''No estamos desconfiando de nadie, pero hay que hacer una investigación para ver cómo ocurrieron los hechos''
La delegada del Gobierno en Canarias, Dominica Fernández, ha reiterado este jueves en el programa El Correíllo de CANARIAS AHORA RADIO que la Delegación no aprobó el plan de emergencias para la fiesta La Suelta del Perro Maldito de Valsequillo, cuya última edición se ha zanjado con una fallecida y varios heridos graves.
La Delegación, explicó, “cuando recibe una convocatoria de Junta de Seguridad lo único que hace es avisar a la Guardia Civil para que vaya”. Y durante la fiesta, la Guardia Civil “se encarga de la seguridad ciudadana, de nada más”.
El Ayuntamiento de Valsequillo “es el que se encarga de organizar un plan de evacuación”, prosiguió Fernández, “como se ha hecho”.
En cualquier caso, la delegada del Gobierno expuso que lo ocurrido fue “un accidente” que “en ningún momento se podía prever”.
Y concluyó: “No estamos desconfiando de nadie, pero hay que hacer una investigación para ver cómo ocurrieron los hechos”.
Como informaba este periódico el miércoles, un informe realizado por Protección Civil y la Policía Local de Valsequillo y encargado por el Consistorio, solo horas después del accidente, revela la actuación de los efectivos de emergencias después del incendio que ha causado ya la muerte de una mujer.
Según el plano al que ha tenido acceso CANARIAS AHORA, dos ambulancias evacuaron al actor Néstor Rodríguez y a los 32 heridos por las calles de Antonio Macías y del Sol. El traje del zancudo se prendió fuego justo en la confluencia con la avenida de Juan Carlos I a la altura de la plaza de San Miguel, al pie del escenario principal. La organización consiguió despejar a todo el público concentrado en ese punto en cuestión de minutos.
Una “ratonera” ante el exceso de gente y diablillosdiablillos
“Esto es una ratonera”, comentaban esa noche los agentes de la Guardia Civil que se reunieron en el punto en que se cortó el acceso a los asistentes, a la entrada de la calle.
Efectivos de Protección Civil explicaron, momentos después del incidente, que, al tratarse del vigésimo quinto aniversario de la Suelta, no solo se había congregado un mayor número de espectadores, también se había multiplicado el número de personajes que participaban en el pasacalles y, por tanto, el número de diablillos que portaban antorchas.
Precisamente, el traje que vestía Néstor Rodríguez, caracterizado como uno de los perros protagonistas de ediciones pasadas (al perro liberado en 2011 se unieron los 24 anteriores) tenía unos diez años y no había sido elaborado por la empresa encargada del vestuario.