¿Otro mundo es posible, aquí?

[...] “Pero si no podemos permitirnos el lujo de esperar, sin hacer nada, mientras el cambio avanza, menos podemos admitir que la deriva regresiva se consolide. Hay que romper la tendencia y no abandonarse al fatalismo de que no hay nada que hacer o al providencialismo de que algo pasará, finalmente, que evite que la humanidad se destruya a sí misma o, sin llegar tan lejos, que los canarios provoquemos o permitamos la destrucción de nuestro patrimonio. Debemos de ser conscientes de que somos la última defensa posible de quienes no pueden defenderse por sí mismos: las generaciones futuras, únicas legítimas propietarias de ese patrimonio, que nosotros deberíamos haber incrementado para ellas, en lugar de estar cavilando cómo evitar que se nos esfume entre los dedos”. [...]

Para leer la ponencia completa de Faustino García Märquez pinche aquí.

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