''Esto pinta muy mal'', dice el padre de una joven pasajera canaria
“Esto pinta muy mal”, afirmó en el aeropuerto de Gran Canaria el padre de una joven pasajera canaria, Leticia Morillo, que viajaba en el vuelo de Spanair JK5022, siniestrado la tarde de este miércoles en Madrid.
Aunque conservaba la calma y se encontraba bastante entero, Rafael Morillo explicó a los periodistas que “aquí nadie suelta prenda todavía”.
El padre de la pasajera contó que no sabía nada de su hija, que habló con ella antes de que saliera el vuelo hacia Gran Canaria, pero que ahora su móvil “no está operativo”.
Rafael Morillo hizo estas declaraciones al salir de la sala habilitada por AENA en el aeropuerto grancanario para los familiares de los pasajeros que volaban a la isla canaria.
Otro familiar de un pasajero del vuelo explicó que en el avión de Spanair viajaba un nieto suyo pequeño, aunque pensaba que “el niño está bien”, aunque reconoció que no tiene noticias claras sobre lo sucedido.
Medio centenar de familiares de pasajeros del vuelo de Spanair JK5022, siniestrado en Madrid, aguardan noticias de lo sucedido con sus seres queridos en el aeropuerto de Gran Canaria, destino del vuelo.
Los familiares se encuentran en una sala habilitada por AENA en la terminal insular del aeropuerto grancanario, donde son atendidos por personal sanitario y reciben también asistencia psicológica.
Un joven pasajero relató a su abuela que el avión se retrasaba tras dar un giro en la pista
El joven grancanario Marcos Hernández, de 22 años, pasajero del avión de Spanair siniestrado en Madrid, relató a su abuela antes del accidente que se iba a retrasar en su llegada a Gran Canaria porque el avión había dado un giro en la pista.
En los pasillos del aeropuerto de Gran Canaria, donde familiares de los pasajeros esperan noticias del suceso, la abuela del joven explicó a los periodistas que no ha podido comunicar de nuevo con su nieto y que no sabe si se encuentra entre las víctimas.
Consuelo Cabrera, vecina de Vecindario (Gran Canaria), contó que su nieto Marcos, que venía con su novia, también de 22 años y vecina de Telde, le había telefoneado poco antes del accidente para advertirla de que se iba a retrasar.
La causa era porque el avión “había tenido problemas” y “había dado un giro en la pista” antes del despegue, por lo que estaban aguardando a si “les cambiaban de avión o no”, según la abuela.
Consuelo Cabrera afirmó que no sabe si al final cambiaron el avión, ya que no ha vuelto ha comunicar con su nieto y desconoce si es una de las víctimas del accidente.