La Fiscalía retira la acusación por violación al presunto agresor de Toñi
La Fiscalía retiró este miércoles la acusación contra un hombre acusado de presuntamente agredir sexualmente de forma continuada a su cuñada a quien retuvo durante tres días en un hotel de Las Palmas de Gran Canaria el 22 de julio de 2006, y supuestamente la amenazó diciéndole que si no hacía lo que él quisiera mataría a sus dos hijos y a su novio.
Durante el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas la fiscal Silvia Pelegrin -que en principio pedía 9 años de cárcel- retiró los cargos por presunto delito de agresión sexual contra el procesado debido a la “declaración contradictoria” de la víctima y de dos testigos, así como por los informes “parciales” de los peritos.
La acusación particular, Ismael Rodríguez, mantuvo su solicitud de 22 años de prisión para E.J.R.C., para quien el letrado de la defensa pide la libre absolución y que permanece en prisión acusado de dos presuntos delitos de asesinato en grado de tentativa y por dos supuestos delitos de detención ilegal al intentar quemar viva en octubre de 2006 a su pareja, Antonia Cabrera, y a la hija de ésta, un suceso de gran repercusión mediática. “Ésta es una historia de traición, engaño y celos”, aseguró el acusado, que admitió que tuvo una relación sentimental con la joven antes de los hechos por los que le denunció.
El acusado recordó que la noche del 22 de julio de 2006 la víctima se marchó del domicilio en que residía con su novio en el municipio de Ingenio a consecuencia de una discusión entre ambos por celos y su pareja advirtió a la chica de que “si no se iba de la casa iba a ocurrir una desgracia”.
Y es que, según E.J.R.C. la chica estaba embarazada y su marido pensaba que el hijo era del acusado. De hecho, el acusado reconoció que durante el matrimonio de la víctima mantuvo con ésta una relación sentimental y tenían relaciones sexuales “consentidas”, algo que desconocía su pareja Antonia Cabrera porque “confiaba ciegamente” en él.
“Motivos para tener celos”
La discusión entre la joven y su marido motivó que el procesado -novio de la hermana del chico- se ofreciera a llevarla a un hotel en la playa de Las Canteras, en la capital grancanaria, al que llegó a las 23.30 horas, y manifestó que se quedaba con ella para no dejarla sola.
En el citado hotel y dentro de la habitación en que se alojaron, el procesado negó haber tenido relaciones sexuales con ella porque “estaba muy nerviosa” y negó que la empujara contra la pared del baño al mismo tiempo que le decía que su marido iba a “tener motivos para tener celos”. Asimismo, rechazó haberla tocado varias partes del cuerpo por encima de la ropa y negó haberle dicho que hiciera todo lo que él quisiera porque en caso contrario mataría a sus hijos y a su novio.
E.J.R.C. señaló que durante toda la noche no cesó de sonar el teléfono de la chica de llamadas reiteradas de su marido. Agregó que al día siguiente sí mantuvieron relaciones sexuales y, posteriormente, ambos abandonaron la habitación para regresar a la localidad. Esa noche la víctima volvió sola otra vez al hotel hasta que finalmente se reconcilió con su marido a cambio de que éste se sometiera a tratamiento psicológico por sus celos.
Pasado el tiempo, un día la víctima declaró a su marido que le había sido infiel con el acusado y después cambió su versión y le dijo que éste la había agredido sexualmente. De este modo, el marido se dirigió junto con su mujer a E.J.R.C. pero la chica se retractó.
“Ésta es una historia de traición, engaño y celos, su marido está obsesionado con los celos y decidieron denunciarme”, aseguró el procesado, que indicó que la chica estaba embarazada antes del día en que la acompañó al hotel y decidió abortar después de confesarle a su marido que había tenido relaciones con él.
