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El presidente canario defiende la gestión en el Hospital Insular: “Nadie ha dejado de operar por las guardias en urgencias”

Ángel Víctor Torres, este martes, en el Parlamento de Canarias. (EFE)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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“Nadie ha dejado de operar por hacer una guardia de urgencias”. El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha defendido este martes en el Parlamento regional la gestión en el Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria, envuelto en la polémica desde hace dos semanas por la decisión de recurrir a médicos especialistas del bloque quirúrgico para reforzar el servicio de urgencias ante el incremento de la presión asistencial por COVID-19.

Desde mediados de diciembre, fecha en la que comenzó a dispararse la incidencia de casos de coronavirus en las Islas, el complejo hospitalario, en aplicación del plan de contingencia activado con la pandemia, ha suspendido intervenciones programadas y ha mantenido las cirugías urgentes y no demorables. Los facultativos se habían quejado de que, con esta última decisión, se vería aún más resentida la actividad, ya que los servicios perderían durante ese día de guardia y el saliente a uno de sus facultativos para poder reforzar las urgencias. Torres ha conminado en el Parlamento a “quien tenga pruebas” de que esa medida ha provocado la suspensión de más intervenciones quirúrgicas a que las aporte.

“En ningún momento hemos faltado el respeto a quienes salvan vidas”, ha manifestado el presidente del Gobierno de Canarias en respuesta al diputado de Coalición Canaria (CC) Pablo Rodríguez, que le ha preguntado por el “caos” en los hospitales del Archipiélago. Torres ha recordado que hace unos años su antecesor en el cargo, Fernando Clavijo (CC), responsabilizó a los médicos de urgencias del colapso en el servicio. “Fue un error”, contestó el jefe del Ejecutivo, que reconoció que la sexta ola ha generado una “situación estresante” para la Atención Primaria, para los plantas hospitalarias y para las unidades de cuidados intensivos y apuntó que la decisión de recurrir a cirujanos en urgencias es una solución “temporal” que se acabará cuando se doblegue la curva.

También el consejero canario de Sanidad, el socialista Blas Trujillo, ha achacado la última crisis en el Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria a la confluencia de “problemas estructurales históricos” del complejo de referencia para la ciudadanía del sur de la isla y la alta contagiosidad de la variante ómicron, predominante en la sexta ola de la pandemia. “El agotamiento, la saturación y la fatiga del personal sanitario es evidente, pero hay que entender las decisiones”, ha manifestado este martes en el Parlamento regional a propósito de una pregunta del diputado del Partido Popular (PP) Miguel Ángel Ponce sobre la petición de cese del equipo directivo del centro a raíz de la polémica generada por la decisión de recurrir a cirujanos para reforzar las guardias en urgencias.

Trujillo ha remarcado que el Insular Materno Infantil de Gran Canaria es el hospital que ha soportado la mayor presión asistencial por COVID-19 de todo el Archipiélago. El consejero de Sanidad ha señalado que de noviembre a diciembre se duplicó la incidencia y de diciembre a enero se triplicó, lo que obligó a adoptar “múltiples medidas” en el complejo: el cierre de hasta ocho plantas para destinarlas a pacientes con coronavirus, la liberación de espacios para aumentar el número de camas de hospitalización disponibles, la contratación de personal o la derivación hacia otros recursos de usuarios que precisan atención de larga estancia.

El consejero ha admitido que la decisión de recurrir a facultativos de servicios quirúrgicos para reforzar las guardias de urgencias ha sido “controvertida”, pero ha precisado que, aún así, ha sido apoyada “por diez de los once” jefes de los servicios afectados. “La colaboración y el diálogo es clave, tenemos que trasladar seguridad a la población”, ha señalado.

Ponce (PP) ha pedido al consejero “diálogo y más diálogo” para buscar soluciones en el complejo hospitalario. “Llevamos desde noviembre denunciando la situación del servicio de urgencias, el colapso en los pasillos, la pérdida de 36 facultativos, médicos advirtiendo de que no se puede garantizar la asistencia, el tercer servicio con más quejas de toda España”, ha resumido el diputado popular, que considera que este último conflicto es consecuencia de la “precipitación, de decisiones atropelladas” y de falta de diálogo. La solución planteada como definitiva por el Gobierno de Canarias, la ampliación del complejo hospitalario con el edificio cedido por el Cabildo de Gran Canaria que albergaba el Colegio Universitario de Las Palmas (CULP), tardará “un par de años” y mientras, afirmó Ponce, hay que escuchar a los sanitarios que señalan, por ejemplo, “que hay tres plantas cerradas” en el hospital en las que se podrían aprovechar unos 2.000 metros cuadrados.

También aludió Ponce a las polémicas declaraciones realizadas por la directora médica del hospital, Mercedes Prieto, en las que señalaba públicamente a “los cuatro médicos” (del servicio de Angiología y Cirugía Vascular) que “no habían querido colaborar”. “La afirmación es inaceptable. Los sanitarios hemos arrimado el hombro durante toda la pandemia. El problema es no haber explicado la situación, haberse sentado, llegar a un consenso”.

Pablo Rodríguez (CC), por su parte, ha reprochado al presidente canario que atribuya los problemas a “la herencia recibida” de los nacionalistas. “En los últimos diez años, el PSOE ha gobernado el mismo número de años que CC. Ya basta: gobiernen, gestionen y asuman su responsabilidad”, ha aseverado.

Aclaraciones sobre las guardias de urgencias

Ante la polémica interna generada por la reorganización de la actividad asistencial, el subdirector médico de los servicios centrales del complejo remitió este lunes a los jefes de servicio implicados un escrito de aclaración sobre las funciones que deben acometer los profesionales asignados a urgencias.

Los cirujanos de las distintas especialidades cubren las guardias en el módulo F de las urgencias hospitalarias, una unidad en la que se atiende a pacientes con algún tipo de dolor o limitación de la movilidad como consecuencia de un traumatismo previo o usuarios con intoxicaciones medicamentosas que permanezcan conscientes y hemodinámicamente estables.

Para la asistencia, estos facultativos de refuerzo cuentan con el equipo de enfermería y un médico residente asignado al módulo, además del “apoyo” del resto de personal de urgencias.

El escrito aclara, además, que al ser una actividad asignada por la dirección del centro, la responsabilidad civil y patrimonial de los facultativos ante un eventual error en la asistencia “está cubierta por la institución”. Una de las razones esgrimidas por el personal médico contra la decisión de la gerencia era que sus seguros de responsabilidad civil solo cubren las actividades realizadas en el ejercicio de las funciones inherentes a sus especialidades, no la de otras.

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