Las familias de las víctimas del JK5022: ''El avión jamás debió despegar''

Los familiares de las víctimas del accidente de Spanair, en el que fallecieron hace un año 154 personas, han señalado que hubo deficiencias y descoordinación en el plan de emergencias, que todo se debió a una cadena de errores y que el avión no tenía que haber despegado ante el fallo del relé, que, afirman, ya se había detectado en vuelos anteriores.

En rueda de prensa, celebrada una hora antes de la misa prevista en los jardines del aeropuerto de Madrid-Barajas, varios portavoces de los familiares han comentado el segundo informe publicado esta semana por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), en el que se señala que el avión despegó con los flaps replegados y que falló el sistema encargado de advertir a la tripulación.

El informe de la CIAIAC considera que en la operación de despegue se “rebasaron” tres barreras de seguridad: la lista de comprobación para configurar el avión, las listas de comprobación para confirmar y verificar la configuración y el TOWS (sistema de advertencia de configuración), que no advirtió de la configuración errónea de despegue.

En función del mismo y de las investigaciones realizadas por la la asociación de los familiares, su portavoces han afirmado este jueves que el aparato, un MD-82, no tenía que haber despegado cuando se descubrió que fallaba el famoso relé o sonda de la temperatura, y que este había fallado ya en seis vuelos anteriores.

También han asegurado que en el pasado Spanair tuvo dos casos iguales de fallo del relé y que se solucionó el problema cambiándolo y que además los aviones no volaron.

Por eso se preguntan por qué el día del accidente no se cambió el relé y cuestionan además el tiempo de vida que le dan los fabricantes del avión a esta pieza, y se preguntan si no es mucho mayor de lo que en verdad tiene que ser y necesita ser reemplazada mucho antes.

Asimismo y en vista de los siniestros similares ocurridos en la aviación, como el sucedido un año ante en Lanzarote, los familiares de las víctimas se preguntan si no había también un problema de sobrepeso.

Cadena de errores

En la cadena de errores que aseguran se registró, señalan además a los mecánicos, porque a su juicio no hicieron su trabajo como señalaba el manual, y a los pilotos por no comprobar si despegaban con los flaps.

También culpan a la Administración por no llevar a cabo más y mejores inspecciones de seguridad, porque las actuales las consideran escasas, y le solicitan que arbitre un sistema similar a la de las estrellas que se conceden a los hoteles, para que los usuarios sepan cuál es la categoría de la compañía con la que vuelan.

Finalmente han indicado que hubo “deficiencias” en el plan de emergencias de Barajas, que “no estuvo a la altura”, y aseguran que tanto es así que la primera ambulancia tardó 40 minutos en llegar, lo que han calificado de “barbaridad”.

Había, han añadido, 17 personas que murieron por causas diferentes a la carbonización.

Hubo, han incidido, “descoordinación y mala gestión” y además había un muro de 70 centímetros que impedía a las ambulancias llegar al lugar del siniestro.

Sin simulacro en la zona

Tampoco, han denunciado, se había hecho ningún simulacro de emergencia en el lugar de los hechos.

Los familiares de las víctimas han insistido en que confían mucho en el juez y su trabajo, pero a su juicio necesitaría un equipo propio de peritos.

Julio Pastor, Zaida Rodríguez, Javier Rodríguez, el superviviente José Pablo Flores y Saleta Mistal han sido las personas que han concedido la rueda de prensa conjunta, rodeados de algunos familiares que llevaban camisetas de sus seres queridos, y en algún momento les ha resultado difícil contener la emoción.

Todos ellos han pedido a las televisiones que no emitan el vídeo del accidente, porque les hace “mucho daño” a las familias, y todavía más en el día hoy, en el que se cumple el primer aniversario del siniestro, en el que sobrevivieron 18 personas.

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