El acusado de asesinar a una amiga en Gran Canaria y robarle sus joyas asegura que “no recuerda cuántos golpes le dio en la cabeza”
El acusado de asesinar a una amiga, a la que además robó joyas valoradas en 31.077 euros en junio de 2019, ha afirmado este lunes ante un Jurado de Las Palmas que ella le amenazó antes con el cuchillo con el que le preparaba bocadillos en la cocina de su casa, donde el procesado iba a diario a comer y ver la “tele”.
José Octavio M.H., que se enfrenta a una condena de 24 años y 6 meses de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia, ha detallado que la víctima se encontraba junto al fregadero y que cuando nombró a su madre, de la que había sido amiga, chillaron los dos y, tras amenazarle con el cuchillo, él cogió una figura del suelo con la que la golpeó en la cabeza.
Así mismo, ha dicho que no recuerda cuántos golpes le dio en la cabeza y que, al ver que la víctima había muerto, se llevó las joyas que tenía puestas para que no se las quedaran sus hermanos y que su intención era “tirarlas a la marea”, salvo tres que se las había regalado el día anterior para venderlas.
Según ha explicado, ella le dijo que se podía quedar con la mitad de lo que le dieran por las tres joyas que le dio para que pudiera recuperar el suministro eléctrico en su vivienda, cortado desde hacía meses.
A preguntas del fiscal, que han sido las únicas a las que ha respondido, el acusado ha manifestado que esta es la primera vez que nombra el episodio del cuchillo porque nadie le preguntó sobre ese extremo, ni cuando confesó los hechos, una vez que fue detenido, el 9 de junio, ni durante la instrucción de la causa.
La defensa ejercida por Francisco Javier Sarmiento solicita que se le imponga una pena de 6 años de prisión al procesado, ya que califica los hechos como un homicidio en el que concurren las atenuantes de confesión y de arrebato.
Sarmiento, a cuyas preguntas no ha querido contestar el acusado, ha explicado al tribunal que su cliente sufrió un arrebato, puesto que entiende que no existe otra explicación de los hechos, dada la amistad que mantenían y por cómo se ayudaban José Octavio M.H. y su amiga.
El letrado ha sostenido también que el acusado, como carecía de antecedentes por robo, se llevó las joyas para que no pensaran que había sido él quien había matado a Rosa Delia G.L., y ha insistido en que su amiga ya le ayudaba económicamente, por lo que ha descartado el móvil del dinero.
El fiscal ha señalado, sin embargo, que existen pruebas suficientes que se verán a lo largo de la vista que demuestran que el acusado cometió un asesinato y un robo con violencia.
Ha añadido que el acusado atacó de forma inesperada a la víctima, quien no esperaba ser agredida, dada la confianza que existía entre ambos tras más de 15 años de amistad, y, una vez muerta, la despojó y le robó sus joyas.
Según sostiene el fiscal Pedro Gimeno, tras asesinar a su amiga, el acusado se marchó a su casa, situada en la Avenida de Escaleritas, se aseó y cambió de ropa y tiró después en un contenedor la ropa que llevaba puesta en el momento de los hechos y la figura con la que golpeó a la víctima.
A continuación, se dirigió hasta el establecimiento Cashconverter del Centro Comercial La Ballena, donde vendió por 561 euros tres de las joyas, cuyo valor pericial estimado es de 1.589,42 euros.
Tras la venta, contactó con su novia, M.M.G.P., que era ajena a la muerte descrita, porque habían quedado en pasar el fin de semana en un apartamento en el sur de la isla, y a su regreso, el domingo 9 de junio, fue detenido por la Policía en la Estación de Guaguas de San Telmo, donde le fueron intervenidas las joyas, que había guardado en un bolso de su pareja, según ha indicado el procesado.
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