazo “mientras la amedrentaba diciéndole que como no subiera la mataba”, continúa el fiscal, que añade que una vez que la menor subió al domicilio el procesado, “con ánimo lascivo”, la desnudó, la arrojó al sofá del salón y la agredió sexualmente al tiempo que la amenazaba de muerte y la golpeaba en la cara.
Como consecuencia de esta agresión, la menor sufrió diversas heridas que requirieron quince días de curación y presenta un trastorno de estrés postraumático de carácter crónico.
Jesús Agustín Hernández Renes fue condenado en 1989 por la sección tercera de la Audiencia Provincial de Las Palmas a un total de 46 años de cárcel por la violación (19 años) y posterior asesinato (27 años) de la niña de 12 años Cathaysa Rosales Vera.
La sentencia consideró probado que el 7 de junio de 1988 el condenado se tropezó con la menor en la puerta de acceso de su domicilio en Las Palmas, que era el mismo de la niña, a quien invitó a subir a su casa y ésta aceptó al conocerle como vecino del bloque.
Una vez en el piso, el hombre la golpeó, la violó y finalmente la asestó una puñalada que le causó la muerte, escondiendo el cadáver en una vieja lavadora, lo que el acusado confesó a los padres de la niña al día siguiente y se entregó a la Policía.