Policía y UME intensifican en San Felipe y Moya la búsqueda de Juana Ramos
La Policía y la Unidad Militar de Emergencias (UME) intensifican esta semana en San Felipe y Moya, en Gran Canaria, la búsqueda de Juana Ramos, desaparecida desde el 20 de agosto de 2016, en un dispositivo cuyo puesto de mando visitará este miércoles el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, y el jefe superior, Rafael Martínez.
En estas labores participan distintas unidades de la Policía Nacional, como la Brigada Provincial de Policía Judicial, Medios Aéreos, Unidades de Guías Caninos y Subsuelo y un grupo de Unidad de Prevención y Reacción, quienes cuentan con la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME), según ha informado este martes la Jefatura Superior en un comunicado.
Pestana y Martínez visitarán el puesto de mando avanzado, establecido en el Edificio de Usos Múltiples de Bañaderos en el marco de esta investigación judicial, que continúa bajo secreto de sumario.
Según informaron este lunes a Efe fuentes policiales, la búsqueda que se desarrolla en enclaves del norte de Gran Canaria de rastros que permitan dar con el paradero de Juana Ramos está coordinada por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria, que instruye el caso desde su inicio.
La juez, María Auxiliadora Díaz, cuenta con nuevos indicios que le han llevado a movilizar a cerca de 150 efectivos de la UME que rastrean ya la costa y los acantilados entre San Felipe y Bañaderos.
Según detalla un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, el operativo cuenta con la ayuda de escaladores especializados y de drones traídos desde Madrid.
En el último auto que hizo público sobre el estado de la instrucción, la juez al cargo del caso expresó su convencimiento de que Juana Ramos, que tenía 58 años, ha muerto y de que su expareja y principal sospechoso de su desaparición, Miguel Ángel R., sabe qué le pasó y “dónde se encuentra su cuerpo”.
El de esta vecina del barrio de La Paterna de Las Palmas de Gran Canaria es un caso de presunto asesinato machista que se topa con la dificultad de que no se ha hallado el cuerpo de la víctima.
En los últimos cuatro años, la Policía y la UME han llevado a cabo al menos cuatro batidas de búsqueda sobre el terreno, casi siempre en el norte de Gran Canaria y siguiendo diferentes pistas, como los datos telefónicos del lugar donde se apagó el móvil de Ramos.
El inculpado en este procedimiento, Miguel Ángel R., está en libertad, porque la instructora del caso ha reconocido en sus últimos autos que no tiene suficientes razones legales para ordenar su ingreso en prisión preventiva.
Pese a ello, la juez ha sido muy clara respecto a las sospechas que tiene sobre el papel jugado por la expareja de Ramos.
A su juicio, no hay “ninguna duda de que la señora Juana Ramos no desapareció de forma voluntaria” y tampoco de que Miguel Ángel R. “conoce todos los detalles de esa noche en la que desapareció y dónde se encuentra actualmente su cuerpo”.
De hecho, en su último auto con difusión pública, del pasado mes de septiembre, reprochaba a Miguel Ángel R. que con su silencio esté “produciendo el mayor dolor que se puede causar a una familia, que es acostarse cada noche desconociendo en qué condiciones desapareció su madre e hija, qué fue lo que ocurrió y dónde se encuentra actualmente”.
Y subrayaba que su colaboración con la Justicia hasta esa fecha había sido “nula y en ciertos momentos obstativa, extremo totalmente incompatible con una persona que ha perdido a su pareja”.
La juez añadía que, aunque el cuerpo de Ramos no haya aparecido, con la “consecuente imposibilidad de realizar la autopsia”, la causa ha aportado tanto en su parte secreta como en la no secreta “indicios incriminatorios contra el ahora investigado”.
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