Mobiliario de caña para los hoteles canarios

Jessica Naranjo tras una conferencia de eventos sostenibles en Guatemala.

Thalía Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria —

Fabricar muebles para hoteles con caña. Es la idea que transformó Jessica Naranjo en su proyecto de fin de carrera animada por su tutor. ¿Por qué no utilizamos una materia prima que encontramos en diversos puntos del Archipiélago para algo útil en vez de desecharla?

Esa es la premisa de esta ingeniera en Diseño Industrial especializada en Mobiliario Doméstico y Urbano. La cantidad de beneficios con los que cuenta la utilización de la caña para este fin son innumerables.

Desde el punto de vista medioambiental, el uso de la caña común evita que se acumule en los barrancos y sea un peligro en caso de incendio forestal, “se trata de una especie invasora, altamente combustible, como pudimos comprobar en el gran incendio de hace unos años en Gran Canaria, y muy difícil de erradicar”, explica Naranjo.

En las últimas décadas ha dejado de emplearse, de ahí que haya proliferado en los barrancos canarios impidiendo la regeneración de otras especies como los palmerales, sauces, o juncos.

Otro de los beneficios que enumera Naranjo es la potenciación de la cultura artesanal en Canarias. Mediante la fabricación de mobiliario a base de caña “se podría recuperar la técnica artesanal de la cestería canaria”, asegura.

Esta utilización de la caña también podría resultar positiva para el turismo. Por ello, Naranjo enfocó su proyecto a mobiliario para plantas hoteleras, “podría ser útil de cara al plan de renovación turística del Gobierno de Canarias”.

Es un material altamente resistente y que se conserva a la intemperie. A diferencia del bambú, también utilizado para la fabricación de muebles, Naranjo explica que la caña es un material “que da mucho juego” debido a sus múltiples propiedades técnicas que lo hacen favorable para su transformación. “Se puede hacer casi de todo con ella”.

Las dificultades para llevar a cabo su proyecto podrían surgir desde el punto de vista técnico, “se necesitan medios técnicos para crear algunas formas que el material por sí solo no puede cumplir”. Por otro lado, la caña se puede combinar fácilmente con otros materiales que lo complementen para obtener el resultado deseado.

Tras finalizar su carrera, Jessica Naranjo decidió presentarse, a través del Centro Universitario de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CUCID) al programa Programa de Desarrollo de Petén para la Conservación de la Biosfera Maya en Guatemala.

Una experiencia de seis meses que describe como “transformadora” y que la ayudó a continuar formándose tanto personal como profesionalmente. “Valoras mas lo que tienes y te das cuenta de lo que no tienes además del desarrollo humano que uno adquiere con una experiencia así”, asegura.

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