La necesidad de revisar el conocimiento sobre el fondo cósmico
El conocimiento sobre el fondo cósmico de microondas, que es el resto fósil de la Gran Explosión o Big Bang que dio origen al Universo, ha evolucionado tanto durante los últimos años que es oportuno revisarlo, dijo el astrónomo José Alberto Rubiño, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Por ello, la escuela de invierno del IAC, que se celebrará la próxima semana en Puerto de la Cruz (Tenerife), estará dedicada al estudio del fondo cósmico de microondas (FCM), explicó Jose Alberto Rubiño, quien recordó que el estudio de esta materia ha dado dos premios Nobel de Física.
El primero lo recibieron en 1978 los ingenieros Arno Penzias y Robert Wilson, que en 1964 descubrieron el fondo cósmico de microondas.
El segundo Premio Nobel fue para George Smoot y John Mather, quienes lo recibieron el pasado año y como responsables del instrumento que en el satélite COBE encontró en la década de los años noventa variaciones en la intensidad de esa radiación en apariencia homogénea.
Jose Alberto Rubiño explicó que en julio del año próximo la Agencia Espacial Europea lanzará al espacio el satélite Planck, que, comentó, hará los mejores mapas del fondo cósmico de microondas que se hayan obtenido nunca.
En este proyecto, el IAC ha participado con la construcción de la caja de electrónica que controlara las operaciones del satélite.
Añadió que, dado el contexto anterior, consideraban oportuno organizar una escuela en la que se hiciese una revisión sobre el fondo cósmico de microondas, y en la que los jóvenes que empiezan ahora su doctorado en Astrofísica puedan ponerse al día.
Durante los últimos años ha habido un progreso espectacular en este campo, y esta escuela supone una oportunidad para ponerse al día sobre los últimos avances, aseguró Rubiño.
El FCM no es completamente uniforme, pues existen anisotropías, que son irregularidades en la temperatura y son del orden de la millonésima de grado.
La determinación del nivel al que se encontraban las anisotropías por el satélite COBE fue uno de los motivos que valió el Nobel de Física en 2006.
Tarea complicada
Jose Alberto Rubiño explicó que alcanzar la detección de esas anisotropías fue una tarea muy difícil, dada su pequeña amplitud, pero en los últimos años ha habido un progreso enorme en la tecnología de detección de señales en microondas, lo cual ha permitido construir aparatos específicos que obtienen mapas con un alto contraste de dicha señal.
El astrónomo también señaló que la importancia de medir las anisotropías radica que en de su estudio se pueden inferir las propiedades globales del Universo, como cuál es la geometría total, que es plano a gran escala, y el contenido de su material.
Las anisotropías que se detectan son causadas por pequeñas variaciones en la densidad de la materia del Universo en su épocas más primitivas y constituyen las semillas que van a dar lugar, por evolución gravitatoria, a la formación de las grandes estructuras que se observan, como galaxias, cúmulos y supercúmulos de galaxias.
La existencia de la radiación del fondo cósmico de microondas es una prueba evidente de evolución cósmica y de que nuestro Universo ha pasado en algún momento previo de su historia por una fase muy “caliente” en la que materia y radiación estaban estrechamente ligadas.
El investigador José Alberto Rubiño ha señalado que, tras la llamada fase inflacionaria, en la que todo el Universo se expandió de forma acelerada, pasó a crecer de una forma más moderada y ese ritmo de crecimiento se ha mantenido hasta una época muy reciente.