Cáritas cierra su año más difícil
La organización no gubernamental Cáritas Diocesana ha atendido a cerca de un millar de personas sin hogar durante el año 2009 en la capital grancanaria, una cantidad antes nunca vista y que ha obligado incluso a derivar a personas a otros recursos de la institución, en concreto a las parroquias de los barrios. Hasta finales de octubre eran 902 personas, de las que 271 tuvieron que ser enviadas a otros servicios, frente a las 792 del año 2008. Todo ello está directamente relacionado con la crisis económica y las elevadísimas tasas de paro que han llegado al 26% en Canarias.
Así lo puso de manifiesto la directora del programa para personas sin hogar de Cáritas en Las Palmas de Gran Canaria, Araceli Martín, quien aseguró que “este año ha sido muy intenso y la crisis se ha notado a nivel nacional y en este programa muchísimo”. Otro ejemplo de esta situación ha sido que en el comedor situado en la Avenida de Escaleritas se ha pasado de una media de 130 personas a comer cada día hasta llegar a los 200 a principios de este año.
Para intentar atender con la mínima calidad a estas personas, Cáritas decidió “afinar” en el perfil de los sin hogar que se atendía, exigiendo una documentación previa, lo que permitió reducir de nuevo el volumen de personas atendidas. Al resto, que estaban en situación de vulnerabilidad, pero al menos tenían unos mínimos ingresos y una casa, se les derivó a las cáritas parroquiales.
Pese a todo, este jueves es día de celebración en Cáritas con una comida con un menú especial que incluye sopa de mariscos, pastel de carne y productos navideños. Asimismo, a las 11.00 se organizó un brindis con gambas a la gabardina, huevos rellenos, jamón y queso y entremeses variados. Y es que en esta época las personas sin hogar necesitan aún más atención. “Es una época dura para los que están en la calle porque añoran a su familia y se ponen más tristes. De hecho, notamos que se agudizan los problemas de consumo de alcohol porque necesitan evadirse aún más”, asegura Martín.
La responsable del programa para los sin hogar tiene claro que “mucha gente pequeña en muchos lugares pequeños haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo, esa es la manera de hacerlo durante todo el año, no sólo en Navidad. El mensaje de Jesús es que seamos solidarios, pero todos los días”, insistió.
