El Gobierno y las comunidades debaten el cierre de la actividad comercial no esencial a las 20.00 horas en Semana Santa
El Gobierno y las comunidades autónomas vuelven a reunirse esta tarde preocupados por el incipiente repunte de los contagios a las puertas de la Semana Santa, con lo que sobre la mesa pondrán la pertinencia de endurecer aún más las restricciones para tratar de evitar la temida cuarta ola.
A las medidas acordadas anteriormente en el Consejo, pueden sumarse otras desde esta tarde, como el cierre de toda la actividad comercial no esencial a las 20.00 horas. Los responsables de varias comunidades autónomas han referido conversaciones en las últimas horas con el Ministerio de Sanidad en este sentido, pero descartan que se vaya a modificar el horario del toque de queda, para lo que habría que hacer un nuevo decreto de estado de alarma. El actual estará en vigor en principio hasta el 9 de mayo.
Fuentes del Departamento de Salud catalán han confirmado a eldiario.es que desde el Ministerio de Sanidad les contactaron este martes para sondear la posibilidad de cerrar todas las actividades no esenciales a las 20.00 horas. Una medida que se prevé que se aborde por parte de todas las comunidades en el Consejo Interterritorial de este miércoles.
Cuando aún los efectos del puente no se han hecho notar en la curva, y mientras varios países europeos han decretado duros confinamientos para Pascua, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dejó el lunes la puerta abierta a replantear las medidas antiCOVID ante este cambio de tendencia.
Y es que el plan consensuado con las comunidades -que contemplaba, entre otras, el cierre perimetral, el toque de queda nocturno a partir de las 23 horas, limitaciones a las reuniones sociales de entre cuatro y seis personas y prohibición de encuentros entre no convivientes en domicilios- era “un acuerdo de mínimos” a los que las autonomías pueden añadir “medidas más restrictivas”.
Pero “si la situación cambia mucho, puede plantearse otro acuerdo”, advirtió.
En la misma línea, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, avanzó ayer que esta tarde el CISNS adoptará “medidas complementarias” para frenar la transmisión, porque la experiencia, como la de las pasadas Navidades, ya ha demostrado que las consecuencias de tratar de salvar estas festividades “son peores”.
La reunión coincide con la polémica generada por el veto a los desplazamientos entre comunidades cuando sí están permitidos los viajes internacionales y la llegada de turistas extranjeros, algo que desde el Gobierno justifican con el principio de “reciprocidad”.
De momento, en Andalucía descartan que se vayan a endurecer las restricciones tras el freno del descenso de los datos y ha pedido al Ejecutivo central que se intensifiquen la vigilancia y los controles de movilidad para tener mayor seguridad, tal y como expresaron ayer el vicepresidente de la Junta, Juan Marín y el consejero de la Presidencia y portavoz, Elías Bendodo.
Así, la Junta aboga por mantener el cierre de cada una de las provincias y ampliar horarios comerciales y de hostelería.
Mientras, la portavoz del Govern de la Generalitat, Meritxell Budó, avisó que ante los “pequeños incrementos” en algunos indicadores epidemiológicos, “con mucha probabilidad” se prorrogarán las restricciones ya en vigor para frenar el avance del virus durante dos semanas más, incluida la Semana Santa.
Budó quiso mostrarse cauta, puesto que la pandemia ha enseñado a “no hacer ninguna afirmación categórica”. “No se puede descartar ningún escenario”, añadió.
En Galicia no se relajarán las medidas vigentes hasta después de la Semana Santa; la Xunta optará por “consolidar” las medidas de apertura antes de dar “nuevos pasos” en el proceso de desescalada, según su vicepresidente, Alfonso Rueda.
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