Un episodio depresivo pudo llevar al joven de La Montañeta a la muerte
Un episodio depresivo motivado por la muerte de su hija menor y la dispersión de su familia pudo llevar a Jordi B.A., de 18 años, a provocar este martes en el centro de menores con medidas judiciales La Montañeta, en el que estaba desde marzo, el conato de incendio que le causó la muerte.
Esta es la hipótesis sobre las causas del suceso que barajan “los agentes implicados” interrogados en las últimas horas, entre los que no figura, por haberse negado a “realizar ningún tipo de declaración”, la tutora del fallecido, informó este martes en un comunicado la Consejería de Asuntos Sociales del Gobierno canario.
El departamento del Ejecutivo regional ha pedido a la Fiscalía que cite a declarar a la tutora de Jordi B.A., que murió este martes en el Hospital Insular de Gran Canaria por “muerte cerebral” por la intoxicación por inhalación de humo que sufrió al tratar de prender fuego a un colchón de su habitación, en el módulo 4 del centro, desde donde salió el humo que alertó a un vigilante de seguridad.
Tras tomar declaración tanto al personal como al resto de menores y jóvenes internos en La Montañera, la Dirección General del Menor y la Familia del Gobierno canario estima que la de la tutora del fallecido, “que es la persona que tiene encomendada tanto la aplicación del programa educativo como el seguimiento individual del joven, es trascendente para poder demostrar si mostraba algún tipo de comportamiento depresivo”.
El joven J.B. ingresó en el centro La Montañeta el pasado mes de marzo “para cumplir una medida de seis meses de internamiento cautelar dictada por el Juzgado de Menores de Las Palmas de Gran Canaria”, agrega la nota de la Consejería.
La Dirección General de Protección del Menor y la Familia, a través del jefe servicio de Medidas Judiciales, inició este martes una investigación para tratar de esclarecer los hechos y trasladar sus resultados tanto a la Fiscalía de Menores, como al Juzgado de Menores y al de guardia.
Según esta investigación, la muerte del joven se produjo a las 22.30 horas de este martes, y no esta madrugada, como informaron fuentes del Hospital Insular de Gran Canaria.
Destaca además la rapidez con la que se actuó, ya que en unos “siete minutos se logró extraer al joven de la habitación” en la que había prendido fuego a un colchón “justo en el carril de la puerta”, que quedó “bloqueada y afectada por dilatación por el calor”.
Al acceder a la habitación, se constató que el joven, que se encontraba al fondo envuelto en una manta, “no respiraba”, por lo que el médico del centro le practicó la respiración asistida hasta que llegó la ambulancia que lo trasladó al Hospital Insular, donde fue atendido en Urgencias, con un primer parte que destacó su “extrema gravedad debido a una parada cardiorrespiratoria a consecuencia de inhalación de humo”.
El Gobierno canario está a la espera de las “conclusiones oficiales” del informe que sobre el caso ha de realizar la Policía Científica.
“Desde la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno canario se lamenta profundamente este trágico suceso así como las circunstancias vitales que ha atravesado este joven”, agrega el comunicado.
Se da la circunstancia de que el joven Jordi Brito es el padre biológico de Yunaisy, la bebé de seis meses que murió el pasado mes de enero en Fuerteventura a causa de los golpes recibidos. La progenitora de la menor, Inmaculada V.G., de 18 años, permanece desde el 11 de enero en la prisión de Tahíche (Lanzarote), después de que fuera imputada, al igual que su actual compañero sentimental, Yeray G.P., de 20, por esta muerte.