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La mató por celos y porque se burló de su atrofia testicular

El hombre que apuñaló a su ex novia ante la sede de Cruz Roja en la capital grancanaria en 2006 afirmó este lunes que no lo premeditó y, según su abogado, lo hizo por celos y porque la víctima le ofendió al aludir a la atrofia testicular que sufre, pues los comparó con los de otro varón.

El abogado defensor consideró que el acusado, Giuseppe Massimo Chindamo, de nacionalidad italiana y de 55 años, sufrió un trastorno transitorio cuando ocurrieron los hechos, por lo que pidió una pena de 7 años de prisión por un delito de homicidio al inicio del juicio con tribunal jurado en la Audiencia de Las Palmas.

El letrado Javier Hernández rechazó que su defendido acudiera el 9 de mayo de 2006 al centro de Cruz de Roja para matar a su ex novia y sostuvo que el cuchillo de submarinismo con el que la apuñaló se lo había encontrado ese día en la playa y lo llevaba oculto en una prenda, como es normal, por sus dimensiones.

Así mismo, manifestó que, según el informe de la autopsia, se desconoce el orden de las puñaladas, por lo que cuestionó que la primera fuera por la espalda como sostiene la fiscal Beatriz Sánchez, quien recalcó al jurado la frialdad con la que actuó el acusado.

En este sentido, la fiscal aludió que tras apuñalar a su ex novia, huyó, se fue a comprar tinte para el pelo y una camiseta, comió en la casa de acogida donde vivía y después se fugó a La Gomera, donde fue detenido días después.

Sánchez solicitó una pena de 20 años de prisión por el delito de asesinato y otra de once meses por quebrantamiento de condena.

El acusado había sido condenado un mes antes del suceso a diez meses de prisión por los delitos de maltrato en el ámbito familiar y de amenazas leves a la víctima, María Elena Pedraza Velázquez, natural de Colombia y de 45 años.

Al acusado se le prohibió entonces acercarse durante dos años a su ex novia y portar armas, después de que ella presentara una denuncia contra él, quien según la fiscal tiene una visión particular sobre las mujeres, pues piensa que deben ser educadas por los hombres, “aunque sea a golpes”, según relató Massimo Chindamo a un hermano de la víctima.

Matar en España “es muy barato”

La acusación particular, ejercida por Francisco Javier Elá, pidió al jurado que el acusado cumpla la pena completa porque en España existe el sentir de que matar “es muy barato” y consideró una invención que la acusada comparara el pequeño tamaño de los testículos de Massimo Chindamo con los de otro hombre.

Solicitó la pena máxima por el delito de asesinato, un total de 30 años, por entender que hubo ensañamiento y por el agravante de parentesco, así como un año de prisión por el quebrantamiento de condena, y el pago de una indemnización a la familia de 300.000 euros.

La fiscal solicita 100.000 euros para el padre de la víctima, de 88 años, pues dependía económicamente de ella, cantidad que también reclamaron las otras acusaciones.

La abogada de la acusación que ejerce el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Mónica Sánchez, reclamó por el delito de asesinato 25 años, por entender que hubo ensañamiento en la acción del agresor, y señaló al jurado que el perfil de maltratador del acusado es de “libro” y que se trata de un caso más de “violencia machista”.

Manifestó que en estos casos el acusado siempre mitiga su responsabilidad o lo intenta con algún tipo de incapacidad mental y cuando mata “hace todo el daño que se pueda” a su víctima.

La acusación ejercida por el Estado solicitó la misma pena, al igual que la del Instituto Canario de la Mujer.

El juicio continuará hasta el miércoles en la Audiencia de Las Palmas.

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