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La paloma rabiche supera el centenar de ejemplares en Gran Canaria, donde desapareció durante casi un siglo

El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Rodríguez (c), el presidente de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, Jose Carlos Cubas (d), y la consejera delegada de Gesplan, Beatriz Calzada

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

La paloma rabiche ya cuenta con más de un centenar ejemplares en Gran Canaria, de donde desapareció durante casi un siglo, gracias al programa Life+ que promueve su reintroducción en los bosques de laurisilva del norte de la Isla, según ha anunciado este miércoles su director, Gustavo Viera Ruiz.

“Hemos superado con creces los objetivos iniciales”, ha dicho Ramírez, en alusión a las primeras expectativas que pretendían poner en libertad únicamente entre 75 y 100 ejemplares al finalizar el proyecto. Solo entre los años 2014 y 2015 se liberaron anualmente entre 50 y 60 ejemplares.

El director del programa Life+Rabiche también ha señalado que actualmente hay núcleos consolidados de ese ave autóctona en el norte de la Isla y que se ha constatado la cría en libertad de, al menos, una veintena de polluelos.

En la apertura del congreso de Conservación y Gestión de Avifauna Insular Amenazada y Gestión de Hábitats, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria, Viera Ruiz ha explicado el recorrido del programa Life+Rabiche, que se inició en septiembre de 2013 y prevé su finalización en diciembre de 2017.

Los objetivos de este proyecto no se han reducido a la recuperación de la paloma rabiche en Gran Canaria, sino también en recuperar los montes de laurisilva en el norte de la Isla, perdidos prácticamente en su totalidad como consecuencia del impacto humano durante los últimos cinco siglos.

En este sentido, Viera Ruiz ha calificado el objetivo inicial, consistente en plantar 448.000 árboles de distintas especies que conforman el bosque de laurisilva, como “muy ambicioso”, ya que solo pudieron plantarse 138.262 árboles debido al abandono en que se encuentran grandes zonas de medianías en el norte de la Isla y a la dificultad para recoger semillas con suficiente calidad genética.

El proyecto ha contado con casi 1,5 millones euros de presupuesto procedentes en buena medida de fondos europeos y ha sido impulsado por el Cabildo de Gran Canaria junto con la empresa pública de la comunidad autónoma Gesplan y la Heredad de Aguas de Arucas.

“Vamos a hacer todos los esfuerzos para que este proyecto no sea solo una cuestión científica, sino también compartir el conocimiento con la ciudadanía”, ha dicho el consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Rodríguez Sosa, en alusión al tercer objetivo del proyecto, consistente en concienciar y sensibilizar a la población.

En esta línea, Viera Ruiz ha recalcado el trabajo realizado con colectivos educativos y profesionales en tareas como la observación y el anidamiento de aves o la reforestación.

También ha desvelado la creación por parte del Cabildo de un sendero interpretativo en la Finca de Osorio, en Teror, en donde se expondrán las principales especies de árboles que conforman la laurisilva, así como un jaulario de palomas rabiche irrecuperables para su introducción en el medio natural.

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