No más de 20 años en un psiquiátrico por matar a su mujer y herir a su hijo

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas acogió este miércoles el juicio contra Jesús Rosales Santana por un delito de homicidio consumado después de haber matado el pasado año a su mujer en el domicilio que compartían en Telde. Jesús también ha sido procesado por otro homicidio en grado de tentativa y un tercero de lesiones tras causar ese mismo día importantes heridas a su hijo mayor y a su suegra.

Aunque inicialmente el fiscal pedía un máximo de 30 años de ingreso en un centro psiquiátrico, y la acusación particular, ejercida por Josefina Navarrete, y la letrada del Instituto Canario de la Mujer solicitaban penas de prisión, el acusado cumplirá un máximo de 20 años de ingreso en un centro psiquiátrico, tendrá que residir durante diez años fuera de Gran Canaria y tendrá que indemnizar a su hijo Octavio con 5.000 euros, a su suegra con 6.000 y a los herederos de la víctima, su mujer, con 240.000 euros.

Jesús Rosales admitió los hechos. Recordó que el día de autos estaba jugando al ajedrez con su hijo Octavio cuando de repente le vinieron a la menta escenas de cuchillos y puñales y se enfadó con su hijo. “Después tenía un cuchillo en mi mano y estaba jugando con Octavio, pero no recuerdo haberle pinchado. Abrí la ventana y me enfadé también con mi mujer porque me dijo que cerrase, pero no recuerdo haberla agredido ni clavarle el cuchillo. No lo recuerdo, pero pude ser yo. Tampoco recuerdo lo que pasó con mi suegra. Yo tenía una gran sensación de agobio e intenté quitarme la vida, pero mi mujer me cerró la ventana”.

Jesús Rosales también recordó que un día antes había acudido a Valsequillo a comprar lotería y que coincidió con uno de los días fuertes del temporal Delta. “Me entró una crisis de ansiedad e intenté suicidarme, pero no tuve una agarradera fuerte para ahorcarme por mi peso. Ese día sentí algo paranormal”, añadió.

Los peritos forenses han confirmado que al sufrir el brote psicótico tenía totalmente alteradas su voluntad y su conocimiento, hecho que justifica que “atacase” a su familia sin ningún motivo previo después de intentar tirarse por la ventana.

La tormenta 'Delta' como telón de fondo

Juan Jesús Rodríguez, letrado del acusado, explicaba tras el juicio la conformidad que alcanzaron las partes: “Ha habido conformidad porque ha quedado claro que en el momento de cometer estos lamentables hechos el acusado tenía las facultades mentales completamente alteradas y no era consciente ni de lo que hacía ni de lo que entendía, tenía tanto la facultad de entendimiento como de voluntad completamente anuladas. Es un caso triste porque son varias familias las que se rompen, principalmente la suya, con esos niños que se quedan sin madre y el padre en prisión, pero también para su familia y la familia política. Es una tragedia para todos que hay que estar ahí para poder vivirlo. Respecto a la conformidad creo que los operadores jurídicos que hemos intervenido hemos entendido el calado de esta causa, no ya por lo que digan los peritos, cuyo informe fue contundente, sino porque el asunto estaba plagado de indicios de que este señor no estaba en su sano juicio, el día anterior estando en Valsequillo aguantando las paredes de la iglesia porque estaba el temporal Delta y pensaba que se iban a caer, cuando se enteró de que lo que se cayó fue el Dedo de Dios el comentario fue de que se equivocó de sitio, caían ramas de tamaño considerable y la guardia civil dio testimonio de que ni se inmutaba...”.

Los hechos enjuiciados ocurrieron el 29 de noviembre de 2005 cuando el acusado se encontraba en su vivienda recuperándose del episodio “disociativo” que había vivido un día antes en Valsequillo. “Esa mañana el procesado, en actitud nerviosa, intentó tirarse por una ventana del domicilio que compartía con su mujer, su suegra y sus tres hijos, pero su acción fue impedida por su mujer y su hijo -Octavio-. Posteriormente, a las 14.00 horas, subió a la azotea e intentó tirarse al vacío, siendo persuadido de nuevo por su hijo. Sin embargo, el procesado cogió un cuchillo de cocina que se encontraba en la caja de las trabas de la ropa y lo blandió delante de Octavio, que increpó a su padre para que le diera el cuchillo, cosa que hizo el procesado...”, señala el escrito del fiscal.

Según la Fiscalía, a continuación el acusado empujó a Octavio, que cayó al suelo, y entonces llegó su mujer, que le increpó para que dejara a su hijo, momento en que el procesado cogió el cuchillo y atacó al menor, causándole distintas lesiones. Una vez que el hijo huyó, el acusado se dirigió a su mujer y le agredió con el cuchillo provocándole numerosas heridas que dieron lugar a su fallecimiento por una hemorragia aguda. Después se encontró con su suegra y le clavó el cuchillo en la espalda, provocándole diversas lesiones. El fiscal señala en el escrito que en el momento de los hechos el acusado tenía anuladas totalmente sus facultades volitivas e intelectivas al sufrir un episodio psicótico o disociativo.

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