''Ellas me sedujeron y me obligaron a prostituirme''

El hombre acusado de de cinco delitos de inducción y favorecimiento de la prostitución a cinco menores en Gran Canaria ha negado los hechos que se le imputan y ha asegurado que fue seducido por dos de ellas y “obligado” a practicar la prostitución por otra de las supuestas víctimas.

El acusado, Antonio M.L., de 54 años, ha explicado entre sollozos al tribunal que las relaciones que mantuvo con dos menores de 13 y 15 años, que él pensaba que eran mayores de edad por cómo iban vestidas, fueron grabadas en un vídeo en 2006 con el que fue sometido a continuos chantajes y obligado a prostituirse y practicar sadomasoquismo.

El procesado, que entre otros apodos ha dicho que tenía el de Tomasita, ha rechazado que conociera a las dos menores de 13 y 15 años en 2004 y que les propusiera entonces mantener relaciones sexuales sadomasoquistas a cambio de dinero, como sostiene la fiscal Beatriz Sánchez en sus conclusiones provisionales.

También ha negado que captara a menores para ejercer la prostitución aprovechándose de sus problemas económicos y que practicara sadomasoquismo con ellas para enseñarlas.

Según la versión del acusado, el local de citas que la fiscal sostiene que regentaba en 2008 en la capital grancanaria, lo dirigía la misma chica que le estaba sometiendo a chantaje con el vídeo, que también le obligaba a buscar estudiantes universitarias para los clientes.

Así mismo, ha negado que en 2008 hubiera captado para el local de citas a la novia de la menor de 15 años que supuestamente indujo a prostituirse en 2004, y a otras dos amigas, todas ellas de entre 16 y 17 años, a las que les dijo entonces que podían ganar hasta 1.000 euros si trabajaban con él en la práctica del sadomasoquismo, según la acusación.

Según la fiscal, el acusado se aprovechó de la mala situación económica de todas ellas, pues él mismo había expresado en una conversación -que fue recordada por la acusación pública- su desinterés por las otras: “las (chicas) que tienen sus casas y comen”.

Frase que también le obligaban a decir, ha manifestado el acusado, que se enfrenta a una pena total de 25 años de prisión y a una indemnización de 15.000 euros para cada una de las víctimas, según consta en el escrito provisional de la fiscal, quien además reclama que se le prohíba acercarse a las menores por un tiempo de cinco años.

El abogado de la defensa ha solicitado la absolución, ya que niega los hechos que se le imputan y considera que no son constitutivos de delito.

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