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El año en el que Pino Sosa enterró a su padre, víctima del franquismo, y vio la exhumación de Franco: “Es un paso grande, por fin llegó el día”

La presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas, Pino Sosa, junto a su prima Balbina Sosa.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

2019 es un año que Pino Sosa no olvidará. En estos últimos meses ha podido enterrar en Arucas a su padre, desparecido en el año 1937, asesinado y arrojado al pozo de Tenoya y también ver la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de Los Caídos, un mausoleo que como recuerda ella este mismo día fue construido por represaliados que eran utilizados como esclavos y donde también hay enterradas víctimas del franquismo. Para ella, hoy se ha realizado “un paso muy grande”, que asegura que esperaba con cautela después de todo lo vivido estos meses. “Los nietos se estaban agarrando a un clavo ardiendo”, explica.

Este jueves, la fundadora de la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas ha celebrado junto a su prima Balbina y al secretario de la asociación, Gregorio Cabrera, que Franco “por fin esté donde tiene que estar” que es fuera del Valle de Los Caídos. Se trata de un día histórico que se ha hecho esperar y para el que las víctimas se han encontrado “muchas piedras en el camino”.

Así lo recuerda la hija de José Sosa Déniz al otro lado del teléfono con la voz firme que le caracteriza, la de una mujer que ha dedicado toda su vida a buscar a su padre y a luchar por la reparación y la justicia democrática. Cuando le confirmaron que los restos mortales de su padre se encontraban en el pozo de Tenoya junto a los de otras 14 personas supo por fin que la lucha y la espera había merecido la pena. “Hemos tenido mucha paciencia todos estos años”, recuerda ahora.

Sin embargo, como ella relata, “muchos han querido que no siguiéramos adelante”. La presidenta de la asociación de la memoria histórica de Arucas además insiste en un día como hoy que “este no es el fin” ya que aún quedan muchos pozos y cunetas, o la Sima de Jinámar por exhumar. Miles de desaparecidos en toda España que aún no han sido llevados junto a sus familiares para que sean enterrados dignamente.

“Hoy nos hemos acordado de los nuestros”

Y es que, en el día de la exhumación de Franco, a las víctimas se les han removido sus historias, las de las personas a las que perdieron por el terror del franquismo. “Hoy nos hemos acordado de los nuestros y ha habido alegrías y llantos”, asegura Pino Sosa, que perdió a su padre, un humilde latonero del barrio de Las Chorreras, cuando apenas tenía 40 días de vida. Un hecho que marcó su infancia.

Considera que la tarea ahora también es hacer pedagogía sobre lo que ocurrió en la guerra civil y la posterior represión durante la dictadura. “Hemos dado ya unos pasos para llevar a las escuelas este tema y que se conozca la historia, los pozos y las represión”, señala.

Preguntada sobre el hecho de que durante la exhumación hubiera personas que se acercaran a vitorear al dictador, ha señalado que las personas que opinan así han estado siempre, lo que ocurre es que “ahora enseñan los dientes” porque le han quitado a “a su dios”. No obstante, Pino Sosa insiste en que seguirá trabajando ya que “poco a poco, hemos caminado mucho”.

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