El SUC traslada a 30 neonatos en Canarias hasta noviembre

Equipamiento para neonatos.

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

El Servicio de Urgencias Canario (SUC), dependiente de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, trasladó a 30 neonatos en Canarias entre enero y noviembre de 2014. Estos transportes, tanto en ambulancias como en los helicópteros medicalizados, se realizaron con incubadora y en la mayoría de los casos los recién nacidos presentaban problemas respiratorios graves o alguna cardiopatía y precisaban un tratamiento especializado.

La atención a un neonato -paciente que puede contar desde pocas horas hasta un mes de vida- es muy delicada y para este trabajo tan complejo, los médicos y los enfermeros asistenciales del SUC cuentan con formación específica y la experiencia necesaria.

Estos profesionales de la atención sanitaria urgente tienen que prestar unos cuidados adecuados a las características de los recién nacidos, cuyos síntomas son más difíciles de identificar que los de otro niño de mayor edad, y manejar con soltura un material de pequeñas dimensiones.

En el caso de los helicópteros, el traslado de los neonatos también se realiza con una incubadora. Su personal sanitario tiene que llevar a cabo un trabajo muy preciso y adaptarlo a las condiciones específicas que supone el interior de una aeronave.

Además, es necesario esperar a que el estado del bebé sea estable para poder transportarlos, realizar despacio las diferentes transferencias con la ambulancia, desde el punto de origen hasta que entra en el helicóptero y su posterior llegada al hospital de destino, para evitar que los cambios le puedan afectar y comprobar en todas las fases del traslado el estado en el que se encuentra.

Para Asdrúbal González, médico asistencial del SUC con gran experiencia en los recursos aéreos, el traslado de neonatos es muy diferente a los demás y presenta una mayor complejidad, ya que entre otros muchos factores se deben adaptar los movimientos del personal al tamaño del bebé y realizarlos con la mayor delicadeza posible, minimizando con la actuación médica los efectos de la vibración, el ruido, las condiciones externas, la altura o el espacio en el que se realiza.

Según el doctor González, es un trabajo muy delicado, pero gratificante en la mayoría de las ocasiones. “Un ejemplo fue cuando en uno de estos traslados, un bebé que había sufrido dos paradas cardiorrespiratorias en el hospital de procedencia, de las que de las que había podido ser recuperado, volvió a entrar en esta misma situación en dos ocasiones más durante el traslado en helicóptero y, tras realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada, pudo revertirse la parada. Además, hemos podido saber que en la actualidad se encuentra bien y que no ha sufrido secuelas”, añadió.

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