“Tenía miedo”
La perjudicada no formuló denuncia hasta el día 4 de septiembre de 2006 por temor a que el procesado cumpliera sus amenazas y una vez que éste y su entonces pareja, Antonia Cabrera, se fueron de la vecindad. Añadió que el día 5 acudió a la Guardia Civil para ampliar su declaración.
La víctima, visiblemente nerviosa y llorando, admitió que en diversas ocasiones discutía con su marido por celos porque éste sabía que a ella le “gustaba” E.J.R.C., con quien “jugaba” y se daban “bromas”, pero no permitía “tocamientos”.
La mujer manifestó que la noche que E.J.R.C. la acompañó al hotel le dijo que no se quedara porque “no hacía falta”, pero él la empujó contra la pared y relató la agresión sexual de esa noche y del día siguiente, así como las amenazas e insultos que el procesado le profirió.
“Yo en ese momento tenía miedo y no podía pedir auxilio porque él vive en la misma casa”, comentó, al tiempo que incidió en que el hijo que esperaba “no era de él”. “Yo había decidido abortar antes de los hechos y lo hice porque me daba asco que él me violara mientras estaba embarazada”, agregó.
Asimismo, añadió que su marido tenía “muchos celos” de E.J.R.C. y “de todos” y reiteró que “nunca antes del 22 de julio” tuvo relaciones sexuales con el acusado.
Si bien en un primer momento le dijo a su marido que le había sido infiel y había tenido relaciones sexuales “voluntariamente” con el acusado, cuando éste dejó el domicilio familiar, tuvo “valor” para confesarle a su esposo la supuesta agresión sexual sufrida y ambos presentaron la denuncia.
“Venganza”
Por su parte, un preso manifestó, en calidad de testigo, que el marido de la víctima le había ofrecido “dinero y un coche para hacerle la vida imposible” a E.J.R.C.. Para ello, según su testimonio, le entregó una foto con la palabra “venganza” en el reverso. “Él no quería que todo Ingenio supiera que su mujer había tenido una relación” con el acusado, indicó.
La que ahora es ex pareja de E.J.R.C., Antonia Cabrera, señaló que en un primer momento no creyó a su cuñada porque “creía” en su pareja, a quien dejó cuando la agredió a ella en octubre de 2006 y fue entonces cuando creyó a su familiar.
Asimismo, señaló que no vio “nada sospechoso” en que su entonces novio llevara a su cuñada al hotel. “Nunca supe de una relación sexual o sentimental entre ambos”, destacó Cabrera, que mencionó que su “hermano era celoso y tenía celos de él”. Dijo no recordar por qué discutieron su hermano y su cuñada ni por qué la víctima quería abortar.
Por otro lado, el marido de la perjudicada destacó que antes del 22 de julio había tenido varias disputas con su pareja porque “le veía intenciones” a E.J.R.C.. Señaló que quería echar a su mujer de casa porque vio “indicios” en el acusado de “querer tener algo con ella”. No pudo precisar cuándo su esposa le narró la supuesta agresión sexual en el hotel de la que no le pidió “detalles porque ella estaba bastante echa polvo”.
“Yo sabía que el hijo que ella esperaba era mío pero por nervios le dije que no lo era”, articuló el marido de la víctima, que dijo desconocer por qué ella quería interrumpir el embarazo, hecho que se produjo el 26 de agosto de 2006, antes de formular la denuncia.
Durante el juicio también declararon dos guardias civiles y tres peritos. Las dos psicólogas incidieron en que, según sus informes, no hubo “ninguna contradicción” en el relato de la afectada, cuyo testimonio era “coherente y no parecía ensayado”. Una de las médicos hizo hincapié en que el principal componente que influía en la joven era el “miedo por las amenazas” de E.J.R.C.
No obstante, admitieron que el aborto y los celos del marido constituyen “variables” que pudieran influir en el estado de ánimo de la denunciante y podían haber variado las conclusiones de sus informes. La Fiscalía añadió que el cambio en la declaración de Antonia Cabrera tras sufrir malos tratos supone “un motivo que pu