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La histórica falta de enfermería escolar retrasa la incorporación presencial de un menor lanzaroteño con discapacidad

Iván.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Iván (17 años) lleva sin recibir clases presenciales desde marzo del año pasado. Padece distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad que produce debilidad en los músculos de manera progresiva y por la que se encuentra en silla de ruedas desde los 8 años. Desde que se decretó el estado de alarma, el menor lanzaroteño ha tenido que seguir sus clases de forma telemática y al iniciarse el curso de forma presencial en septiembre continuó su formación a distancia al tratarse de una persona de riesgo. El pasado lunes 12 de abril, su familia decidió que volviera al instituto con sus compañeros ya que ya había sido vacunado contra la COVID-19. Sin embargo, según explica a este periódico su madre, Yarely Páez, el empeoramiento de su estado de salud ha hecho que precise de un auxiliar sanitario “para cubrir las necesidades que se presenten en la jornada de estudio”, como cambiar los apósitos que se le aplican. 

Desde la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias han explicado que este martes se ha recibido el informe médico remitido por parte de la madre y que se está estudiando el caso debido al delicado estado de salud del menor. La semana pasada, después de su incorporación al centro, el inspector de zona explicó a la familia los pasos a seguir para poner en conocimiento sus circunstancias, justificar la nueva situación en la que se encuentra el menor y poder buscar una solución ya que desde el Ejecutivo se alega que no se contaba con la información actualizada sobre su necesidad de contar con un auxiliar sanitario antes de que se incorporase al centro el 12 de abril.

Actualmente, los centros escolares canarios no disponen de personal sanitario contratado de forma permanente (al igual que ocurre en otras comunidades ya que es una de las reivindicaciones históricas por la comunidad educativa española). Sí cuentan con auxiliares educativos que realizan otras labores de apoyo a este alumnado. La madre de Iván recalca que el curso pasado, antes de la pandemia, su hijo se encontraba mejor de salud y no precisaba de esta atención por parte de un auxiliar clínico. Sin embargo, ahora su situación ha cambiado y su médico además le ha recetado reposo por unas heridas que presenta el menor y que la familia achaca a no habérsele cambiado a tiempo el apósito en el día en que acudió al centro. Comprende que los auxiliares educativos no tienen la formación ni la obligación de realizar estas tareas, pero pide que se cuente con alguien especializado. 

Yarely Páez explica que el instituto al que acude su hijo, el IES César Manrique, en Arrecife, cuenta con atención motora preferente. Iván superó la Primaria en el colegio y al pasar al instituto, después de las dificultades que le supuso primero de E.S.O, comenzó a cursar el Programa de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento (PMAR).

Un año de clases online

Lo que para la mayoría del alumnado fue un trimestre de enseñanza online, para Iván ha sido año entero. Su madre señala que este período sin clases presenciales ha sido muy duro para su hijo. “Prácticamente, su vida se paró y no podía socializar con ninguno de sus compañeros y profesores”. Afirma que con las clases telemáticas no le fue difícil seguir el ritmo y que contó con la especial ayuda de uno de sus profesores, por lo que ha ido aprobando. No obstante, insiste en que la vuelta a clase no ha sido como se esperaba ante la falta de un profesional que pueda atender sus necesidades diarias. 

El caso de Iván también se ha popularizado estos días por una carta que ha escrito a sus profesores y compañeros difundida por su familia. “Espero curarme en casa lo más rápido posible e incorporarme cuanto antes y también poder resolver el problema que tengo en el centro, con mis cuidados diarios relacionados con mis apósitos que necesitan cambiarse cuando tengo molestias y dolores”, ha escrito. 

La incorporación de la enfermería en los centros educativos es un reclamo histórico que se volvió a evidenciar durante la pandemia. Los sindicatos mayoritarios de Canarias habían solicitado la incorporación de esta figura en los centros. Su importancia en Educación llegó incluso al debate parlamentario, donde la consejera abogó por apostar por enfermeras de zona a través de los propios centros de salud donde se encuentran los centros educativos. La situación de pandemia también complica la contratación de este personal en los centros.

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