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La última y definitiva crisis de la gerente cesada del Hospital Insular de Gran Canaria

Hospital Materno Infantil de Gran Canaria.

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La recién destituida gerente del Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria adoptó la víspera del puente de la Constitución la decisión que acabaría precipitando su salida de la dirección del centro tras tres años y cuatro meses en el puesto. Ese 5 de diciembre, María Alejandra Torres cesó por razones “organizativas y de gestión interna” a la jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia, Alicia Martín, la misma que durante la pandemia había criticado con contundencia algunas de las medidas de la dirección, entre ellas el cierre de una planta de hospitalización destinada al puerperio, a las mujeres gestantes, al entender que se estaba produciendo una pérdida de calidad asistencial. 

Ese cese, auspiciado por un escrito remitido tres días antes a la dirección por tres de los cuatro jefes de sección de Ginecología y Obstetricia, generó malestar no solo en el propio servicio (hubo respuestas de rechazo tanto de la jefa destituida como de un numeroso grupo de médicos adjuntos), sino también en el seno del Servicio Canario de Salud (SCS), hasta el punto de convertirse en el desencuentro definitivo, en el detonante de la salida de la gerencia de Torres, que había sido muy cuestionada, al igual que la directora médica, Mercedes Prieto, por profesionales del centro. De hecho, el pasado mes de febrero más de un centenar de médicos especialistas solicitaron el cese de la dirección por la “situación crítica” que estaba atravesando el complejo y la “nefasta gestión” de los problemas. 

Durante su etapa al frente del complejo hospitalario de referencia para el área sur de Gran Canaria, Torres ya había tenido que afrontar multitud de crisis. La principal y más complicada, la irrupción de la pandemia de Covid-19, que evidenció y agravó las carencias históricas del centro y lo convirtió, en palabras de los propios sanitarios, “en un hospital de campaña”. Las medidas de reorganización de recursos acometidas en este periodo generaron varias controversias y algunas revueltas, como la de cirujanos que se negaron a cubrir guardias en las urgencias. “No termino de entender cómo se llega a una situación tan caótica”, expuso en una carta el entonces jefe de Cirugía Vascular y Angiología. 

Sin embargo, ha sido la crisis en su propio servicio (María Alejandra Torres es especialista en Ginecología y Obstetricia) la que ha hecho caer a la gerente. El portavoz del Gobierno de Canarias, el consejero Julio Pérez, afirmaba este jueves que “no todo cese se debe a un descontento” y atribuía el relevo en el Hospital Insular, sin dar más detalle, a razones organizativas del equipo comandado por el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, y por la directora del Servicio Canario de Salud (SCS), Elizabeth Hernández, que lleva algo más de dos meses en el cargo tras sustituir a Conrado Domínguez, dimitido a principios de noviembre por su implicación en el denominado caso Mascarillas. 

En su comparecencia tras el Consejo de Gobierno, Pérez defendió que el cambio en la gerencia y el nombramiento del médico intensivista José Blanco respondía a un interés por “perfeccionar la cohesión de los equipos directivos”. La ya exgerente acumulaba un historial de desencuentros con la jefatura del servicio de Ginecología y Obstetricia del complejo. Estas son algunas de las claves del último y definitivo desencuentro:

El nombramiento 

Alicia Martín fue nombrada jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia en octubre de 2020 tras la jubilación de José Ángel García Hernández, que también fue miembro del equipo asesor del Gobierno de Canarias durante la pandemia y que en la actualidad es director de la Escuela de Servicios Sanitarios y Sociales de Canarias (Essscan). Aunque Martín ya había sido propuesta por su predecesor como una de sus dos posibles sustitutas, su acceso al puesto (en funciones) se produjo a través de un proceso inédito en el hospital. Se consultó a los profesionales, con entrevistas personalizadas, y más del 90% apoyó la designación de Martín, que posteriormente ha elevado escritos a la dirección solicitando que se convoque un concurso público para la provisión de la plaza de jefatura del servicio. 

Los desencuentros

Durante los algo más de dos años en los que permaneció en el puesto, Alicia Martín expresó varias discrepancias con la gerencia, como atestigua el escrito que remitió a la dirección del hospital el pasado 12 de diciembre, una semana después de su cese, para responder a las acusaciones de los jefes de sección. En ese documento constan varios mensajes dirigidos a la gerencia en distintos momentos en los que expone su preocupación por el “importante déficit de facultativos” en el servicio debido a bajas sin cubrir y alerta de un “notable empeoramiento” de los indicadores de calidad (demora media de consultas, lista de espera quirúrgica...) por esta circunstancia. También se ha quejado de que en 2021 se redujo la asignación de quirófanos fijos para este servicio, disminuyendo así los recursos. 

