El súbito auge de las redes rompe moldes en las relaciones sociales
El súbito auge de las redes sociales en 2008 está rompiendo “moldes” en las tradicionales relaciones de la gente, que cada vez más recurre a herramientas que ofrece Internet para crear grupos y comunidades de amigos con quienes compartir textos, fotos, música o vídeos, desde cualquier parte del mundo.
Aparte de poder buscar amigos lejanos en la Red, también se le puede seguir la pista a un antiguo novio por Internet o intentar descubrir si la esposa tiene algún amante.
En el caso de las empresas, los Departamentos de Recursos Humanos están sacando partido a la red de Internet, para conocer las virtudes o las debilidades de los aspirantes a ciertos empleos, gracias al rastro que van dejando en portales on line, en donde suelen “desnudar” sin complejos su identidad y aficiones.
Las redes sociales, denominadas así por el entramado de mallas que implican, con multitud de personas en contacto unas con otras y así sucesivamente, también están funcionando como plataformas publicitarias de ciertos productos o servicios, y asimismo, a modo de “barómetros” de nuevas tendencias políticas, sociales, comerciales, empresariales,....
Así, los múltiples foros que existen en la red sobre cultura, economía, ocio, etc, permiten conocer, desde un primer momento, la acogida de un nuevo disco o libro en el mercado, así como el éxito de un novedoso tratamiento médico, las ventajas de un nuevo automóvil, o el mejor regalo para estas navidades.
Portales en Internet del tipo Facebook (con más de 130 millones de usuarios), MySpace, Friendster o Hi5, son sólo algunos de los muchos que existen, y en los que los internautas pueden compartir sus experiencias, con textos y un número ilimitado de fotografías y vídeos y música; a su vez, en otros como Linkedln, los cibernautas pueden entrar en contacto con empresas y otros profesionales dejando su currículum.
Estas comunidades y foros creados en la red incitan, por lo general, al internauta a despojarse de pudores, sintiéndose libre para hablar y opinar de un modo mucho más natural que en su vida cotidiana cara a cara con un compañero de trabajo o con el vecino de enfrente.
El problema es que muchas personas están desvelando datos confidenciales sin ser conscientes de los riesgos y consecuencias que ello les puede acarrear, según han advertido responsables de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Del potencial de estas redes sociales son especialmente conscientes las empresas, al intuir que cada vez más su éxito económico estará ligado en buena parte al uso que hagan en el futuro de estas nuevas tecnologías de la información.
Los canales de comunicación tradicionales están perdiendo eficacia y las empresas buscan mayor interconexión entre los trabajadores mediante foros en Intranet y la creación de comunidades virtuales.
Teniendo en cuenta que los empleados suelen ser poco dados a intervenir en debates “on line” en los que sus jefes les puedan leer, los expertos opinan que las empresas deberían promover algún tipo de incentivo o estímulo para fomentar la participación.
También los políticos están aprendiendo a sacar rentabilidad electoral mediante foros de opinión en la red, a los que recurren para transmitir sus mensajes, como ha ocurrido en las últimas elecciones en Estados Unidos, en donde el presidente electo Barack Obama se sirvió con gran éxito de una campaña digital, aparte de la convencional.
En el Gobierno español, ministerios como el de Ciencia e Innovación están siendo pioneros en la puesta en marcha de tecnologías “colaborativas” como el sistema Wiki para debatir sobre proyectos como la futura Ley de Ciencia o la Estrategia de Universidad 2015.