El Cónsul de Uruguay espera con prudencia la investigación
El Consulado de Uruguay en Tenerife espera con prudencia a que concluya la investigación sobre las circunstancias en las que falleció un ciudadano de ese país que residía en la isla de forma irregular y que, según su familia, no recibió ayuda tras sufrir un paro cardiaco mientras trabajaba.
“Vamos a apoyar a la familia en todo lo que solicite y si se demuestra que los hechos son tan graves actuaremos con contundencia”, manifestó a Efe la cónsul honoraria del Uruguay en Tenerife, Teodora Fernández.
Pero mientras “no vamos a hacer juicios paralelos que pueden perjudicar que se aclare esta situación”, agregó.
El fallecido, Luis Beltrán Larrosa Conde, estaba en España en situación irregular y, según ha manifestado su hijo, tras sufrir un infarto fue arrastrado y abandonado en la calle por el propietario del bar del sur de Tenerife en el que trabajaba haciendo unas reformas.
La Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias de la muerte de Luis Beltrán Larrosa, de 56 años, ocurrida el 25 de julio en la clínica Hospiten Sur, a donde fue trasladado después de que un vecino testigo de los hechos avisara a los servicios de emergencia sanitaria.
Teodora Fernández comentó que el Consulado carece de información, más allá de la que se ha publicado en los medios de comunicación, sobre un caso que está “en el ámbito judicial y en investigación”, por lo que esta institución se mantiene a la espera de los resultados y a disposición de la familia del fallecido para ayudarla en lo que necesite.
“Estamos en un momento en el que nadie puede aportar nada, hay unos testigos, unos hechos y una actuaciones judiciales”, dijo la cónsul.
Las circunstancias descritas por la familia sobre este fallecimiento “son un espanto y un horror”, pero todo tiene que estar “aclarado y fundamentado”, y por eso el Consulado se mantiene prudente a la espera de la conclusión de la investigación, explicó.
Aunque el Consulado carece de un censo oficial sobre el número de uruguayos en Tenerife, puesto que muchos tienen nacionalidad española o italiana y es una comunidad con mucha movilidad, Teodora Fernández estimó que pueden ser unas 5.000 personas.