En septiembre de ese mismo año, Martín había elevado otro escrito a la dirección para denunciar el cierre de una planta destinada al puerperio (a la hospitalización de mujeres que acaban de dar a luz) para reservarla a la atención de la Covid-19. En ese texto, advertía del incumplimiento de las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) en cuanto a no superar tasas de ocupación del 70% en estas plantas para poder hacer frente a una sobrecarga asistencial o a promover el uso individual de las habitaciones o la hospitalización conjunta de madres y recién nacidos en aquellos casos en los que se requiera ingreso por una patología no grave. 

Los jefes de sección 

Fue el pasado 2 de diciembre cuando tres jefes de sección se dirigieron a la gerencia del complejo hospitalario para denunciar “problemas en la gestión y dirección” del servicio de Ginecología y Obstetricia. En ese texto, afirmaban que se les había dejado fuera de la toma de decisiones o de nuevos proyectos; que se había perdido “la cohesión” en el equipo; que se estaba haciendo un “uso ineficiente” de recursos y una utilización “abusiva” de la excepcionalidad, y que había un “déficit de planificación estratégica”. “A fecha de hoy, no hemos puesto en común los objetivos de las secciones, ni de los indicadores a medir, ni el calendario de seguimiento”, señalaban. 

 La carta también hablaba de un “enrarecimiento del clima laboral”, entre otras razones por las “continuas alusiones” de Martín a “los malos indicadores” del complejo, al “mal funcionamiento” de otras áreas y a la “gestión hostil” de la dirección hacia el servicio. Unas alusiones que, a juicio de esos jefes de sección, contribuían a favorecer “el desapego a la institución”, en referencia al hospital. 

“Gracias al esfuerzo que hacemos todos los profesionales de este servicio, los hechos aquí detallados no repercuten con mayor severidad en los indicadores asistenciales, pero no descartamos que puedan llegar a hacerlo”, concluía ese escrito que sirvió a la gerencia para decidir, tan solo tres días después, la destitución de Martín como jefa de Ginecología y Obstetricia y la designación en su lugar de Elena Cortés, una de las firmantes del texto.  

La respuesta

La respuesta a esa escrito y al relevo en el servicio llego por dos vías. Por un lado, la cesada jefa remitió un extenso documento (181 páginas) a la dirección del SCS y del hospital en que contestaba, una a una, las afirmaciones vertidas por los jefes de sección. En ese informe, Martín citaba, a modo de ejemplo, que entre junio y diciembre de 2022 se celebraron cuatro comisiones de dirección y explicaba que había solicitado a la gerencia una “evaluación objetiva” del desempeño de los jefes de sección ante la “falta de entendimiento” con ellos respecto a los nuevos proyectos o a las labores propias de gestión. 

También apuntaba Martín que en varias ocasiones durante el año pidió la contratación de médicos especialistas para cubrir las bajas de la plantilla y que esas solicitudes “no habían obtenido respuesta” de la gerencia, por lo que se había decidido que “todos los profesionales”, incluidas las jefaturas de servicio y sección, realizarán actividad asistencial “antes de suspender agendas y quirófanos”. “La carencia de recursos humanos ha provocado que en los últimos meses se haya dificultado enormemente el mantenimiento de la calidad asistencial”, exponía antes de precisar que los indicadores “continúan en niveles de excelencia”, como “lo atestiguan” los reconocimientos obtenidos, entre ellos los dos galardones consecutivos como el mejor servicio de España en el área de Mujer. 

Con respecto al incremento de la “excepcionalidad”, Martín explicaba que obedecía a las ausencias y bajas debido a la pandemia de Covid y a una “plantilla orgánica mermada”. “Los profesionales asumen los doblajes como una ayuda y no como una imposición”, escribía. En su informe, la destituida jefa de servicio adjuntaba un plan de dirección por objetivos que había sido “consensuado no solo por los jefes de sección, sino por todo el servicio”, y afirmaba, respecto a las acusaciones de enrarecimiento del clima laboral por sus alusiones durante las sesiones a esos problemas, que “la autocrítica es la única forma de mejorar”. 

 También se pronunciaron cerca de 40 facultativos especialistas del área que firmaron una carta en la que expresaban su desacuerdo con el cese de la jefa de servicio. Lamentaban que se hubiera adoptado esa decisión sin contar con la opinión de los profesionales o “al menos contrastar” los argumentos expuestos por los jefes de sección. “A lo largo de su jefatura, la doctora Martín nos ha permitido potenciarnos en nuestras áreas de capacitación, participar en todos los proyectos asistenciales y científicos, sacando de nosotros el mejor rendimiento en beneficio de los pacientes”. El texto también defendía que las medidas había que argumentarlas “con datos objetivos” y que el servicio de Ginecología y Obstetricia tenía una demora media quirúrgica y de primera consulta muy inferior a la media de la comunidad autónoma.

Tras el cese de Martín y el cruce de escritos se sucedieron una serie de reuniones a distintos niveles y, apenas un mes más tarde, los máximos responsables de la Consejería de Sanidad acordaron el relevo en la dirección del Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria para, en palabras del portavoz del Gobierno, “perfeccionar la cohesión de los equipos” y mejorar la “coordinación y eficacia” del complejo público de referencia de la zona sur de la isla.

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