Un año y medio de Las Kellys en Lanzarote: 21 denuncias por incumplimientos ante la Inspección de Trabajo
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibió en el Palacio de la Moncloa el pasado 5 de abril a una comitiva de Las Kellys, el colectivo de camareras de piso. Lo hizo tras comprometerse en público durante una sesión de control al Gobierno en el Senado a instancias de María José López Santana, la senadora de Nueva Canarias. La reunión iba a durar media hora y duró más de dos. “La reunión no estuvo mal”, dice Myriam Barros, presidenta de Las Kellys, que trabaja en Playa Blanca y que unos días después compareció ante el Senado. Pero espera que se vayan dando más pasos.
Uno de sus objetivos principales es el de lograr que se incluya en el Estatuto de los trabajadores la que llaman ‘Ley kelly’, que no solo afectaría a este colectivo. Una de las principales medidas que buscan es que no se pueda externalizar a las trabajadoras, eliminando el artículo 42.1 del Estatuto de los trabajadores, porque aquellas que trabajan para empresas de trabajo temporal ven recortados sus derechos. También quieren lograr el adelanto de la jubilación, que se produzca entre los 58 y los 60 años con 25 años cotizados y de ellos al menos 15 como camarera de piso.
Después del encuentro con Rajoy, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, en la que está integrada Asolan, la patronal hotelera de Lanzarote, reaccionó con un comunicado que decía que no pueden aceptar “que exista precariedad en el empleo”. La patronal admite la estacionalidad pero no la precariedad y dice que la externalización “está regulada” y que está “muy extendido” el compromiso de que las condiciones laborales sean iguales para las trabajadoras externalizadas y para las contratadas de forma directa. De hecho, afirman que “la externalización no significa condiciones abusivas ni explotación de los trabajadores”. La patronal dice que rechaza cualquier abuso, que “el salario base medio mensual en un establecimiento de tres estrellas ronda los 1.560 euros brutos” y que “las cargas de trabajo y rendimiento suelen ser muy similares en todos los establecimientos”, así como que la prevención de riesgos laborales forma parte de las gestiones diarias.
Las Kellys se presentaron en Barcelona de forma oficial en octubre de 2016. Su existencia es de un año y medio, y en este tiempo, y si nos centramos sólo en Lanzarote, han tenido una actividad frenética. Según la documentación que maneja la propia asociación, en la Isla han presentado denuncias ante la Inspección de Trabajo contra 21 establecimientos o empresas, a pesar de que según la patronal, las cosas marchan bien. Muchos de estos establecimientos están asociados a Asolan.
De esas 21 denuncias, cinco han sido a empresas de trabajo temporal contratadas por los hoteles o apartamentos. Se trata de Explora Soluciones, Grupo Constant, Free Outsourcing, Ranstaad y Servicoma Atlántico. Entre los hoteles denunciados están el H10 Seaside white suites, Isla del Paraíso 2000, Hoteles López, Hotel La Fragata, THB Flora, Gran Teguise Playa, Blue Sea Garden, Gran Castillo, Sandos Papagayo, Norhotel, Rubimar, H10 Rubicón Palace, Suite Fariones Playa, San Antonio, Princesa Yaiza y Hesperia Lanzarote.
Algunas de estas denuncias han tenido resolución (todas favorables), otras aún no y en otras se ha llegado a un acuerdo. Muchas de ellas son por sobrecarga de trabajo, por contratación en fraude (encadenamiento de contratos) o por el incumplimiento de prevención de riesgos laborales. “Ningún hotel cumple el convenio al cien por cien”, señala Barros, que asegura que siempre se pone el foco en el salario, “pero el convenio tiene muchos artículos”. Dice que muchos de ellos no cumplen la obligación de librar dos días seguidos o no pagan las vacaciones. Respecto a la prevención, es obligatorio realizar (y después cumplir) un estudio ergonómico y otro psicosocial. Esos dos estudios determinan finalmente la carga de trabajo, que es uno de los principales caballos de batalla, ya que hay mucha diferencia entre hacer 12 habitaciones al día o hacer 20, o entre hacer 12 habitaciones con un contrato de ocho horas o hacerlas con un contrato de cinco, como ha estado ocurriendo en algún hotel.
Trabajadoras externalizadas
Trabajadoras externalizadasUno de los problemas de la externalización es que a las trabajadoras no se les aplica el estudio ergonómico ni se les dan cursos de formación o el material necesario, pero señala Barros que las empresas están obligadas a estar coordinadas con la ETT. Los estudios ergonómicos indican las posturas y el peso que pueden soportar y pueden obligar a cambiar los muebles, a poner ruedas en las camas, escaleras, herramientas para las alturas o a tener que hacer una habitación entre dos personas, por ejemplo. Las externalizadas tampoco suelen tener representación sindical. La lucha, denuncia tras denuncia, ya ha servido para que algunos hoteles hayan renunciado a las empresas de trabajo temporal.
También ha servido para desterrar partes de trabajo con 23 apartamentos con cocina diarios por persona o para que se hagan esos estudios ergonómicos. No obstante, Barros destaca que después hay que vigilar que se cumplan y resalta la labor que deben hacer los comités de empresa, que no siempre se cumple. En este sentido, Las Kellys son críticas con la labor de los sindicatos más tradicionales, “no tanto de los delegados sino de las cúpulas sindicales”, señala.
Despidos a embarazadas
Despidos a embarazadasY cuando las denuncias ante la Inspección no han sido suficientes, también han llegado a los Juzgados de lo Social contra ETTs como Emplea, en el Papagayo Arena, o Canary Employed, en el San Antonio, por encadenar contratos, cesión ilegal de trabajadores o por vulneración de derechos fundamentales, a H10 por sancionar a una trabajadora que se negó a terminar una habitación fuera de su horario de trabajo, y a tres establecimientos por despedir a una trabajadora embarazada. Al Princesa Yaiza le denunciaron por incumplir la Ley de riesgos laborales y por retraso en los pagos y llegaron a despedir a una gobernanta, que ya no trabaja por el trato que daba a las trabajadoras.
Barros señala que las concentraciones “hacen daño” porque afectan a la imagen de los hoteles, que intentan negociar antes de que se produzca. Aunque ella es la presidenta de la asociación, el funcionamiento es asambleario. Las Kellys de Lanzarote trabajan con un sindicato pequeño, Sindicalistas de Canarias. Se autofinancian con la venta de camisetas y merchandising y no cobran cuota pero si hay que recurrir a una representación legal, recomiendan la afiliación. Son unas 500 asociadas, solo en la Isla, uno de los lugares con mayor implantación, aunque hay colectivos en ocho lugares. Además de Lanzarote y Fuerteventura, están organizadas en Madrid, Barcelona, Cádiz, Benidorm y Mallorca.